Esta semana pasada hemos vivido otra vez más “la feria del esperpento”. Wilma y Pedro han vuelto a hacer de las suyas, y al erario público. Es decir, a todos los españoles que pagamos impuestos le ha costado la broma algo así como 450 millones de euros, es decir la parte proporcional de lo que ha perdido en Bolsa las acciones de las empresas estatales que manejan el tema aeroportuario y de vuelos en España.
Estos dos pájaros, pájaras o lo que sean, se han propuesto mantenerse en la Moncloa como sea, y, para ello, están dispuestos a hacer lo que sea, incluidas todas las ideas por estúpidas que nos puedan parecer, pero que a ellos les parecen geniales. Sobre todo, son populistas, pues cuando quieren quedar bien con esa parte de la Nación que está soportando el clima-tonteo, el covid-tonteo, o el tonteo que sea, ellos quedan «chupi guay» con sus votantes sujetos a subvenciones y tonteos, mientras los demás pagamos los vidrios rotos de sus ideas geniales, que, en vez de hacer de subir el precio del pan, algo que acabará pasando, lo que hacen es tirar por tierra el esfuerzo que, desde 1940, millones de españoles han hecho.
Y hablando de tonteos, como su postura en el tema de la sesión de investidura no va todo lo deprisa y seguro que esperaban, pues sus interlocutores se han dado cuenta que pidan lo que pidan, se les va a dar, independientemente de que sea posible o no. También, independientemente del daño a las personas o las propiedades de aquí, de allí o de cualquier sitio, porque, al igual que los otros y su equipo de discapacitados, pues nada adelante con los faroles y esperando ver que sacan de esa necesidad de mantenerse en el sillón de lo que sea. Para ser exactos, el sillón de destruir España.
Y en eso estamos. La marquesa de la mesa, irenita, mantiene su ritmo de excarcelaciones y rebajas de penas a los violadores. Este mes unas 60 se calculan, por lo que va a cumplirse lo previsto por los más agoreros. No obstante, ella y su segunda de a bordo, mantienen la línea, no la de los kilos de Pam, sino la de meter la pata en sus declaraciones. La que tiene serios problemas de peso, ha realizado unas declaraciones espeluznantes. Resulta que “no es feliz” básicamente porque se siente despreciada y humillada por sus kilos extras. Con lo fácil que sería hacer más ejercicio y que se pusiera a plan, no que se pusiera hasta arriba de cosas que engordan.
Respecto a la otra en las declaraciones que esta semana le tocaban para “hacer subir el pan”, pues se ha metido en un estupendo jardín: …//… En la redacción y aprobación de la Constitución del 1978 no había mujeres…//… Un diez en historia para ella o quizás es que con esos líos que se monta de lo inclusivo, no se ha dado cuenta de que VEINTISIETE (27) mujeres intervinieron como representantes elegidas por el pueblo a esas Cortes Constituyentes. Claro que como ella parece ser que no había nacido, pues no lo conocía, o quizás piense que solo veintisiete mujeres es muy poco igualitaria e inclusiva.
Yo, la verdad, conozco personalmente a alguna. Por motivos de mi trabajo acompañé a una de aquellas, que salió en plan acto de buena voluntad el 23F, repito acompañé a una de ellas hasta Bagram (40 Km al norte de Kabul, Afganistán) para que inspeccionase una escuela femenina que pagamos todos nosotros. El viaje también lo pagamos todos nosotros, pero por motivos de seguridad, la Jefatura de ISAF no nos permitió llegar y hubo que darse la vuelta. Conversé poco con aquella señora, que le faltó tiempo para hablarme de su protagonismo en el 23F; aunque la realidad fue que le diera dos brochazos de Yodo en una quemadura accidental.
Ni aquellas de 1978, ni estas de ahora de esos partidos que, en 1931, no querían que la mujer votase, pues no reunía las características adecuadas. Me estoy refiriendo a los socialistas y sus amiguetes de entonces, elegían para representantes del pueblo no a las más capacitadas, sino a las que sabían mejor aplaudir las cosas de los jefes de turno y apretar sin equivocarse el botón adecuado al votar en las Cortes. Por desgracia, en 1931 y ahora, cuando a estas representantes de los partidos del pueblo, pero sin el pueblo, no se las puede dejar solas, pues acaba subiendo el pan. Y bajando muchas otras cosas. Sino pregunten al CEO, no sé porque yo utilizo también esa estúpida conjunción de letras, ¿Por qué quiere irse a Portugal?. Seguramente porque no quiere pagar el pan más caro, algo que, con estas señoritas sueltas, pues es muy probable que nos acabe sucediendo. Mejor dicho, es seguro. Y ahí lo dejo…
José Antonio Ruiz de la Hermosa es, de primera formación, Sanitario y Capitán retirado de Sanidad Militar. Después, historiador, escritor y divulgador. Actualmente dirige en Decisión Radio varios programas de divulgación histórica y “La Cortina de Humo” sobre la actualidad nacional. |