Si seguimos así, dormidos o clamando en el desierto: TV, tertulias, barras de cafeterías, redes sociales… debemos despertar y aunque suene un poco raro volver a nuestra nación y nuestro pasado, tantas veces oscurecido por otras naciones que se dicen amigas. Juntos, incluidas las naciones con las que hemos tenido conflictos, debemos plantar cara pacíficamente a los que contando con medios comprados con dinero nos quieren llevar a ese nuevo orden mundial (NOM), que inducen los grandes capitales y obtiene la “verdad” en el Foro Económico Mundial (World Economic Fórum) o el Foro de Davos, que desde hace tiempo y poco a poco están definiendo la forma de actuar y de pensar del mundo. Cierto que aún no lo han conseguido, hay muchas personas que de momento no piensan como ellos, aunque la mayoría sí lo hace y lo estamos viviendo en todo el mundo en estos momentos. Los últimos decenios han sido decisivos y han pretendido que no pensemos; algunos ya lo hacen, una mayoría es consciente de que la quieren manipular, se siente vigilada en todo momento y de que su propia intimidad está siendo controlada. Quiere cambiar y, de manera pacífica, ha aprendido que las guerras y revoluciones solo sirven para que los más poderosos lo sean aún más.
La parte del mundo que tiene en la democracia la referencia del gobierno justo y legítimo para las naciones y pueblos es la más atacada por los globalistas y sabios, que no los ha votado nadie para tomar decisiones importantes para nuestras vidas y las de nuestros descendientes. Encuentran en la mayoría de las naciones apoyo de sus gobernantes que, sin que nos demos cuenta imponen una ideología en la cual una bandera sí es permitida y otras no. Estamos llegando a que lo bueno es lo que dictan esos señores, que además influyen en acciones de otros Gobiernos. Dejan que se eternicen guerras: a día de hoy existen 61 conflictos armados en el mundo; solo por citar algunos: Etiopía, Yemen, Malí, Níger, Burkina Faso, Somalia, Congo y Mozambique, Siria, Pakistán, Afganistán, sin olvidar la guerra de Ucrania que nos afecta más directamente. Otra guerra, y ésta a nivel mundial, es la generada por el virus SARS covid 2. Sin dudarlo, utilizan estos medios y más para implementar su ideología y reducir la población mundial. Tengámoslo en cuenta en el voto.
Jacinto Seara | Científico y Escritor