Yuval Noah Harari es el intelectual israelí de moda en el mundo anglosajón.  Consultado por medios de comunicación, requerido por bancos que buscan hacer perfilismo positivo con su discurso, así como líderes internacionales que -no lo aman demasiado- y buscan su palabra como legitimación de su existencia. Es uno de los protegidos del Nuevo Orden Mundial (NOM), sobre todo desde que pasó del Homo Sapiens al Homo Deus… porque con lo que sueña Harari es con el endiosamiento del hombre, bueno, de la clase dirigente de la humanidad, bueno, de ellos mismos.

Y ahora, en sus conferencias itinerantes  advierte , como no podía ser de otra manera, que: el riesgo nuclear, el cambio climático y la inteligencia artificial son los tres ejes por los que el mundo moderno transita en este tiempo y por el que debería asumirse con seriedad semejantes desafíos.

El Nuevo Orden Mundial (NOM) no es una ideología más

Tenemos que convencernos de que el Nuevo Orden Mundial (NOM) no es una ideología más. Las ideologías clásicas se caracterizan por odiar a una parte de la humanidad y ensalzar a otra. Por ejemplo, el comunismo, que odia a los pudientes y enaltece al proletariado. Pero el Nuevo Orden Mundial no es una ideología más: el NOM odia al conjunto de la humanidad, su enemigo es el hombre.

La reducción de la población que pretende el NOM desde los 8.000 millones de seres humanos a los 1.000, eso sólo es el comienzo. El objetivo final del NOM es la destrucción de la humanidad propiamente dicha. Y esto, porque no es una ideología humana sino una perversión antihumana.

Estamos en la etapa intermedia

Pero por el momento estamos en la etapa intermedia: hay que reducir el número de seres humanos, como dice Harari. ¿Para qué, para suministrarles drogas y videojuegos?. Pero el objetivo final del Nuevo Orden Mundial, contra el que debemos rebelarnos cada día, cada uno desde su trinchera, es terminar con la raza humana, en su totalidad manifiesta. Mejor que no lo olvidemos.

(Con información de Hispanidad)