Cuando llevar la bandera de España es “ser de ultraderecha”

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CCOO lo ha afirmado al denunciar a un joven que llevaba una pulsera con la bandera de España y que llamó «comegambas» a dos delegados sindicales en la UGR.

La bandera de España, criminalizada por la izquierda sindical

El sindicato comunista CCOO ha afirmado que llevar una pulsera con la bandera de España es “símbolo común entre militantes y simpatizantes de partidos de ultraderecha”. La declaración figura en un comunicado oficial tras un incidente en la Facultad de Relaciones Laborales de la Universidad de Granada (UGR).

El altercado se produjo cuando dos delegados sindicales de CCOO, en plena campaña para las elecciones de personal, fueron increpados por un joven de unos 20 años. Según el sindicato, este estudiante los llamó “sinvergüenzas comegambas” mientras llevaba visible en la muñeca una pulsera con la bandera nacional.

Lejos de centrarse en el insulto, CCOO elevó el hecho a una cuestión política, vinculando el uso del símbolo nacional con la militancia radical. El mensaje es claro: para la izquierda sindical, mostrar orgullo por la bandera equivale a declararse de ultraderecha.

La izquierda, incómoda con la identidad nacional

No es un caso aislado. En la narrativa de gran parte de la izquierda, los símbolos de España generan rechazo , vergüenza, incomodidad e incluso odio. Para los comunistas – en este caso de CCOO- y sectores afines, ondear la bandera, llevarla en la muñeca o exhibirla en cualquier formato es un gesto indicativo ideológico fascista y de ultraderecha sospechoso.

En este contexto, el orgullo nacional se demoniza. Para la izquierda radical y sectaria, la bandera de España y ser de ultraderecha es un binomio inseparable. Así se reescribe la simbología nacional: lo que en cualquier país sería un signo de orgullo y unidad, aquí se presenta como una amenaza a combatir.

El episodio de Granada: más que un altercado

El secretario general de CCOO Granada, Daniel Mesa, ha pedido medidas a la universidad frente a este tipo de episodios. Según el documento difundido, CCOO solicita al Rectorado la intervención de la Comisión de Convivencia y la aplicación de un “plan de valores democráticos”. Lo paradójico es que se utilice el término “democráticos” para censurar un símbolo nacional que, en teoría, representa a todos los ciudadanos.

La expresión usada por el joven, “sinvergüenzas comegambas”, es una crítica habitual contra dirigentes sindicales que, mientras se autoproclaman defensores del obrero, disfrutan de privilegios y estilos de vida alejados del trabajador medio.

Una estrategia de señalamiento político

Al calificar la pulsera como signo de ultraderecha, los comunistas de CCOO no describen un hecho: ejecutan una estrategia. La izquierda radical busca apropiarse del espacio simbólico, expulsando la bandera de España de la vida pública para asociarla solo con una parte del espectro político al que hay que marginar y excluir.

En cualquier sociedad mínimamente avanzada, la bandera es patrimonio común y motivo de orgullo. En España, la han convertido en un arma arrojadiza. Para ellos, exhibir la bandera de España y ser de ultraderecha es la narrativa oficial, y así intentan condicionar el pensamiento de la sociedad.

El problema no es un complemento en la muñeca de un estudiante. El problema es la mentalidad que criminaliza cualquier gesto que no encaje en su visión ideológica sectaria. La bandera se convierte en sospechosa porque representa una España que no se somete al relato izquierdista.

El Orgullo nacional no es extremismo

Defender nuestra Patria, la bandera y los símbolos de España no implica adscripción a una ideología concreta. Ni mucho menos. Significa reconocer la historia, la cultura, la identidad, la religión católica y la unidad del país. El patriotismo, en una sociedad sana, no es de derechas ni de izquierdas. Es, o debería ser, de todos.

La trampa del discurso del sindicato comunista de CCOO es evidente: si logran que la población asocie la bandera con el extremismo, consiguen que el patriotismo quede relegado a un gueto político. Es la misma estrategia que han utilizado regímenes totalitarios para controlar el imaginario colectivo.

La hipocresía del “antifascismo” de manual

La izquierda radical se presenta como guardiana contra el fascismo, pero sus métodos se acercan peligrosamente a la censura comunista que dicen combatir. Cuando un símbolo nacional se prohíbe o estigmatiza, no se protege la democracia: se erosiona.

En lugar de fomentar el respeto a los símbolos comunes, prefieren dividir, etiquetar y enfrentar. La bandera de España ultraderecha es un concepto fabricado para mantener vivo el relato de “ellos contra nosotros”.

Una oportunidad para recuperar los símbolos

El incidente de la Universidad de Granada debería servir como llamada de atención. Los españoles que aman su país no pueden dejar que la bandera sea monopolizada por un relato sectario.

Recuperar el orgullo por nuestros símbolos es clave para reforzar la unidad nacional. La bandera no pertenece a un partido, ni a una ideología: pertenece a España. Y mientras la izquierda radical insista en estigmatizarla, más necesario será mostrarla con orgullo.

La batalla por la identidad nacional

El comunicado de CCOO no es un hecho aislado: es parte de una estrategia para despojar a España de sus símbolos comunes y asociarlos a una caricatura política. El objetivo es claro: aislar a quienes defienden la nación y moldear una sociedad que sienta vergüenza de su propia bandera.

Pero el patriotismo no es un delito. La bandera de España ultraderecha es solo una falacia diseñada para dividir. La verdadera democracia se mide por la libertad de mostrar los símbolos que nos unen, sin miedo a ser señalados.

P.d.: Por cierto, la persona que ha realizado el Editorial de hoy en Adelante España lleva una pulsera con la bandera de España en su muñeca. ¡Y con mucho orgullo!

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3 comentarios en «Cuando llevar la bandera de España es “ser de ultraderecha”»

  1. Pues yo llevo media docena desde hace cinco años. Es la única manera de combatir a esta chusma, si no quieren caldo, darles dos tazas, o seis.., cuantas más, mejor.

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