Consecuencia de la inmigración masiva descontrolada: La Generalidad reconoce que más de la mitad de los presos en Cataluña son extranjeros

Los datos oficiales de la Generalidad de Cataluña desmontan la narrativa de la izquierda, que intenta ocultar la relación entre la inmigración masiva ilegal, y el incremento de la delincuencia. Según cifras proporcionadas por el Departamento de Justicia catalán, más de la mitad de los presos en las cárceles catalanas son extranjeros. Una realidad que pone en evidencia las graves consecuencias de la inmigración descontrolada.

Cifras que no dejan lugar a dudas

Actualmente, según el Debate, en las cárceles catalanas hay un total de 8.595 presos, de los cuales 4.437 son extranjeros. Esto supone que más del 51% de la población penitenciaria no tiene nacionalidad española, lo que refleja un desproporcionado impacto en el sistema de justicia.

El caso más extremo se da en la prisión de Joves, en La Roca del Vallès (Barcelona). Allí, de los 305 reclusos, 230 son extranjeros, es decir, casi el 75%. De estos, 137 tienen nacionalidad marroquí, lo que subraya un perfil predominante entre los jóvenes delincuentes. Según datos del Consejo General del Poder Judicial, más del 70% de los presos entre 10 y 20 años son extranjeros en Cataluña, y los marroquíes representan el 40% de los encarcelados en esa franja de edad.

Otras cárceles como Brians 1, situada en Sant Esteve Sesrovires (Barcelona), muestran una tendencia similar. De los 1.103 internos, 663 son extranjeros frente a los 440 españoles. En Puig de les Basses (Figueres, Gerona), hay 529 presos extranjeros frente a 325 nacionales, y en Ponent (Lérida), 355 internos extranjeros superan a los 285 españoles.

Incluso en Brians 2, la cárcel más grande de Cataluña con 1.582 internos, se observa un empate técnico, con una ligera mayoría extranjera: 793 frente a 789 españoles.

Un sistema desbordado

La izquierda insiste en relativizar estos datos, atribuyéndolos a factores sociales o económicos. Sin embargo, las cifras dejan en evidencia que el fenómeno migratorio masivo e incontrolado está saturando los recursos del sistema penitenciario. Además, el impacto en la seguridad ciudadana es innegable.

Los discursos que intentan ocultar esta realidad pierden fuerza ante la contundencia de las estadísticas. Es innegable que a mayor inmigración masiva, especialmente la ilegal, mayor es el porcentaje de extranjeros involucrados en actividades delictivas graves.

Consecuencias para la sociedad

Este escenario no solo pone de manifiesto un problema de seguridad, sino también un fracaso en las políticas migratorias. La promoción de la inmigración masiva, incluida la ilegal, ha generado tensiones en el sistema judicial y ha sobrecargado las prisiones catalanas. Además, se observa cómo la juventud extranjera representa una proporción alarmante de la delincuencia en esta región.

El silencio cómplice de la izquierda

Pese a la contundencia de los datos, los sectores izquierdistas intentan minimizar o directamente ocultar esta realidad. La manipulación del discurso público no puede silenciar la evidencia: la inmigración masiva ilegal descontrolada no solo está asociada al aumento de la delincuencia, sino que también erosiona los recursos de un sistema que no puede absorber esta carga.

Es hora de enfrentar los hechos. La mentira y la manipulación de la izquierda no pueden seguir encubriendo una verdad que afecta a la vida cotidiana de los ciudadanos: a mayor inmigración masiva ilegal, mayor delincuencia y mayor inseguridad para todos.