Hace algo más de un año, Carlos San Juan, un médico jubilado de 78 años, comenzó una campaña bajo el lema ‘Soy mayor, no idiota’ y una recogida de firmas para que los bancos no se olvidaran de los mayores. Consiguió que el Gobierno atendiera sus demandas y que incluso pusiera en marcha una serie de medidas dentro del protocolo de buenas prácticas de la Banca, que justo este lunes ha cumplido un año. Después de doce meses es hora de hacer balance. San Juan suspende al sector en muchos aspectos, los bancos, por su parte, se muestran satisfechos con el resultado.

Suspenso a la banca

El líder de ‘Soy mayor, no idiota’ reconoce que, aunque han mejorado algunos aspectos como la atención a los mayores en la oficina gracias a la ampliación de horarios, pero critica, sin embargo, que no se ha modificado nada la complejidad de los cajeros ni de las aplicaciones. También suspende al sector en el cierre de oficinas y en las comisiones, de las que asegura “muchas veces no sabes ni lo que te están cobrando”. Ante esta situación, San Juan afirma con rotundidad que el principal problema es que estas medidas son voluntarias. Por ello, reclama que estas medidas se conviertan en ley “porque será cuando de verdad duren”.

El Gobierno miente y no cumple

Una ley que les prometió la ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, y que todavía no ha llegado “lo que estamos deseando es que salga adelante la ley que nos prometió”, pero señala que las elecciones pueden poner en peligro que esto suceda. No obstante, San Juan reconoce que el Gobierno o el arco parlamentario en general tienen difícil enfrentarse a la banca porque es un sector muy grande, en ese caso “tendrán que elaborar un plan B” para que los mayores puedan ir libremente sin ninguna traba relacionada con la digitalización ni con los horarios a las oficinas. Carlos San Juan explica que un buen proyecto es el convenio de la banca con Correos, que acerca el efectivo a través de los carteros reales.

“El objetivo de los bancos es ir apartando a los mayores hasta que nos callemos, pero no estamos dispuestos”, afirma con rotundidad Carlos San Juan, quien vuelve a agradecer la repercusión que tienen sus reclamos. De hecho, explica que los bancos, aunque son empresas privadas, cumplen un servicio público “como es el de las pensiones con los jubilados”, por lo que el Gobierno tiene que tener plena autoridad.

“Sin la ley estas buenas intenciones no durarán”, insiste y señala que si el cliente se maneja con la aplicación y con la tarjeta “es una ventaja”, que los mayores no la tienen. Carlos San Juan confía en que la creación, anunciada por el Gobierno, de la Autoridad del Cliente Financiero mejorará “sin lugar a dudas” esta situación. “250 euros que tendrán que poner los bancos por cada reclamación es una cantidad disuasoria para que arreglen antes de las cosas”, señala.

La banca hace un balance positivo

En el otro lado de la balanza está la banca. Las entidades financieras aseguran, como no podía ser de otra forma, que el balance es positivo y que las medidas que han tomado están teniendo buenos resultados. No obstante, alguna entidad matiza que los mayores suponen un porcentaje menor, pero no dudan en poner en marcha estas medidas.

(Con información de El Independiente)