Control poblacional: Nuevas furgonetas con reconocimiento facial se pondrán en marcha para su uso en 7 fuerzas policiales más del Reino Unido

control poblacional con reconocimiento facial

El Reino Unido acelera el control poblacional con reconocimiento facial con nuevas furgonetas policiales que vigilan masivamente a ciudadanos en espacios públicos. La expansión genera preocupación social por el creciente control pobacional.

Un nuevo salto en el control tecnológico sobre la población

El Reino Unido decidió ampliar el control poblacional con reconocimiento facial con un programa que introduce nuevas furgonetas en siete fuerzas policiales adicionales. Las autoridades presentan el proyecto como un avance operativo. Sin embargo, la iniciativa despierta inquietud y rechazo en quienes defienden la libertad y los derechos básicos.

La Policía Metropolitana, la Policía del Sur de Gales y la Policía de Essex ya emplean estas furgonetas desde hace tiempo. Los cuerpos actúan con criterios propios y generan reacciones diversas entre ciudadanos, expertos y organizaciones de libertades civiles. La tecnología captura rostros mediante cámaras montadas en la parte superior de los vehículos, analiza la zona circundante y compara las imágenes con listas policiales.

El Ministerio del Interior británico financia ahora la expansión en Gran Manchester, West Yorkshire, Bedfordshire, Surrey, Sussex, Thames Valley y Hampshire. Diez nuevas furgonetas se sumarán al sistema. Cada una burla de facto la privacidad del ciudadano corriente, que pasa a convertirse en un individuo escaneado bajo un proyecto estatal que consolida, paso a paso, un modelo de control poblacional con reconocimiento facial sin precedentes en Europa.

Organizaciones civiles recuerdan que el software presenta un “historial bien documentado de resultados inexactos y sesgos raciales” antes del Carnaval de Notting Hill. El Comisionado de la Policía Metropolitana, Sir Mark Rowley, respondió que el software era “limitado” en 2016 y 2017, pero que hoy muestra un “progreso considerable”. Las declaraciones oficiales intentan calmar la crítica, pero no consiguen despejar el temor a un futuro donde la tecnología sustituye derechos y convierte a cada ciudadano en sospechoso.

Un sistema policial que mira a todos, aunque no busque a todos…de momento

La expansión del control poblacional con reconocimiento facial incorpora listas personalizadas con fotos y datos de personas buscadas mediante órdenes judiciales, incluidos delincuentes sexuales. Si la cámara detecta un rostro coincidente, la furgoneta genera una alerta para el agente, que verifica la coincidencia y actúa.

El inspector jefe Andy Hill, de la Policía de Surrey, defendió el sistema y su evolución: “Ha habido mucho desarrollo en el software, muchas pruebas a nivel nacional para darnos confianza en él y, en el último Carnaval de Notting Hill de este año, sus alertas positivas fueron mucho mayores”.

El mismo responsable afirma: “Es un paso positivo en cuanto al uso de la tecnología más avanzada a nuestra disposición, y se trata de perseguir a los delincuentes, de investigar los delitos a fondo y también de tranquilizar a la ciudadanía asegurándoles que estamos presentes, que somos visibles y que estamos haciendo nuestro trabajo”.

Esta visión proclama eficiencia, pero no aborda el núcleo del debate. Una democracia sólida protege antes la libertad que la comodidad policial. Y aquí la realidad es clara: la tecnología permite un seguimiento masivo. El ciudadano común queda monitorizado dentro de un sistema que consolida, en la práctica, un modelo de control poblacional con reconocimiento facial que erosiona derechos fundamentales.

La policía asegura que las imágenes de personas que no generen alertas se borrarán “en menos de un segundo”. Pero la cuestión ética permanece. La información se capta. El rostro se escanea. La herramienta identifica. El proceso existe. Eliminar después no elimina la intrusión anterior. El respeto a la libertad empieza por no someter al ciudadano a una vigilancia tecnológica que avanza sin debate social. Hoy se borran en segundo, mañana dirán que se mantendrán durante días…por nuestra seguridad. Es el control total.

Transparencia controlada y un despliegue que sigue creciendo

Los responsables policiales afirman que actuarán con transparencia. Andy Hill declaró: “Queremos ser lo más abiertos y transparentes posible sobre nuestros despliegues; los publicamos en nuestro sitio web con al menos siete días de antelación, y también publicaremos los resultados posteriormente”.

El agente también señaló: “Y durante el despliegue, hemos colocado señalización para informar a las personas de que están entrando en una zona de reconocimiento facial en tiempo real, con información al respecto, y también pueden hablar con cualquiera de nuestros agentes en cualquier momento sobre la tecnología.”

Aun así, la esencia no cambia. El 13 de noviembre, la Policía de Surrey desplegará una de estas furgonetas en Redhill. La tendencia no se detiene. Más zonas, más escaneos, más ciudadanos registrados en tiempo real. El Reino Unido avanza hacia un modelo en el que la tecnología define el espacio público y convierte a cada persona en un elemento analizado por el Estado.

La expansión del control poblacional con reconocimiento facial transforma la relación entre poder político y ciudadano. El discurso oficial promete seguridad, pero la realidad muestra un avance de la vigilancia. Defender la libertad exige una resistencia clara, firme y sin complejos. Las sociedades fuertes no se arrodillan ante sistemas que registran todos los movimientos de su gente.

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