Después de los excesos alimenticios que seguramente casi todos hemos cometido durante estas tan señaladas fechas, ahora toca volver a la normalidad anterior. Seguramente todos habremos cogido algún kilo de más, pero hay una palabra que planea en la mente de muchos, en especial los que ya tenemos una edad. La palabra es: COLESTEROL.
Cuando oímos la palabra colesterol, todos nos ponemos en guardia y lo asociamos a infarto de miocardio, arteriosclerosis, ictus y las siete plagas del apocalipsis. En este artículo quisiera poner las cosas en su sitio y que tú, amable lector, tengas una información veraz de lo que es esta molécula esencial, sí, he dicho ESENCIAL, en el organismo.
Como muchas otras veces, siempre acudo a la célebre frase de Paracelso, el padre de la Toxicología, que decía: “sola dosis facit venenum” (La dosis hace el veneno). No es que el colesterol actúe como un tóxico en nuestro organismo, pero es su exceso lo que va a provocar ciertas patologías.
¿Qué es el colesterol?
El colesterol es una molécula clasificada dentro del grupo de los lípidos (las grasas para entendernos). En el organismo cumple con funciones biológicas completamente esenciales. Enumerémoslas:
Forma parte de las membranas de nuestras células proporcionándoles estabilidad. Es también necesario para la formación de hormonas, concretamente los esteroides u hormonas sexuales, interviene en el metabolismo de la vitamina D, imprescindible para la absorción de calcio y ácidos biliares. El colesterol está presente en el cerebro, el hígado, los nervios, la sangre y la bilis.
El hígado es capaz de sintetizar colesterol y el organismo puede obtenerlo de los alimentos ya que se encuentra mayormente en huevos, carnes y productos lácteos.
¿Qué se mide en nuestros análisis de sangre?
Los resultados de nuestras analíticas muestran la cantidad de unas proteínas que ligan el colesterol para moverse a través de la sangre y llegar a las células. Tres son las proteínas que realizan esta función. Los diferentes tipos de lipoproteínas (unión de la proteína con un lípido) tienen distintos propósitos, y son:
El HDL significa lipoproteínas de alta densidad en inglés. En ocasiones se le llama colesterol «bueno» porque transporta el colesterol de otras partes del cuerpo de vuelta al hígado. El hígado luego elimina el colesterol del cuerpo.
El LDL significa lipoproteínas de baja densidad en inglés. A veces se le llama colesterol «malo» porque un nivel alto de LDL lleva a una acumulación de placas en las arterias.
La Lipoproteína de muy baja densidad (VLDL en inglés). Algunos también la califican como colesterol «malo» porque contribuye a la acumulación de placas en las arterias. Pero la lipoproteína de muy baja densidad y el LDL son diferentes; la lipoproteína de muy baja densidad transporta triglicéridos y el LDL principalmente lleva colesterol.
Viendo la función de estas lipoproteínas podemos ya entender que significa tener unos valores altos de una u otra.
Entonces, ¿Cuál es el problema con el colesterol?
El problema efectivamente es el exceso. Una mayor tasa de colesterol supondrá una mayor tasa de LDL. Es esta lipoproteína es la que se puede acumular en las arterias y forma una “placa ateromatosa o ateroma”
Si tiene grandes depósitos de placa en sus arterias, un trozo de placa puede romperse. Esto puede causar que se forme un coágulo de sangre. Si el coágulo es lo suficientemente grande, puede bloquear un poco o completamente el flujo de sangre en una arteria coronaria. Si el flujo de sangre rica en oxígeno en el músculo cardíaco se reduce o se bloquea, puede causar angina (dolor de pecho) o un ataque al corazón.
La placa también puede acumularse en otras arterias del cuerpo, incluidas las arterias que llevan sangre rica en oxígeno al cerebro y extremidades. Esto puede conducir a problemas como enfermedades de las arterias carótidas, accidente cerebrovascular y enfermedad arterial periférica.
¿Cuáles son las causas de tener un colesterol alto?
Sin lugar a duda la causa principal de un colesterol alto (en jerga médica se le llama hipercolesterolemia) es una forma de vida poco saludable. Las principales y que cualquier médico aconsejará evitar son:
Los hábitos alimenticios poco saludables, como comer muchas grasas dañinas. Un tipo, la grasa saturada, se encuentra en algunas carnes, productos lácteos, chocolate, productos horneados y alimentos procesados y fritos. Otro tipo, la grasa trans, se encuentra en algunos alimentos fritos y procesados. Comer estas grasas puede elevar el colesterol malo (LDL). Hagamos en este punto hincapié reivindicando nuestra “Dieta Mediterránea” como de las más saludables.
La falta de actividad física, con mucho sedentarismo y poco ejercicio. Esto reduce el colesterol bueno (HDL).
Fumar es lo que reduce el colesterol bueno (HDL), especialmente en las mujeres. También aumenta el colesterol malo (LDL)
El riesgo de hipercolesterolemia también puede verse aumentado por otros factores.
La edad: Los niveles de colesterol tienden a aumentar a medida que se envejece. Aunque es menos común, personas jóvenes, incluyendo niños y adolescentes, pueden también tener colesterol alto.
La historia familiar: El colesterol alto puede correr en familias.
La raza: Ciertas razas pueden tener un mayor riesgo de colesterol alto. Por ejemplo, los afroamericanos suelen tener niveles más altos de colesterol bueno (HDL) y malo (LDL) que los blancos.
El peso: Tener sobrepeso u obesidad aumenta el nivel de colesterol.
¿Cómo puedo tratar el colesterol alto?
Sin lugar a duda manteniendo una forma de vida saludable evitando lo que hemos señalado como causas anteriormente.
Una vez instaurada una colesterolemia hay que tratarla sí o sí por el riesgo que entraña. A una modificación del estilo de vida, el médico puede instaurar además un tratamiento con algún fármaco hipolipemiante (que reduce los niveles de grasas en sangre). Los fármacos usados son:
Las estatinas, que impiden que el hígado produzca colesterol. Son en la actualidad los fármacos de primera línea más usados.
Los secuestrantes de ácidos biliares, que disminuyen la cantidad de grasa absorbida de los alimentos.
Los inhibidores de la absorción de colesterol, que bajan la cantidad de colesterol que proviene de los alimentos y reducen los triglicéridos (tipo de grasa que se encuentra en la sangre).
El ácido nicotínico (niacina), también llamado vitamina B3 o vitamina PP reduce el colesterol malo (LDL) y los triglicéridos, y aumenta el colesterol bueno (HDL). Aunque se puede comprar niacina sin receta médica, se debe hablar con el médico antes de tomarla. Las dosis altas de niacina pueden causar efectos secundarios graves tales como: reacciones visuales: raramente ambliopía, vahídos; hipotensión arterial; dolor de cabeza; disminución de tolerancia a la glucosa y miopatía.
Los inhibidores de la PCSK9, que bloquean una proteína llamada PCSK9. Esto ayuda al hígado a remover y eliminar el colesterol malo de la sangre.
Los fibratos, que reducen los triglicéridos. También pueden aumentar el colesterol bueno (HDL). Si se toman con estatinas, pueden aumentar el riesgo de problemas musculares. Se han informado muchos casos de afectos adversos graves por rabdomiólisis con la asociación de estos dos fármacos.
Una vez más, espero amable lector que este breve artículo te haya servido para clarificar algunas ideas sobre que es el colesterol y como evitar su exceso en sangre adoptando estilos de vida saludables y si es el caso buscar consejo médico y tratarlo con los fármacos disponibles en la farmacopea actual.
Albert Mesa Rey | Escritor