Sensación de euforia por seis euros. Ese es el precio por el que se puede adquirir un bote de Cloretilo en cualquier farmacia. Este spray, que se usa como analgésico deportivo, se puso de moda como droga para los jóvenes en los años 80. Cuatro décadas después ha vuelto a ganar popularidad entre los adolescentes en algunos puntos de España.

El fácil acceso a este producto, no requiere receta médica, su bajo coste y el modo de empleo hace que muchos adolescentes lo consideren ‘divertido’ sin saber que se están jugando la vida. 

Los jóvenes inhalan la sustancia acumulada en un aerosol tras rociar una prenda de ropa. Y luego solo tienen que esperar unos segundos a que el producto haga efecto. Lo más normal es que sufran alteraciones de comportamiento, relacionadas con la euforia, la risa o el aumento de agresividad, en los casos más leves.

La facilidad de acceso – sin receta médica-, su bajo coste y sus efectos rápidos e intensos son las características que buscan quienes se colocan con cloretilo. Los expertos subrayan que se trata de una sustancia inhalante muy tóxica con riesgos importantes a corto y largo plazo.

Desde hace muchos años ha sido un sustituto de las drogas de abuso más caras y selectivas y, en general, este tipo de sustancias que se inhalan -pegamento, disolventes, espráis anestésicos…- tienen un perfil de consumidor mayoritariamente masculino y con un nivel sociocultural bajo.

Consecuencias

Sus consecuencias pueden ser fatales con asfixias, convulsiones, arritmias y efectos que pueden llegar hasta la muerte súbita. Entre los efectos no deseados del cloretilo cabe destacar, en primer lugar, los traumatismos que sufren los usuarios como consecuencia del estado de ebriedad que alcanzan. “A altas dosis puede producir la pérdida total de consciencia y de memoria y por eso en ocasiones se usa como droga de sumisión para narcotizar a mujeres y abusar sexualmente de ellas”, señala Polanco.

El mayor susto se produjo en Montroi (Valencia) donde una joven de 16 sufrió un coma por una intoxicación, al parecer por haber usado Cloretilo. Afortunadamente la menor se recuperó. Posteriormente negó haber inhalado ese producto pero confesó que sus amigos si lo tomaban.

Fuera de la Comunidad Valenciana se han dado casos del abuso de este fármaco en diversos puntos de la geografía española. Por el momento no son de gran trascendencia pero las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado siguen de cerca el recorrido de este analgésico tan demandado.

Los casos en el centro peninsular son pocos aún. Sin embargo por redes sociales algunos jóvenes han publicado videos donde mencionan este producto, durante las noches de fiestas en conocidos establecimientos nocturnos de la Comunidad de Madrid.

El objetivo principal es que no se llegue a la situación que se vivió en la década de los años 90, cuando el Colegio de Farmacéuticos de Madrid alertó de la venta disparada de este spray ya que era utilizado también como alucinógeno.

Cómo reconocer el abuso del cloretilo y otros inhalantes

El Instituto Nacional sobre Abuso de Drogas de Estados Unidos proporciona algunas pistas a los padres para ayudarles a detectar si sus hijos consumen estas sustancias:

  • Olores químicos en el aliento o la ropa.
  • Manchas de pintura u otras sustancias en cara, manos, ropa…
  • Si esconden objetos como envases de disolventes, espráis de uso deportivo, pinturas o ropa impregnada de sustancias químicas.
  • Desorientación, estado de embriaguez.
  • Dificultad para hablar.
  • Náuseas o falta de apetito.
  • Falta de atención y coordinación, irritabilidad, depresión.

Fácil adquisición

De hecho, el uso del cloretilo como sustancia que altera el comportamiento al inhalarla no es una práctica nueva. A principios del año 2000 ya se usaba entre los jóvenes que buscaban nuevas experiencias. Sin embargo, su acceso estaba más limitado al necesitarse una receta médica para comprarlo en una farmacia. Ahora, sin embargo, se puede adquirir fácilmente por Internet.