La dictadura globalista avanza sin disimulo en Europa. En Alemania, los partidos del sistema partitocrático preparan la ilegalización de Alternativa para Alemania (AfD), formación soberanista que se ha convertido en la segunda fuerza política del país. La razón es clara: su auge representa una amenaza real para el globalismo, la inmigración masiva y el modelo de demolición de las soberanías nacionales.
Ilegalizar la AfD
Según La Gaceta, el partido de Los Verdes lideran esta ofensiva política con el respaldo del resto de partidos del arco parlamentario alemán. Su objetivo es ilegalizar la AfD «lo antes posible», una maniobra que evidencia que la democracia solo existe mientras no se cuestione al sistema. En el momento en que un partido disidente logra apoyo popular y amenaza la hegemonía globalista, la respuesta es clara: la ilegalización.
La excusa para este atropello es la posible clasificación de la AfD como una «organización extremista», un término ambiguo que permite ser usado cuando se quiera. Para ello, la estrategia pasa por nombrar un nuevo jefe al frente de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución (BfV), la agencia de inteligencia interior, que debe elevar esa catalogación de «presunto extremismo» a «extremismo confirmado». Este paso clave permitiría iniciar un procedimiento legal ante el Tribunal Constitucional para declarar al partido «incompatible» con el orden democrático.
¿Quién decide qué es extremismo?
La pregunta es obvia: ¿quién decide qué es extremismo? ¿Acaso defender las fronteras, la cultura y la identidad es extremista, y por tanto, susceptible de ser ilegalizado? ¿O es extremista imponer la inmigración masiva, destruir las raíces nacionales y acallar al disidente?
Los partidos globalistas, ya en el pasado lograron que 113 parlamentarios de CDU/CSU, SPD, Die Linke y Los Verdes solicitaran el debate sobre la ilegalización de la AfD, acusándola de contravenir los principios esenciales del sistema democrático alemán. Ahora, vuelven a la carga con la misma intención.
Eliminar un rival al globalismo y al sistema partitocrático
Mientras Alemania sufre las consecuencias de una inmigración ilegal descontrolada, una pérdida creciente de soberanía y una crisis económica creciente, la verdadera prioridad de los partidos del sistema no es solucionar los problemas de los ciudadanos, sino eliminar a su principal rival político. La AfD es el enemigo a batir, porque representa la defensa de la nación, de la soberanía y de la identidad alemana, tres valores que el globalismo quiere erradicar.
La portavoz parlamentaria del SPD, Katja Mast, no deja lugar a dudas sobre la intención del régimen: «La AfD representa una amenaza real para la democracia». Desde la CDU/CSU también han deslizado su respaldo a este proceso de ilegalización, si se confirma la etiqueta de «formación extremista de derechas».
No solo será la AfD
Lo que está ocurriendo en Alemania es el ensayo general de lo que mañana pretenden hacer con otros partidos políticos europeos y en España con VOX. La estrategia es la misma: primero la demonización, luego la criminalización y, finalmente, la ilegalización. La lucha es clara: globalismo contra soberanismo. Y el globalismo no admite críticas ni disidencias. Quiere eliminar por completo a quienes defienden la nación, la familia y la libertad.
La sociedad española debe abrir los ojos. Lo que hoy sucede en Alemania será la realidad en nuestro país si no frenamos esta deriva totalitaria. La defensa de la soberanía nacional y la libertad pasa por enfrentarse al rodillo globalista que no duda en usar las instituciones para silenciar al adversario y proteger sus privilegios.
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