Sánchez no se irá hasta que el propio sanchismo lo eche

Sánchez no se irá hasta que el sanchismo lo eche

Muchos sanchistas ya no se engañan porque se saben víctimas de una inmensa farsa y de una espiral de indecencia irrespirable.

 Sánchez no se irá hasta que el sanchismo lo eche, porque el sistema carece de mecanismos eficaces para expulsar a un presidente atrincherado, rodeado de corrupción y sin apoyo parlamentario real. A un tirano.

Un poder sin controles reales

España vive una anomalía democrática grave. El Estado no dispone de resortes eficaces para evacuar a un presidente que abusa del poder, que ejerce como un verdadero tirano.

Sánchez gobierna sin Presupuestos. Desprecia la rendición de cuentas. Ignora la corrupción consentida en su entorno político.

Muchos sanchistas ya no se engañan. Se saben víctimas de una farsa sostenida por propaganda, miedo y dependencia del poder.

Los ocho caminos para sacar a Sánchez del poder

Existen ocho vías teóricas para desalojar a un presidente que se comporta como un tirano político. Conviene analizarlas una a una.

1. Moción de censura: bloqueada. La moción de censura exige una mayoría alternativa. Hoy resulta imposible. Los socios de Sánchez dependen de él para sobrevivir.

El Parlamento no actúa como contrapeso. Funciona como rehén del chantaje separatista y de la aritmética del poder.

2. Cuestión de confianza: descartada. La cuestión de confianza depende del propio presidente. Sánchez se niega. Ha elegido atrincherarse en La Moncloa. No gobierna para ganar legitimidad. Gobierna para resistir.

3. Inhabilitación judicial: lenta e incierta. Una condena penal podría inhabilitarle. La justicia avanza despacio. Extremadamente despacio. Hoy no existe sentencia firme. Nadie puede prever plazos. Sánchez juega con el tiempo ya que. mientras, va consolidando su golpe institucional

Existen otras vías extraordinarias que al día de hoy no aparecen como alternativas

4. Golpe de Estado: inexistente. No existen indicios de un levantamiento militar. Las Fuerzas Armadas cumplen con sus misiones OTAN y permanecen al margen.

España no vive una amenaza castrense. Vive una degradación institucional.

5. Enfermedad incapacitante: improbable. Una incapacidad sobrevenida podría apartarlo. Ese escenario pertenece al terreno de la especulación. No se puede basar la regeneración política en supuestos médicos.

6. Presión exterior: todavía lejana. La Unión Europea no actuará. Están en la misma onda. Tolera mientras no peligre la estabilidad formal.

En el caso de Estados Unidos, aunque quisiera echarlo. tampoco interviene aún. Las señales llegan primero por Zapatero. Falta recorrido.

¿La única vía real¿: el PSOE contra Sánchez

7. Rebelión interna del PSOE. Esta opción sí resulta mínimamente realista. Sánchez depende de su partido. Si el PSOE se revuelve, lo aísla y lo desautoriza, Sánchez cae.

El problema no es moral. Es de supervivencia política. Muchos cuadros temen verse arrastrados por la corrupción.

8. Combinación de presiones. La caída podría llegar por una combinación de factores: Presión judicial, Presión exterior creciente y rebelión interna. El partido no actuará por principios. Actuará por miedo a quedar imputado, señalado o arruinado electoralmente.

Sánchez no se irá hasta que el sanchismo lo eche, cuando el coste de sostenerlo supere el beneficio.

El llamado “Me Too” político refleja esa implosión. Sánchez sufre ahora las consecuencias de su propio sistema.

El sanchismo explota porque se construyó sobre indecencia, propaganda y abuso del poder.

Muchos ya no creen. Muchos callan por miedo. Otros preparan la salida.

Comparte con tus contactos:

Deja un comentario