El «ecologismo radical» y la agenda 2030 de Sánchez destruirá 100.000 empleos con el tijeretazo al trasvase Tajo-Segura

trasvase Tajo-Segura

Un informe cifra en 4.000 millones de euros las pérdidas que supondrá el recorte de caudales en la infraestructura hídrica

La amenaza contra el trasvase Tajo-Segura avanza como consecuencia directa de la agenda 2030 y del sectarismo ideológico de Pedro Sánchez y sus ministros. Lo que el Gobierno vende como sostenibilidad no es más que un golpe mortal contra los agricultores del sureste español, que ven cómo se seca la llamada “Huerta de Europa”.

El último informe independiente de PwC revela que el recorte al trasvase destruirá más de 100.000 empleos y provocará pérdidas cercanas a los 4.000 millones de euros. Estamos ante una decisión política que no responde a criterios técnicos ni científicos, sino a un ecologismo radical que sigue la hoja de ruta globalista y que desprecia la vida rural, el campo y la soberanía alimentaria de España.

Embalses secos y agricultores indignados

La situación de los embalses de la cuenca del Segura refleja la gravedad del problema. Con fecha 22 de septiembre, el agua almacenada apenas llegaba a 206 hectómetros cúbicos, de un total posible de 1.140. Esto supone un exiguo 18,07%, más de diez puntos por debajo de la media de la última década.

Mientras los embalses se vacían, crece la desesperación de los agricultores de Alicante, Murcia y Almería. Su rabia aumenta porque saben que el tijeretazo al trasvase Tajo-Segura no responde a la realidad hídrica, sino a criterios políticos. Sánchez sacrifica la economía de regiones enteras para contentar a sus socios radicales y cumplir con las imposiciones de la agenda 2030.

El trasvase Tajo-Segura, vital para la economía nacional

El trasvase Tajo-Segura no solo riega cultivos; sostiene miles de empleos y aporta riqueza a todo el país. El informe de PwC lo demuestra con cifras claras:

  • La agricultura vinculada al trasvase genera 102.894 empleos directos.
  • Su aportación al PIB nacional alcanza los 3.912 millones de euros, equivalentes al 0,25% del total.
  • Cada euro invertido en estas tierras produce 2,5 euros para la economía española.
  • El 70% de los productos agrícolas de esta zona se exportan al extranjero, reforzando la imagen de España como potencia agroalimentaria.

La consultora desmonta así el discurso del Ministerio para la Transición Ecológica, dirigido primero por Teresa Ribera y ahora por Sara Aagesen, que acusaba a los regantes de mala gestión del agua. El informe revela justo lo contrario: el modelo agrícola del sureste es eficiente y rentable.

Si se aplica el recorte, España no solo perderá empleo y riqueza, sino que verá debilitada su soberanía alimentaria. La agenda 2030 pretende imponer un modelo de dependencia y ruina.

El tijeretazo ideológico de Sánchez

El recorte al trasvase Tajo-Segura forma parte de un plan deliberado. El Gobierno central, con el aval de Moncloa, busca aplicar una política marcada por la ideología, sin atender a los informes técnicos ni al clamor de agricultores y expertos.

Los regantes denuncian que se trata de un “hachazo ideológico” con consecuencias devastadoras para la economía y el medio ambiente. Porque si algo está claro es que sin agua no hay futuro en la llamada “Huerta de Europa”.

Es una salvajada. El tijeretazo no solo arruina a miles de familias, también destruye un ecosistema único, al que se pretende condenar por puro sectarismo político.

El trasvase Tajo-Segura frente al futuro

El futuro del trasvase Tajo-Segura no puede decidirse en los despachos de Moncloa ni en los foros de la agenda 2030, alejados de la realidad de quienes trabajan la tierra. Se trata de una infraestructura vital que ha convertido al sureste español en un motor económico y agrícola de Europa.

Eliminarlo o reducirlo supone condenar a miles de agricultores al paro y a la miseria. Significa renunciar a la soberanía alimentaria y depender de importaciones extranjeras. Es, en definitiva, un suicidio económico y social que solo beneficia a las élites globalistas y a quienes quieren una España débil y sometida.

El recorte al trasvase Tajo-Segura no es un asunto local, sino un ataque frontal contra la economía española, la libertad de los agricultores y el futuro de miles de familias. La agenda 2030 y el ecologismo radical de Sánchez amenazan con destruir la huerta que alimenta a millones de europeos.

España no puede aceptar que por sectarismo ideológico se pierdan más de 100.000 empleos y casi 4.000 millones de euros.

Comparte con tus contactos:

Deja un comentario