Participación de las Hermandades de Ceuta y Melilla en el Día del Veterano 2025 |Albert Mesa Rey

Cádiz, ciudad de memoria y encuentro

El pasado sábado 18 de octubre, Cádiz se convirtió en el escenario de una de las conmemoraciones más emotivas del calendario militar español: el Día del Veterano. Esta ciudad, que ha sido testigo de gestas navales, de la redacción de la primera Constitución liberal y de incontables episodios de la historia nacional, acogió con dignidad y solemnidad el XXVI Día del Veterano de las Fuerzas Armadas y la Guardia Civil. El acto, celebrado en el muelle Ciudad del puerto gaditano, frente al buque de asalto anfibio Castilla, reunió a cerca de un millar de antiguos militares, familiares, autoridades y ciudadanos que quisieron rendir homenaje a quienes han dedicado su vida al servicio de España.

La ceremonia fue presidida por el Jefe de Estado Mayor de la Defensa, almirante general Teodoro E. López Calderón, acompañado por el Jefe de Estado Mayor de la Armada, almirante general Antonio Sánchez Piñeiro, y otras autoridades civiles y militares. El izado de la Bandera Nacional, la imposición de condecoraciones, el homenaje a los caídos y el desfile de veteranos conformaron un ritual cargado de simbolismo, donde el respeto, la gratitud y la memoria se entrelazaron en un ambiente de recogimiento y orgullo.

Los Regulares: historia de una unidad singular

La historia de los Regulares se remonta a 1911, cuando el general Dámaso Berenguer propuso la creación de una fuerza militar compuesta por indígenas marroquíes bajo mando español. Así nacieron las Fuerzas Regulares Indígenas, concebidas como unidades de choque para operar en el Protectorado español en Marruecos. Su eficacia en combate, su conocimiento del terreno y su capacidad de adaptación hicieron de los Regulares una herramienta clave en las campañas del Rif y en la consolidación del dominio español en el norte de África.

Durante la Guerra del Rif, los Regulares demostraron una valentía y una eficacia que les valieron el respeto de sus mandos y el temor de sus enemigos. Más tarde, durante la Guerra Civil Española, su participación fue decisiva en numerosos frentes. Su imagen, con el característico tarbush rojo y el paso lento ceremonial, se convirtió en símbolo de la presencia española en África y en emblema de una tradición militar que combinaba marcialidad con singularidad cultural.

Tras la independencia de Marruecos en 1956, las unidades fueron reorganizadas, perdiendo su carácter indígena, pero manteniendo su denominación y espíritu. Hoy, los Grupos de Regulares de Ceuta y Melilla siguen activos como unidades de infantería ligera del Ejército de Tierra, y su legado se mantiene vivo gracias a las Hermandades de Veteranos, que conservan los símbolos, los valores y la memoria de una época que marcó profundamente la historia militar española.

Las Hermandades de Regulares: custodios de una tradición

Entre las agrupaciones que participaron en el desfile, destacaron con especial intensidad las Hermandades de Regulares de Ceuta y Melilla y de Antiguos Caballeros Legionarios. Su presencia no fue meramente testimonial, sino profundamente significativa. Estas hermandades representan el alma de unas unidades que, desde su creación a comienzos del siglo XX, han sido sinónimo de valor, disciplina y entrega. Los Regulares, nacidos en el contexto del Protectorado español en Marruecos, han mantenido a lo largo de las décadas una identidad singular, marcada por la convivencia entre culturas, el rigor castrense y una estética que evoca tiempos de frontera y sacrificio.

Los miembros de las Hermandades, muchos de ellos ya en edad avanzada, desfilaron con paso firme, portando los estandartes de sus unidades y luciendo con orgullo los uniformes que los identifican. Su presencia evocó no solo la historia de los Regulares, sino también la de Ceuta y Melilla como enclaves estratégicos y simbólicos del compromiso español con sus territorios norteafricanos. En sus rostros se leía la serenidad de quien ha servido con honor, y en sus gestos, la voluntad de seguir siendo parte activa de la comunidad militar.

Más allá del servicio: el espíritu que perdura

La participación de las Hermandades en el Día del Veterano es mucho más que una evocación nostálgica. Es una afirmación de continuidad, de pertenencia y de legado. Estos hombres y mujeres, que un día vistieron el uniforme en misiones difíciles y en destinos exigentes, han decidido seguir vinculados a sus unidades, manteniendo vivo el espíritu de cuerpo y el compañerismo que define a los Regulares. Su presencia en Cádiz fue una manifestación de fidelidad a unos valores que no se extinguen con la jubilación, sino que se transforman en testimonio y ejemplo.

El almirante López Calderón lo expresó con claridad: “Vosotros y vuestro legado constituís un motivo de estímulo para continuar nuestro camino”. En esa frase se condensa el sentido profundo del acto: reconocer que la historia militar de España no se escribe solo en los cuarteles o en los campos de batalla, sino también en la memoria viva de quienes han servido y siguen sirviendo desde la veteranía. Nuestros lemas respectivos lo dicen todo: “Fiel Regular hasta morir” y “Legionarios a luchar, legionarios a morir”.

Un acto cargado de emoción y significado

La participación de las Hermandades de Ceuta y Melilla en este acto nacional no es un gesto protocolario, sino una afirmación de continuidad. En sus filas se agrupan hombres que, tras haber servido en unidades de élite como los Regulares o la Legión, han decidido mantener vivo el espíritu de cuerpo, el compañerismo y el compromiso con España más allá del servicio activo.

Su presencia en Cádiz fue, por tanto, una manifestación de fidelidad a unos ideales que no se extinguen con la jubilación, sino que se transforman en testimonio y ejemplo para las nuevas generaciones. Y es precisamente ese legado el que las Hermandades de Ceuta y Melilla encarnan con dignidad: el de quienes, desde la veteranía, siguen sirviendo a España con la misma entrega que en sus años de juventud.

Conclusión: la memoria como deber

El Día del Veterano 2025 fue, en definitiva, una celebración de la memoria activa. Las Hermandades de Ceuta y Melilla, con su presencia digna y comprometida, recordaron a todos que el servicio a España no termina con el retiro, sino que se prolonga en el ejemplo, en la transmisión de valores y en el cuidado de una tradición que es patrimonio común. Cádiz fue testigo de ello, y con ello, toda España reafirmó su vínculo con quienes han dado lo mejor de sí por la Nación.

Albert Mesa Rey es de formación Diplomado en Enfermería y Diplomado Executive por C1b3rwall Academy en 2022 y en 2023. Soldado Enfermero de 1ª (rvh) del Grupo de Regulares de Ceuta Nº 54, Colaborador de la Red Nacional de Radio de Emergencia (REMER) y Clinical Research Associate (jubilado). Escritor y divulgador. 

Comparte con tus contactos:

Deja un comentario