Sánchez quiere acabar con la libertad de prensa. Disfraza el liberticidio con medidas de calidad democrática. Es un dictador que quiere acabar con cualquier discrepancia. Odia la libertad de expresión.
Incluirá grandes multas a ‘desinformadores’, prohibición de contrataciones públicas a empresas y particulares que financien a tales perfiles o medios, y un ‘comité de expertos’ elegido por el Gobierno para el cierre de redes sociales y medios sin orden judicial.
En su plan para convertirse en el dictador de España al estilo venezolano de Maduro, Sánchez quiere terminar con los pocos medios de comunicación disidentes e independientes que hay en la actualidad y endurece el tono contra ellos, a los que asocia con, según él, la desinformación, ser fachas y antidemócratas.
En su huida hacia adelante, el aprendiz de dictador, Pedro Sánchez, ha anunciado oficialmente – se sabía desde hace tiempo porque forma parte de se hoja de ruta- que aprobará antes del verano su plan que tiene como objetivo controlar y amordazar a los medios críticos.
Pedro Sánchez ha decidido no ponerse frenos en su huida hacia adelante y lanza amenazas directas a periodistas y medios de comunicación bajo el seudónimo de paquete de calidad democrática. Es lo propio de un dictador. En nombre de la democracia, elimino la democracia y la libertad.
Como no puede controlar con dinero a los medios libres e independientes, el plan es la cancelación
En su golpe de estado institucional que está dando Sánchez ya tiene casi totalmente controlado a la inmensa mayoría de los medios de comunicación españoles. Pero Sánchez no puede permitir la mínima crítica. La libertad de expresión no forma parte de él. Por eso, quiere destruir a esos medios independientes.
Sánchez quiere acabar con la libertad de expresión y con los medios críticos. Quiere convertirse en un dictador y, para ello, está siguiendo el modelo de su admirado, el dictador comunista Nicolás Maduro.
Antes de que empiecen las vacaciones
Así, ha señalado que «antes de que termine el mes de julio presentará un paquete» para frenar los «bulos» de los medios de comunicación que el jefe del Ejecutivo denomina «tabloides». En opinión de este dictarzuelo, es importante «que el Congreso asuma su responsabilidad» para realizar una «mejora democrática de nuestro país» con el objetivo de evitar los «bulos y la desinformación», en alusión a las noticias de los medios críticos con el Gobierno.
El presidente del Gobierno ha expresado la necesidad de establecer un plan para frenar la «desinformación, bulos y estrategias de difamación».
«Surge por informaciones falsas de determinados tabloides que después son amplificados en tertulias de televisión y de radio», ha narrado el jefe del Ejecutivo. Sánchez considera que en esas charlas «siempre está sobrerrepresentada la ultraderecha» y que «los progresistas están infrarrepresentados».
Concretamente, Sánchez propone exigir más «transparencia» y conocer la «financiación» de los medios. «Hay que trasponer y hacer efectivo lo aprobado en Bruselas, una ley de libertad de medios de comunicación en la que se habla de transparencia y financiación», ha señalado.
Su plan incluirá una batería de medidas como grandes multas a ‘desinformadores’, prohibición de contrataciones públicas a empresas y particulares que financien a tales perfiles o medios, y un ‘comité de expertos’ elegido por el Gobierno para el cierre de redes sociales y medios sin orden judicial.
Las asociaciones de prensa eluden pronunciarse sobre la ofensiva de Moncloa contra los medios
Y las asociaciones de la prensa, por el momento, también están alineadas con el gobierno liberticida. Quizás, lo más sangrante de todo es el silencio de las asociaciones de periodistas de España, sobre todo de FAPE. Argumentan que todavía no conocen las medidas que propondrá el plan de Sánchez. Así, la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) señala que «hasta que no sepamos en qué consiste el plan para la denominada ‘regeneración democrática‘ que afectará al ejercicio de la profesión periodística, no podemos hacer valoraciones sobre la misma».
Por su parte, la Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP) se ha negado a responder a las preguntas. Y eso que el Gobierno ya se niega a responder preguntas parlamentarias por escrito si están basadas en «informaciones periodísticas».
Desde de la Asociación de la Prensa de Madrid apuntan también que no puede pronunciarse sobre el plan de «calidad democrática» de Sánchez «hasta que no conozca el contenido de lo que pretende hacer el Gobierno«, aunque sí critica la retórica del fango que el Gobierno ha manejado los últimos meses, es decir, la forma, pero no el fondo que es lo esencial.
