El vergonzoso club de la extrema izquierda iberoamericana

sanchez y el grupo de Puebla

La cumbre de la extrema izquierda iberoamericana en Chile ha reunido a una serie de personajes de los más selectos y siniestros del comunismo iberoamericano: Gustavo Petro, Luiz Inácio Lula da Silva, Gabriel Boric, Yamandú Orsi y Pedro Sánchez.

Este teatro de hipocresía tuvo lugar en el Palacio de La Moneda, en Chile, bajo el irónico nombre de «Democracia Siempre». Un nombre grotesco para una cita que ha reunido a antiguos terroristas, corruptos condenados, defensores de dictaduras y aliados del narcotráfico.

Una escenificación para la propaganda

Esta cumbre de la extrema izquierda iberoamericana ha sido como si el capo asesino de la mafia impartiera conferencias de ética policial y honradez. Su descaro no conoce límites. el comunista Gabriel Boric, con su pose altiva, presentó el evento como un foro para defender la democracia. ¿Democracia? ¡Pero si se rodea de quienes la han pisoteado durante décadas!

Luiz Inácio Lula da Silva, condenado por corrupción, aparece como referente moral. Gustavo Petro, con su pasado guerrillero en el M-19, habla de justicia social. Y para rematar, el uruguayo Yamandú Orsi, aliado de los grupos más radicales del Frente Amplio, se presenta como garante de derechos. ¿Y Pedro Sánchez? Perseguido por la corrupción institucional y familiar que le amenaza directamente. ¿Esos eran los defensores de la democracia?

Esta reunión ha servido, en realidad, para fortalecer las redes comunistas internacionales que buscan subvertir el Estado de Derecho y socavar las democracias desde dentro. No es una cumbre por la democracia, es una conspiración de extrema izquierda contra las naciones libres.

Redes de protección a dictaduras

Los asistentes a esta cumbre de la extrema izquierda iberoamericana forman parte de una telaraña ideológica que protege y blanquean a las dictaduras comunistas de Nicolás Maduro en Venezuela, Miguel Díaz-Canel en Cuba y Daniel Ortega en Nicaragua. Lo hacen a través de estructuras propagandísticas, financiación opaca y presiones políticas internacionales.

Se presentan como democrátas mientras promueven la censura, el adoctrinamiento, el control judicial y la destrucción de la libertad de prensa. Cada uno, en su país, ha impulsado medidas para neutralizar a la oposición, silenciar a los críticos y manipular elecciones. Y Sánchez es el maestro.

Como si fuera poco, estos líderes de extrema izquierdas aprovechan este tipo de foros para blanquear sus propias biografías. Es un lavado de imagen colectivo, un «yo te tapo, tú me tapas» entre aliados ideológicos.

El papel de Pedro Sánchez en esta red

Pedro Sánchez estuvo presente en la reunión, y por supuesto, en la foto. Su cercanía ideológica, sus alianzas con dictaduras bolivarianos y su política de confrontación con la Justicia, la oposición y los medios libres lo sitúan en la misma órbita.

La promoción del izquierdismo, la censura informativa y la ocupación del poder judicial en España forman parte del mismo plan que estos líderes iberoamericanos implementan en sus respectivos países.

La cumbre de la extrema izquierda iberoamericana no es un hecho aislado. Es parte de una estrategia continental para consolidar una «Internacional comunista» que imponga una agenda ideológica destructiva para las naciones.

Una reunión de lo peor de lo peor

Allí se juntaron corruptores de países, terroristas, aliados del narcotráfico y expertos en estafa política. Es un insulto a los ciudadanos de bien. Es una burla a las verdaderas democracias y a las víctimas del socialismo y del comunismo.

La cumbre de la extrema izquierda iberoamericana debería haber sido denunciada por todos los líderes democráticos del mundo. Pero el silencio de la UE y de EE. UU. solo demuestra cómplice cobardía o, peor aún, participación silenciosa.

El peligro está más cerca de lo que creemos

La amenaza no está solo en Caracas, La Habana o Managua. Está en Santiago, en Bogotá, en Brasilia, y en Madrid. La presencia de estos personajes, su coordinación y su estrategia de agitación nos obliga a permanecer alerta.

La cumbre de la extrema izquierda iberoamericana es una advertencia clara. No son democrátas. No son reformistas. Son comunistas organizados. Y su único objetivo es destruir la libertad.

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