La extrema izquierda y su corrupción disfrazada de transparencia
La izquierda radical vuelve a quedar retratada. Sumar y el Partido Comunista de España (PCE) son los partidos peor valorados en el informe
Un reciente informe sobre transparencia del Tribunal de Cuentas, revela que la extrema izquierda española, que proclama valores de ética pública y transparencia, se hunde en la corrupción institucional. Partidos como Sumar son ejemplos vivos del doble discurso: predican apertura democrática mientras se blindan al control público.
La corrupción de la extrema izquierda: una vez más, el doble discurso
El estudio, centrado en los partidos con representación parlamentaria en 2023 y 2024, evidencia cómo formaciones vinculadas a Sumar y al comunismo actúan con absoluta falta de transparencia, pese a predicar lo contrario.
El análisis ha sido realizado a partir de los datos públicos disponibles en los portales web de los partidos presentes en el Congreso, parlamentos autonómicos y grandes ayuntamientos. ¿El resultado? El 17% de los partidos no cumple ninguna obligación de transparencia. Un cuarto de ellos obtiene calificaciones bajas, dejando en claro que el sistema actual es indulgente con quienes viven de subvenciones públicas y no rinden cuentas a nadie.
Sumar, Izquierda Unida y los socios comunistas: maestros de la opacidad
Los números hablan por sí solos. En lugar de liderar por ejemplo, los socios de Sumar figuran entre los peor valorados. Izquierda Unida solo cumple el 45% de sus obligaciones. Barcelona en Comú, el partido de la exalcaldesa Ada Colau, apenas alcanza un 46%. Cataluña en Comú, un 50%, y Mes per Mallorca, un lamentable 44%. Incluso Más Madrid, pese a presentarse como “moderno” y “transparente”, se queda en un escueto 60%, por debajo de la media general.
Este patrón no es casual. Es parte de una estrategia: hablar de democracia mientras se blindan frente al escrutinio ciudadano. En definitiva, el doble discurso de la extrema izquierda se consolida como la norma en su modus operandi.
Bildu y los socios proetarras: entre el cinismo y la opacidad
Otro bloque analizado por el informe es el del entorno de Bildu, el heredero político del terrorismo etarra. Sortu, uno de sus componentes, cumple solo el 41% de sus obligaciones. El resto del conglomerado muestra cifras dispares pero igualmente preocupantes: Bildu alcanza un 61% y Eusko Alkartasuna llega al 68%.
Que partidos que han recibido cuantiosas subvenciones del Estado español no permitan el libre acceso a la información de su financiación y actividades internas es una burla al concepto más básico de Estado de Derecho. Y sin embargo, ahí siguen: hablando de libertad, mientras ejercen el control más opaco y sectario.
Una estructura pública sostenida con dinero público… pero sin transparencia
La gravedad de este informe va más allá de cifras: revela cómo los partidos de la extrema izquierda construyen su poder con dinero de todos los españoles, sin control, sin supervisión, sin rendición de cuentas.
El informe subraya que “hay un amplio margen de mejora”, especialmente entre las formaciones que reciben subvenciones públicas, pero no rinden cuentas ni garantizan acceso a la información. Esta situación no es solo alarmante, es estructural. El sistema permite que partidos que hablan de “regeneración democrática” funcionen como auténticas cajas negras.
El caso de Sumar lo deja claro: en campaña proclaman abrir las instituciones, en el poder las blindan. Prometen cercanía al pueblo, pero no informan ni siquiera del uso de fondos públicos. Este es el verdadero rostro de la extrema izquierda corrupción.
La democracia secuestrada por quienes se creen impunes
Mientras los partidos conservadores, muchas veces demonizados por los medios, cumplen con la mayoría de sus obligaciones, los partidos de la extrema izquierda eluden cualquier tipo de control. Lo hacen porque saben que sus medios afines les protegen. Lo hacen porque creen que nunca serán cuestionados. Pero la realidad les alcanza.
Este informe demuestra que la democracia española sufre un secuestro institucional desde la izquierda más radical. Y lo peor es que esta corrupción no se combate porque está maquillada de ideología, protegida por una red de complicidades mediáticas y culturales.
La extrema izquierda debe ser expuesta y enfrentada
La corrupción de la extrema izquierda no es un problema menor. Es una amenaza directa contra la salud democrática de España. El informe es una llamada de atención que la sociedad civil y los medios responsables no deben ignorar.
Es hora de exigir a estos partidos lo que ellos exigen a los demás: rendición de cuentas, transparencia y respeto por el dinero público. No podemos permitir que el dinero de los españoles financie estructuras que no cumplen con las normas mínimas de control institucional.