Hace ya tiempo que, en estas y otras páginas, he desmontado la desinformación que se nos da para justificar parte de la famosa Agenda 2030 y, sobre todo, lo que significa la falsa religión del clima, algo que, como toda falsa religión, – y no digamos sectas afines-, solo se intuye como una manera de, con el miedo, llegar a vaciar el bolsillo del pueblo, y de paso, sus cerebros. Lo primero es cada vez más difícil, pues, los diferentes chinos, y nunca mejor dicho, ya los han vaciado a más de la mitad, en algunos casos, esa mitad es el todo. Y de paso, lavarles el cerebro con cuentos y datos categóricamente falsarios y que solo crean miedo; miedo que al final se traduce en menos ideas y conocimientos en la cabeza y menos dinero en el bolsillo. Finalmente, como el dinero ni se crea, ni se destruye, sino que simplemente cambia de manos, pues para qué más explicaciones.
Hay un cuento que yo oí con muy pocos años. Esos de la juventud que se lo cree casi todo, que consistía en que el nivel del mar iba a crecer un centímetro al año, porque se estaban derritiendo los hielos eternos de ambos polos por acción de la contaminación y el CO2, algo de lo que había tomar medidas urgentemente. Con las mismas, y teniendo en cuenta que empezábamos a veranear con nuestro flamante utilitario, mi familia se fue a veranear a la apenas construida zona del inicio de La Manga y Cabo de Palos. Era el principio de los años 70, y con esa candidez propia de la edad, me fui a un puente, que habían construido sobre uno de los canales que comunican el Mar Mediterráneo y el Mar Menor e hice una indeleble señal en una zona de reciente encementado, quedándose allí grabada la correspondiente señal, que yo esperaba que se cubriera de agua en pocos años.
Bien, han pasado más de 50 años y un pico, y he vuelto por allí. La Manga se ha convertido en un sitio casi inhabitable, por el exceso de edificios, vehículos y turistas de todo pelaje, pero no se aprecia el hundimiento que en estos más de CINCUENTA años se debiera haber producido. La zona del puente aquel, está, no solitaria, sino rodeada de edificios, pero se puede acceder a los bajos del puente, que en la zona que yo conocí con el cemento tierno, está todavía allí. Busque la amplia señal dejada por mí, y, curiosamente, la señal es perfectamente visible y no está tapada por el agua.
Como muestra bien vale un botón, les voy a dar varios: Desde hace años, los cruceros de las compañías turísticas norteamericanas visitan Groenlandia. No toda, claro, porque es muy grande, pero sí una determinada zona más bien al sur, que de habitual se visitaba, y digo visitaba, porque este año ha habido que suspender las visitas de barcos no debidamente preparados para el hielo, porque el acceso a los puertos de la gigantesca isla están cercados por el hielo. Lógicamente, no he estado allí, pero sí lo estuvo en su día un científico español, Carlos Duarte, Premio Nacional de Investigación 2007, que declaró ese año que «ver el deshielo en directo es abrumador», y anunció que «veremos el Ártico sin hielo en 2020. Este “Guru” no acertó mucho, más bien nada. Pero no es el único.
Calentólogos acreditados de las estaciones de estudio en la Antártida ya presumieron algo parecido y ¡curiosamente acertaron! La zona donde están la mayoría de las estaciones internacionales de estudio en la Antártida han mejorado su temperatura media, por mejorar entiendo que la temperatura media ha crecido hacia el positivo y además hay zonas que antes eran intransitables en el invierno Austral, que ahora son más fáciles para ellos. Yo me pregunto, ¿a lo mejor han acertado con sus vaticinios? No lo hicieron con el famoso agujero de OZONO, ¿pero a lo mejor?….
Pues va a ser que no. Como ya conocen ustedes, he estado en escuelas de formación del Ejército Español y he ayudado a formar personal para temas de sanidad en misiones de todo tipo. Y una de ellas se desarrolla en la Antártida, donde un antiguo alumno mío, pasó la temporada pasada allí, con la cosa de las investigaciones. Le pregunté sobre lo verdadero de las anteriores afirmaciones y me respondió que eran ciertas, pero que no es que cambiase el tiempo de la Antártida en su conjunto, sino que existe un desplazamiento de la climatología y los hielos en torno al continente. De hecho, una zona que años atrás, estaba siendo estudiada y que se encuentra al otro lado del mismo, ha tenido que suspenderse toda acción en aquella zona de los barcos de investigación, porque zonas de mar abierto han pasado a ser zonas de hielos perpetuos. ¡Vaya por Dios, Que cosas!
Les dejo el enlace a un video muy interesante sobre el tema. Les aconsejo que lo vean entero, merece la pena.
https://www.youtube.com/watch?v=qPoqd5Zc1N0
En fin, yo creo que alguien carece de luces, o quizás de vergüenza, pero de lo que no carece es de ganas de tomarnos el pelo, para meternos miedo y de paso enriquecerse personalmente, más sus jefes que ellos, pero ya se sabe que los lacayos trabajan por poco.
¡Ah! Que yo sepa el CO2 es imprescindible para que las plantas hagan sus funciones alimenticias, es decir que vivan, ¿Cómo es posible que ningún conservacionista de bosques, fauna y flora, no hayan puesto el grito en el cielo con lo de eliminar el CO2?
Y ahí lo dejo…
José Antonio Ruiz de la Hermosa es, de primera formación, Sanitario y Capitán retirado de Sanidad Militar. Después, historiador, escritor y divulgador. Actualmente dirige en Decisión Radio varios programas de divulgación histórica y “La Cortina de Humo” sobre la actualidad nacional. |
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1 comentario en «Calentólogos, ¿Cómo es posible carecer de…? | José Antonio Ruiz de la Hermosa»