Las 4 fases que están implantando Sánchez y el PSOE en su golpe a los medios de comunicación
Recordemos que consta de cuatro fases del golpe mediático que está dando Sánchez:
Primera fase: Invención de un problema. “La máquina de fango de las web”
La primera fase de esta estrategia es simple: estos medios son parte de una conspiración muy grande y poderosa que va contra la democracia. En las últimas semanas, Sánchez se ha puesto al frente de la ofensiva contra los medios periodísticos independientes. Así, Sánchez los ha acusado de ser «la máquina del fango», alentada por la derecha y la ultraderecha, junto a páginas web y asociaciones ultraderechistas que fabrican bulos y mentiras, bulos que a continuación se propagan en tertulias y en las tribunas para después judicializar falsas denuncias, deteriorando gravemente nuestra democracia y nuestra convivencia”. Ya tenemos la conspiración y el enemigo contra la democracia.
Segunda fas: Señalamiento
La segunda fase es el señalamiento concreto de personas e instituciones. Ya no se habla de generalidades ni de abstracciones. En esta fase se identifica y señala al enemigo a purgar. El objetivo es la paralización por el miedo. Para ello las tácticas del desprestigio, señalamiento, y demandas.
Tras la queja manifestada públicamente por Sánchez respecto a las informaciones difundidas por lo que califica como “pseudomedios”, el PSOE ha reactivado el citado “comité contra la desinformación”. El objetivo es señalar a los medios y periodistas críticos.
Tercera fase: Purga. Rectificación en 24 horas o demanda
La tercera fase será la purga, ya sea el cierre, penas económicas o la cárcel, con una máxima: “Asesinado a uno, educado a miles. En este contexto, este comité de comisarios políticos ya ha establecido, incluso, un procedimiento de actuación: la dirección del partido anunciará el inicio de las “correspondientes acciones legales” contra el medio o el periodista, 24 horas después de haberle pedido una “rectificación inmediata”. Si no se produce, se actuará sin más dilación.
Saben que el miedo es paralizante. Sánchez usará la estrategia comunista de «asesinado a uno, educado a miles». En este contexto se prevé que algunos periodistas y/o ciudadanos sean, a corto plazo, cancelados y penalizados judicial y económicamente. Han empezado con Bieito Rubido. Seguirán con otros.
Cuarte fase: Ley de medios de comunicación
Pedro Sánchez va a copiar la reciente Ley contra el Fascismo, Neofascismo del dictador comunista Nicolás Maduro que aprobó hace sólo un mes para perseguir a la oposición venezolana en defensa de «la democracia».
La ley de Maduro se perfila como un instrumento contra la libertad de expresión y opinión y contra cualquier tipo de disidencia. Porque dentro del «fascismo» se puede incluir toda opinión crítica que al gobierno le parezca. En su exposición de motivos proliferan las expresiones que, como en el discurso de Sánchez, equiparan la persecución de la crítica con la supuesta protección de la «democracia».
El articulado recoge un severo plan de sanciones, con hasta 12 años de cárcel y elevadas multas, incluso por la convocatoria de manifestaciones. Se cerrarán los medios que difundan «mensajes prohibidos». De decidir lo que es y no es «fascismo» y «neofascismo» se ocupará una comisión –Alta Comisión contra el Fascismo, Neofascismo y Otras Expresiones– elegida por el propio Maduro.
Una vez controlado a los periodistas, a los medios, y con una ley que los ampare, el dictador puede hacer y deshacer lo que quiera. A eso vamos.
La libertad de prensa está en peligro
Y es que la libertad de prensa está en peligro en España. Sánchez quiere controlarlo todo. Absolutamente todo. No quiere que ningún medio – aunque sea pequeño- pueda escapar a su control. Y si le dejan aplicará la censura, la represión y la cancelación.
Sánchez quiere acabar con la libertad de prensa. Para ello, amenaza a las empresas: cuidadito con dónde os anunciáis y a qué medios patrocináis
Disfraza el liberticidio con medidas de calidad democrática. Ejemplo: exigir más «transparencia» para conocer la «financiación» de los medios.
Es decir, ya no sólo es que exijas a una empresa privada, como lo son los medios de comunicación en su mayoría, que te den sus libros de contabilidad, que ya se las trae, sino que el mensaje es claro para las empresas que invierten en publicidad en los medios. Pongamos, a modo de ejemplo, que una empresa invierte en un medio que Sánchez y su mecanismo de comisarios políticos consideren tabloide o pseudomedio, el cual publica informaciones que no le agradan, pues, con esta amenaza les está diciendo que tomará cualquier represalia contra dicho medio, por ejemplo, no podrá participar en concursos públicos o tener acceso a fondos, porque colabora con la desinformación y con el ataque a la democracia.
La autocracia de Sánchez está disparada hasta cotas nunca antes vistas. Sánchez avanza a pasos agigantados por el totalitarismo. Sólo queda la valentía de los periodistas, aunque por ahora las asociaciones de prensa no han dicho nada. Están escondidos. Son cobardes ante el amo.
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