La periodista Iva Anguera Soto le entrevista para El Independiente y por su interés reproducimos fragmentos de la misma.

¿Por qué es tan importante la historia en la construcción nacional?

Porque es como se empieza. Para construir una nación necesitas una burguesía con la voluntad de separarse y crear un nuevo estado, que lo primero que hace es invertir en el relato del pasado. Siempre, en cualquier modelo de construcción nacional necesitas empezar por la historia, construir una historia imaginada con este deseo de ruptura. Esto se repite en todos los modelos de construcción nacional desde la Edad Moderna, cuando empiezan a surgir los estados burgueses.

El problema radica en que en el momento en que quieres construir una nación no estás construyendo, estás destruyendo lo anterior, provocando tensiones. Hay un choque de intereses que se justifica principalmente a través de la historia. Hablamos de manipulaciones, pero también hay ocultaciones. La cuestión es construir un relato y el historiador deja de ser científico y se doblega ante la causa política.

¿Cuál es el episodio más ocultado en la historia de Cataluña?

La Guerra de Independencia, que supone el nacimiento de la nación española moderna como tal. Cataluña es de los lugares en que con más fuerza se manifiesta; la resistencia contra el francés en Cataluña fue brutal y en ese momento no había fisuras sobre la españolidad de los catalanes.

En la famosa batalla del Bruc, los somatenes fueron voluntarios a alistarse para luchar contra los franceses. La única bandera que se conserva de la batalla del Bruc la pintó el cura del pueblo antes de partir al frente y puso «por el Rey y por la ley».  Y sin embargo, esta guerra tan importante se oculta porque es incómodo para el proyecto.

Habla de dos herramientas, la ocultación y la manipulación.

La Guerra de Sucesión se manipula totalmente, porque no fue en absoluto una guerra de independencia. El Tricentenari -la conmemoración de los 300 años de la derrota de 1714 organizada desde la Generalitat- fue históricamente hablando vergonzoso, se tergiversó todo para hacer creer que aquí estábamos luchando por las libertades, cuando lo que había en Cataluña era un feudalismo de lo más rancio contra el absolutismo monárquico.

Destaca en el libro el papel del Programa 2000 de Jordi Pujol en ese uso contemporáneo de la historia ¿Cómo se ha conseguido mantener ese programa hasta nuestros días?

Y se mantendrá, porque eso es un plan estratégico con visión a largo plazo. Eso lo entendió muy bien Jordi Pujol, contrariamente a lo que se ha hecho desde el Estado español. El Estado nunca ha tenido un proyecto no de construcción sino de consolidación nacional seria. España partía del estado moderno más antiguo de Europa, en el momento en que esa monarquía se transforma en una nación moderna no se hace bien.

En el caso catalán, el Programa 2000 es el programa vigente de construcción nacional. Es la continuación de otros programas, como el de Prat de la Riba, que también tenía muy claro el papel de la historia para «catalanizar Cataluña», dicho con sus propias palabras. Las herramientas para transformar esa realidad que no les gusta son el control y la difusión de la historia. Es importante la historia académica pero es más importante cómo la transmito al público y creo unas emociones. Lo bueno de la historia para la construcción nacional es que es capaz de activar emociones, sobre todo emociones negativas.

Deme un ejemplo.

El himno de Cataluña, Els segadors, en origen era lo que en Aragón se llamaba una jota guarrica, una canción erótica, que nada tenía que ver con el texto que se aprueba en 1899, que es marcadamente hispanófobo, violento, recordando un episodio que fue una matanza de castellanos en Barcelona en 1640. Se intenta generar este sentimiento de ira hacia parte del colectivo al que tu perteneces, los nacionalismos siempre funcionan así.

¿Qué le parece que en la nueva selectividad la historia sea solo optativa?

En España a los diferentes gobiernos les ha importado un pimiento la historia de España, no son conscientes de su fortaleza y de la necesidad de dominar el relato. Es una cesión más, y la historia es importantísima, porque puedes llegar a extremos como el de Nicolás Maduro asegurando que Jesucristo era palestino y lo mató el Imperio Español. Puede parecer una chanza, pero en el caso de México ha supuesto una justificación para la persecución de las empresas españolas con intereses allí. Se usa la manipulación de la historia para conseguir objetivos presentes.

¿Dónde nace la leyenda negra?

Es fruto de ingleses, holandeses… es fruto del momento en que la monarquía española era la primera potencia mundial y una de las formas de luchar contra ella era creando bulos. El problema es la pervivencia de estos fakes, y como el uso político de estos fakes de hace 500 años sigue ahora. Por ejemplo, hace poco el ex conseller Jordi Puigneró estuvo en las minas del Potosí y dijo que allí murieron 7 millones de indígenas, más indígenas que en toda América. Según Alexander Humboldt, un minero de Zacatecas (México) cobraba entre 3 y 6 veces más que un minero galés de finales del s XVIII.

¿Cómo se explica un fenómeno como el Instituto Nova Historia (INH), dedicado a intentar demostrar que Cervantes, Cristóbal Colon o Santa Teresa eran catalanes.

Es un síntoma del fracaso del procés. El procés lleva más de un siglo, hace 120 años ya se hablaba de independencia. Llevamos con esta manipulación de la historia, de forma más o menos sibilina, desde entonces. Es un proceso larguísimo en que el político y el historiador han ido de la mano. Con Rovira i Virgili, Soldevila, etc. Pero llega un momento en que lo que la academia decía ya no llenaba las expectativas del político, y es cuando entra Nova Historia.

INH no tiene complejos, miente, no son historiadores profesionales y además cubren la carencia más importante de los políticos: el complejo de inferioridad de la historia catalana respecto a la española. Si somos superiores, por qué nuestra historia es tan modesta comparada con la de estos que tienen 500 millones de hispanohablantes o un Siglo de Oro. INH da la respuesta: «muy fácil, en realidad eran catalanes». Es una estupidez, pero esto vende, y gente muy importante de la política catalana, incluso Jordi Pujol en su senectud, lo compran.

Asegura que «el pasado es la herramienta de ingeniería social perfecta» pero también que llevamos 120 años de procés sin conseguir la independencia ¿Cómo y cuándo se acaba esta dinámica?

No se va a acabar. El uso de la historia, incluso si consiguen todo lo que quieren, se va a mantener. Si Cataluña se separara de España, lo primero que harían es pedir la deuda histórica, un pago en compensación por los 300 años de ocupación. Puede parecer absurdo, pero es la misma excusa que dan las repúblicas hispanoamericanas cuando tienen una empresa española que nacionalizar. Carles Puigdemont ya ha puesto esta deuda sobre la mesa, y habla de que cada español tendría que pagar 12.000€ en compensación.

Si prescindes de la historia y la dejas en manos del contrario te puedes encontrar con esto. Esto acabará en el momento en que el Gobierno acepte que la historia, que es una herramienta de construcción nacional, no se puede dejar en manos de quien se quiere cargar un estado.