Menas en España, la verdad que oculta el Gobierno: No son menores- 19 años de media-, el 94% son varones y el 60% provienen de Marruecos

Menas en España

Es una estrategia de invasión

Los menores y extutelados extranjeros se han disparado un 140% en cuatro años: de 7.878 en 2021 a 18.967 en 2025

La realidad de los menas en España

Los menas en España se han convertido en uno de los temas más polémicos del panorama político y social. El Gobierno de Pedro Sánchez insiste en presentarlos como “niños y niñas” que “huyen de la guerra”. Sin embargo, los datos oficiales del Observatorio Permanente de la Inmigración (OPI) muestran una realidad muy distinta: el 94% son varones, tienen una media de 19 años y el 60% proceden de Marruecos, un país sin conflicto bélico alguno.

En solo cuatro años, el número de menores y extutelados extranjeros ha crecido un 140%, pasando de 7.878 en 2021 a 18.967 en 2025. Esta oleada migratoria no es fruto del azar, sino de una política que, lejos de frenar la llegada, ha multiplicado el llamado “efecto llamada”.

Procedencia y perfil real de los menas

Dos de cada tres menas en España son marroquíes. ¿Casualidad? Claro que no. Forma parte de la hoja de ruta de la invasión de Marruecos. Les siguen los procedentes de Gambia (12%), Argelia (9%) y Senegal (6%), todos de mayoría islámica. Estos datos desmontan el relato oficial que asocia su llegada a motivos humanitarios o a huida de guerras.

El perfil es claro: jóvenes, en la inmensa mayoría son siempre varones (90%) y, casi siempre, ya mayores de edad. La edad media se sitúa en los 19 años, con casos como los ghaneses que alcanzan los 21 años de media, o los marroquíes y nigerianos con 20. Este desfase entre la edad real y la condición de “menor” plantea serias dudas sobre los controles y el rigor del sistema.

Crecimiento descontrolado y efecto llamada

La explosión en el número de menas en España tiene un punto clave: la reforma de la Ley de Extranjería de octubre de 2021. El Gobierno eliminó el límite de los 18 años para el permiso de residencia, garantizando que los extutelados pudieran permanecer legalmente en España. Se aseguró que no habría “efecto llamada”.

La realidad ha sido otra. En diciembre de 2021, había 5.718 jóvenes de entre 18 y 23 años inscritos en el Registro Central de Extranjeros como extutelados. Dos años después, en diciembre de 2023, esa cifra ascendió a 15.971: un crecimiento del 179,3%.

Estas cifras confirman lo que muchos advertimos: cuando un país lanza el mensaje de que quedarse es fácil, la llegada se dispara. No es integración, es invasión programada.

Inserción laboral mínima y dependencia

El Gobierno vendió su última reforma, en mayo de 2025, como una medida para mejorar la inserción laboral de los extutelados. Ahora pueden solicitar permisos de trabajo con menos trabas.

Sin embargo, la realidad es que el 43% de los menas y extutelados con permiso de trabajo no tienen empleo ni cotizan a la Seguridad Social. Ni quieren. Su objetivo no es integrarse. Es cobrar del Estado español dependiendo de ayudas públicas. Entre los menores de 16 a 17 años, la cifra es aún más preocupante: de 2.996 con autorización para trabajar, solo 299 (un 10%) están dados de alta en la Seguridad Social.

Estrategia migratoria y riesgo para España

El aumento de menas en España no es una casualidad. Forma parte de un plan más amplio de ingeniería social y presión migratoria. La llegada masiva de jóvenes varones musulmanes islamistas sin arraigo ni medios de subsistencia genera problemas de seguridad, tensiones sociales y sobrecarga en los servicios públicos.

El 60% proceden de Marruecos, país que utiliza la inmigración como arma política contra España, especialmente en momentos de tensión diplomática. La dejadez del Gobierno y la complacencia de algunas autonomías han convertido nuestro territorio en receptor pasivo de esta estrategia de desgaste.

Un problema que se quiere ocultar

Los medios afines al Gobierno y las ONG subvencionadas evitan dar cifras completas. Prefieren relatos emocionales a datos fríos. Pero la verdad es innegable: la mayoría de los menas en España no son niños indefensos, sino varones adultos jóvenes que han llegado aprovechando vacíos legales.

Negar esta realidad es condenar a España a una crisis migratoria permanente. Los ciudadanos merecen saber que, bajo el eufemismo de “menores no acompañados”, se esconde una entrada masiva de población con un impacto demográfico, cultural y económico de gran alcance.

La soberanía de un país empieza por sus fronteras. Si no defendemos las nuestras, pronto no tendremos nación que proteger.

Comparte con tus contactos:

Deja un comentario