El bipartidismo se reinventa para perpetuarse: La coalición PP-PSOE

El bipartidismo se reinventa para perpetuarse

La última encuesta del CIS da un empate entre el PP y el PSOE -115 y 114 escaños respectivamente- y un avance significativo de VOX (66 escaños y el 18.9% de los votos).

El Bipartidismo en España se reinventa para sobrevivir. Esa es la clave para entender la última maniobra del sistema: un nuevo pacto de poder entre PP y PSOE para sobrevivir frente a la amenaza creciente de los partidos soberanistas, especialmente VOX.

La última encuesta del CIS, con datos «cocinados», como es habitual, y al servicio de su amo y señor, Pedro Sánchez, muestra un aparente empate: PP con 115 escaños y PSOE con 114. Pero lo más llamativo es el ascenso de VOX, que obtendría 66 escaños y el 18,9% de los votos.

La encuesta del CIS: propaganda disfrazada de demoscopia

Desde hace años, las encuestas del CIS son poco más que propaganda institucional al servicio del Gobierno de Pedro Sánchez. Su presidente, José Félix Tezanos, ha convertido al centro en una herramienta de manipulación ideológica.

Cada dato difundido en la encuesta busca un único objetivo: transmitir que el PSOE no está electoralmente muerto a pesar de los numerosos escándalos de corrupción y generar miedo social ante el avance de VOX, etiquetándolo de “ultraderecha” o “fascismo”.

Pero incluso con esa manipulación evidente, los datos reflejan un malestar profundo. La casta del 78 ha perdido toda credibilidad, la corrupción es estructural y la sociedad desconfía del sistema bipartidista en España.

El sistema está moribundo, está dando los últimos coletazos y se está reinventando para intentar sobrevivir y, de ese modo, perpetuarse. Un régimen bipartidista que ha tenido varías etapas:

El régimen del 78 y la consolidación del bipartidismo

Desde la Transición, el sistema político español ha girado en torno a un falso pluralismo. La alternancia entre PSOE y PP durante más de 40 años solo ha sido una ilusión democrática. Han sido las dos caras de una misma moneda.

El régimen del 78 implantó un régimen bipartidista con una alternancia PP-PSOE -con predominio claro del PSOE-, con participación de los partidos nacionalistas y basado en el Estado Autonómico para ir llevando a España a un estado plurinacional y pérdida de neutralidad y soberanía. Los partidos «extremos» deberían ser marginales, muy marginales, para que no hubiera problemas en la instalación y consolidación del bipartidismo.

Así, ambos partidos han compartido el proyecto: Estado autonómico, cesiones al separatismo, dependencia europea, pérdida progresiva de soberanía, entrada en la OTA, la UE, mismas leyes de ingeniería social (uno las legislaba – el PSOE- , el PP las consolidaba).

El bipartidismo en España se ha sostenido a base de corrupción institucional, favores cruzados y control mediático. La participación de los partidos nacionalistas no ha servido para integrar, sino para fragmentar y romper España. No se quería una España fuerte, sino rota y al servicio de intereses exteriores.

Pero esa fórmula empezó a romperse, como era evidente en sistema viciado en su origen. Y lejos de corregir errores, el sistema decidió reforzarse con nuevas máscaras.

Nacen los “extremos”: la falsa pluralidad como estrategia

El sistema entendió que necesitaba nuevos actores para canalizar la indignación social pero sin que nada cambie realmente. Tenían que estar «controlados»

Así surgió en 2011, «espontáneamente, el Movimiento 15-M, germen del partido comunista de Podemos, y poco después, en 2013, nació VOX, etiquetado desde sus inicios como “extrema derecha”. Dos polos artificialmente construidos para que no superasen el 15% del voto. Un porcentaje que daría sensación de participación ciudadana, de representación de todas los espectros políticos pero sin mayor repercusión legislativa. Sería la consolidación de la democracia. Y mientras, el régimen bipartidista seguiría gobernando con la alternancia PP-PSOE.

Esa era la idea: permitir que los ciudadanos tuvieran una sensación de participación real, sin que estos partidos alterasen el reparto del poder real.

Pero el plan ha fallado. La situación social se ha degradado. La desafección política es masiva y la alternativa soberanista crece con fuerza. En vez de contener, estos partidos – y otros que han emergido- han destapado las vergüenzas del régimen corrupto.

En Europa también crece la ola soberanista

El fenómeno no es exclusivo de España. En toda Europa los partidos patriotas y soberanistas están creciendo, superando en muchos casos el 20-25% del electorado y convirtiéndose en segunda o, incluso, primera fuerza política.

No son episodios aislados. Es una ruptura sistémica. Un reordenamiento de la política europea que está acabando con un ciclo histórico: el de la alternancia sin alternativas, el del bipartidismo. el de la ficción de dos partidos enfrentados que votan lo mismo.

Esto ha hecho saltar las alarmas en las élites globalistas. La reacción ya está en marcha: grandes coaliciones entre socialistas y populares para impedir que los partidos soberanistas lleguen al poder.

En España, esa estrategia se prepara con claridad: una alianza entre PP y PSOE para repartirse el Estado y bloquear a VOX y a los partidos de extrema izquierda. El bipartidismo en España da así un nuevo giro para blindarse.

De la alternancia al colapso: El pacto PP-PSOE frente la alternativa soberanista

El bipartidismo en España reacciona ante el crecimiento soberanista. Las señales son claras. En la Unión europea, en el Congreso, en las Comunidades Autónomas, en ayuntamientos, diputaciones y pactos institucionales, PP y PSOE ya colaboran. El discurso cambia, pero los hechos se imponen: el enemigo común es la alternativa soberanista.

Los grandes medios, las encuestas, los jueces afines y los burócratas del sistema trabajan en perfecta sincronía para demonizar a unas alternativas soberanistas que pudieran amenazar el statu quo.

El bipartidismo en España no busca regenerarse. Solo pretende sobrevivir como casta, aunque eso implique traicionar a sus votantes, renunciar a sus principios y arrodillarse ante la agenda 2030.

La única salida: firmeza, paciencia y coherencia

Ante este panorama, la alternativa soberanista debe resistir sin pactar con el sistema. No hay atajos. No hay reformas desde dentro. El sistema está corrupto y si formases parte del sistema te corrompes como ellos. Solo hay una vía: mantener el rumbo con claridad, sin diluir el mensaje, sin transigir, sin pactar con el sistema y sus cómplices.

El bipartidismo en España colapsará por su propio peso, por su corrupción. Es evidente. Pero hay que ser pacientes. Faltan todavía algunos años (cuatro, ocho o más años), pero la transformación llegará si se preserva la coherencia.

No hay que entrar en gobiernos de coalición con quienes quieren destruir la nación y son vasallos de intereses extranjeros. Hay que seguir creciendo, formando cuadros, consolidando estructuras y, sobre todo, hablando claro a los españoles.

El sistema tiembla porque sabe que su tiempo se acaba

La era del bipartidismo se acaba. El bipartidismo en España se reinventa una vez más para intentar sobrevivir. Ahora con la coalición PP-PSOE. Pero cada maniobra desesperada muestra más debilidad. PP y PSOE son dos caras del mismo problema, no de la solución.

La sociedad empieza a despertar. La corrupción, la mentira y la sumisión al globalismo ya no pueden ocultarse. El mensaje patriota, firme y sin complejos, llega cada vez a más españoles.

La batalla será larga, pero no hay duda de quién tiene la verdad. Ni pactos ni claudicaciones. Solo la verdad y la firmeza vencerán.

Comparte con tus contactos:

Deja un comentario