Coherencia política y catolicismo

Esta semana ha comenzado la Cuaresma, un tiempo de profunda reflexión y conversión para los católicos de todo el mundo. Se inicia con el Miércoles de Ceniza, cuando los fieles recibimos la ceniza en la frente como símbolo de humildad, arrepentimiento y renacimiento, interpelándonos a la conversión.

En un mundo dominado por la corrección política y el relativismo, es alentador ver figuras de relevancia pública que abrazan su fe con orgullo. Es el caso del Secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, quien ha aparecido recientemente en público con la marca de la ceniza, declarando con orgullo su fe. Este gesto, en un momento histórico donde la autocensura y el wokismo intentan sofocar las raíces cristianas de Occidente, nos recuerda la importancia de la coherencia y la libertad religiosa. Los católicos no debemos avergonzarnos de nuestra fe ni permitir que el discurso izquierdista nos obligue a esconder nuestras creencias. La Cuaresma es el mejor momento para reafirmarlo.

El Miércoles de Ceniza marca el inicio de los 40 días de la Cuaresma, un tiempo de preparación para la Pascua. Este tiempo nos recuerda nuestra condición mortal y la necesidad del arrepentimiento. Durante este periodo, la Iglesia Católica nos invita a vivir con mayor profundidad los tres pilares espirituales que sostienen la Cuaresma: oración, ayuno y limosna.

Estos principios han sustentado la moral y la cultura de Occidente durante siglos, pero hoy son atacados por una agenda globalista que busca diluir nuestra identidad y tradiciones. La fe no es solo una creencia privada, sino un pilar civilizatorio que debemos defender.

En la actual lucha cultural, vemos cómo las instituciones globales y las ideologías de izquierda pretenden reescribir la historia, borrar nuestras raíces y ridiculizar los valores cristianos. Sin embargo, la realidad es que la fe sigue viva en millones de personas, pese a los intentos del sistema por silenciarla.

Países de Europa e Hispanoamérica han sido testigos de una creciente persecución ideológica contra los cristianos. Expresiones de fe en el espacio público son vistas como «ofensivas» o «retrógradas» por sectores que promueven la agenda globalista. La ironía es que, mientras se exige «tolerancia» para toda expresión cultural ajena, especialmente el islamismo, el cristianismo es constantemente atacado y censurado.

A pesar de ello, la fe y la tradición no pueden ser erradicadas fácilmente. Como bien señala el Secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, aunque muchos occidentales no sean creyentes activos, las raíces cristianas siguen presentes en la cultura, en los valores y nuestra forma de entender la vida.“

Es momento de que los católicos recuperemos el orgullo por nuestra fe y tradición. La Cuaresma no solo es un tiempo de reflexión personal, sino una oportunidad para reafirmar nuestra identidad en una sociedad que pretende arrebatárnosla.

Pero mientras en Estados Unidos es cada vez más común ver a políticos que dan testimonio abierto de su fe católica en los medios de comunicación, en España se percibe una vergüenza, cuando no una cobardía, entre la clase política. Aquí, los líderes evitan manifestar públicamente sus creencias, como si defender la fe fuera un obstáculo en lugar de un valor. La coherencia de los políticos que se dicen católicos brilla por su ausencia, y el ejemplo que arrastra en otros países no se replica en España. Nuestros representantes parecen más preocupados por no incomodar a ciertos sectores que por mantenerse firmes en sus principios y mostrarse orgullosos de ellos. Esta falta de valentía no solo los deslegitima, sino que también transmite una imagen de sumisión y tibieza que provoca indignación y pena entre quienes esperan líderes católicos con convicciones firmes y auténticas.

Las generaciones futuras merecen recibir un legado basado en la verdad, en la familia y en la libertad religiosa. Si hoy no defendemos con firmeza estos valores mañana serán historia enterrada por la corrección política.

Este tiempo litúrgico nos recuerda que el cristianismo no es solo un conjunto de ritos, sino una forma de vida que ha moldeado el mundo occidental. Como católicos, debemos vivir la Cuaresma con la convicción de que nuestra fe no es un obstáculo, sino un pilar fundamental de la civilización.

La historia nos ha demostrado que la verdad siempre prevalece. Es hora de ser coherentes, vivir la fe sin miedo y de recordar que la libertad, la familia y la vida son principios innegociables.

Que esta Cuaresma sea un tiempo de renovación, conversión y fortaleza, no solo espiritual, sino también cultural y política.

Comparte en Redes Sociales
Evita la censura de Internet suscribiéndose directamente a nuestro canal de TelegramNewsletter
Síguenos en Telegram: https://t.me/AdelanteEP
Twitter (X) : https://twitter.com/adelante_esp
Web: https://adelanteespana.com/
Facebook: https://www.facebook.com/AdelanteEspana/

Comparte con tus contactos:

1 comentario en «Coherencia política y catolicismo»

  1. Mi máximo respeto al ex Senador Marco Rubio del estado de la Florida pero hoy en día Secretario General de USA.
    Gran patriota, politico, y con una familia encantadora de origen cubano.
    Excelente articulo, gracias.

    Responder

Deja un comentario