El Frente Popular de comunistas y separatistas no romperá con Sánchez, pese al teatrillo de supuesta perplejidad e indignación. Comunistas, separatistas y proetarras critican tibiamente en público, pero no soltarán la presa. Tienen demasiado que perder: poder, subvenciones, y capacidad de chantaje sobre un presidente débil que vale más mientras agoniza.
Escenifican tensiones internas pero lo hacen para calmar a sus bases o para presionar por más concesiones. Pero el fondo es siempre el mismo: mantener el poder. Sánchez se sostiene gracias a ellos, y ellos viven del régimen que han construido a su alrededor. Entonces, ¿por qué romper?.
Las declaraciones: mucho ruido, ninguna ruptura
Esta semana, Gerardo Pisarello, portavoz de los Comunes, se despachó con una frase altisonante: “No puede seguir gobernando con Sánchez”. Pero no ha retirado su apoyo. No ha promovido una moción de censura. Solo teatro, sin consecuencias. Palabras, palabras.
Lara Hache, portavoz de los socios comunistas de Sumar, también aprovechó para atacar al bipartidismo. Lo curioso es que ella misma y su formación son parte del Gobierno. Si de verdad estuvieran tan indignados, abandonarían sus carteras y renunciarían a sus sueldos públicos. Pero no lo hacen.
Los proetarras de Bildu ha advertido que si Sánchez quiere acabar la legislatura, tendrá que “hacer nuevas ofertas”. El PNV, más cauto, se refugia en la esperanza de que “haya sentencias firmes”… dentro de cinco años. Estos son más claros. Chantaje. Si quieres el apoyo tendrás que pagarlo. .
Sumar, separatistas y ultraizquierda: atrapados por el poder
Los partidos del Frente Popular no romperán con Sánchez porque son rehenes de sus propios privilegios. Si el Gobierno cae, Sumar desaparece del Consejo de Ministros. Y con ellos, cientos de cargos, asesores, contratistas, activistas y lobbistas que viven del presupuesto público.
No es ideología. Es supervivencia. La izquierda radical sabe que no volverá a tener un poder semejante. De ahí su dependencia extrema del sanchismo. Aguantan todo: las mentiras, los escándalos, el desgaste… Todo a cambio de seguir en el reparto de poder.
Los separatistas catalanes y vascos están en una posición ideal. Nunca han tenido tanto poder a tan bajo costo. Chantajean a un presidente débil, arrancan beneficios fiscales, condonaciones de deuda, amnistías encubiertas y más competencias autonómicas. ¿Por qué iban a romper?
Frente Popular: unidos en la traición, no en la ideología
La izquierda separatista y comunista se necesitan. El Frente Popular se agrieta, pero no se rompe. No están unidos por amor a España, ni por un proyecto común. Los une el odio a la nación y el deseo de destruir su marco constitucional.
Su alianza es utilitaria. Si mañana Sánchez dejara de cederles privilegios, serían los primeros en abandonarle. Pero mientras siga comprando apoyos, todo sigue igual. Por eso ningún socio impulsa una moción de censura. Por eso el Frente Popular no romperá con Sánchez.
Las declaraciones son tácticas de presión. “¿Qué me ofreces?” pregunta Junts, mientras ERC responde: “Depende de con quién hables”. La frase resume su cinismo. No se trata de gobernar bien, sino de sacar tajada. Están instalados en el chantaje.
Una moción de censura sería su ruina
Los que más gritan contra Sánchez serían los más perjudicados por una caída del Gobierno. En unas nuevas elecciones, muchos de estos partidos se desinflarían. Sumar, Bildu, Junts o ERC perderían representación. Volverían a la irrelevancia.
Además, no podrían controlar al próximo presidente como controlan ahora a Sánchez. Con otro Gobierno, su capacidad de influir se desvanecería. Por eso no hay alternativa real dentro de la izquierda. Solo teatro, ruido y simulacro de ruptura.
El Frente Popular de comunistas y separatistas no romperá con Sánchez. Eso sí, sigue desgastando España sin pagar precio alguno.
1 comentario en «El Frente Popular se agrieta, pero no se rompe»
Porcel interés te quiero Andrés.