Usted les importa, solo para subirse encima | José Antonio Ruiz de la Hermosa

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Tirar con pólvora del rey, es como todos o casi todos sabréis parte de un refrán, que por desgracia se ajusta demasiado a la realidad que vivimos. Aunque debiéramos considerar que hoy en día no es con pólvora del rey, sino de los que pagamos los impuestos, es decir los ciudadanos que trabajamos, aunque estos que ahora forman el desgobierno están gastando pólvora que pagarán las siguientes generaciones, si sigue existiendo España, porque no lo tengo yo muy claro esto último.

Descubro, sin sorpresa, porque con esta gentecilla ya nada sorprende, que la “huelga de juguetes”, organizada por el ínclito “ministrillo” de Consumo, nos ha costado a los españoles 110.000 euros de vellón. Y no es único, en lo que llevamos de 2022, más de cien noticias, que no aparecerán nunca en los medios subvencionados por el señor Presidente, han sucedido y conocido de forma similar. ¡¡Re Dios!!, que hemos hecho para merecer esto. ¿Cómo es posible que los españoles con derecho a voto sean tan ciegos y estúpidos que nos hayan llevado a donde estamos?. Porque como ya he contado en alguna ocasión aquí se vota con la estulticia y no con la cabeza.

Hace varios años que realizó un programa de radio, en el que las víctimas de las leyes zapateriles y asimiladas nos cuentan su historia personal. Una de las primeras de aquellas historias era la de un hombre que fue acusado falsamente de violencia de género, para que así su pareja se quedase con todos los bienes de los que disponía y de paso quitarle la custodia de sus hijos. El hombre en cuestión, cumplió además una pequeña pena de cárcel. Cuando salió en libertad no disponía de absolutamente nada. Este hombre había dispuesto de un importante capital, con varias viviendas, jugosa cuenta corriente y buena posición social. De repente no tenía ni un euro en el bolsillo y vivía en una caja de cartón en la puerta de una sucursal bancaria. Al entrevistarlo, y como siempre hacemos, le preguntamos por su intención de voto si pudiese votar; nos dijo que indudablemente votaría al PSOE. Sorprendidos le recordamos que se encontraba en la situación en la que estaba, a causa de la famosa Ley de violencia de género; Ley que había creado, aprobado y puesto en marcha el PSOE y el nos respondió: ¡No importa, Yo soy socialista de corazón!.

Pues eso es lo que tenemos. Hooligans y no ciudadanos con discernimiento democrático. Individuos y como dicen los inclusivos socialistas «individuos/as/es» que no son capaces de velar por sus propios intereses y que se encuentran atados a una idea e ideología que les ha ido imponiendo los medios de comunicación social que le alienan y esclavizan en nombre de una falsa libertad. Bueno en realidad y debido a la caída del nivel cultural de la media española de eso, hemos entrado en la situación de los analfabetos funcionales. Es decir: personas que saben leer, de momento, aunque no son capaces de comprender lo que leen, que escriben con múltiples faltas de ortografía y sobre todo incapaces de comprender y valorar ideas o discernir unas de otras. Algo que se ha logrado a base de ir progresivamente demoliendo el sistema educativo que en 1958 creó las bases de la pujante culturización de una extensa clase media española que abarcaba a la mayoría de la población.

Recuerdo aquí la visita de un Secretario de Estado Norteamericano, que preguntó a Franco sobre el futuro de España cuando él falleciera. Franco respondió que el futuro era halagüeño, pues la preocupación del Régimen era crear una sólida clase media, que dispusiese de un nivel de vida que supusiera su comodidad y sobre todo una cultura que les ayudará a comprender el bienestar en el que se encontraban, por lo que nunca esa privilegiada clase media que abarcaría a la mayoría de la población se metiese en ridículas aventuras que pusiese en peligro ese bienestar y esa excelente vida al mejor estilo europeo y occidental. Como hemos visto casi sesenta años después de la conversación, Franco se equivocaba de cabo a rabo. Como dice otra frase castellana: ¡No hagas nada a prueba de tontos, porque son muy ingeniosos! Y hete aquí que es lo que hay.

Ciertamente, la bonanza económica, la facilidad en obtener recursos, la confianza en la invulnerabilidad y otras cosas por el estilo, han llevado a una sociedad que tenía situado su bienestar, a final de los años setenta en el noveno puesto del mundo, al treinta y tantos. ¿Qué cómo ha podido suceder eso?: pues relativamente fácil, simplemente se ha relajado la correa de la disciplina y de la autoridad y se han creado situaciones en las que los ciudadanos dejaban de lado sus obligaciones por un falso sentimiento de que la libertad consiste en no valorar el resultado de nuestros actos. Lo cual nos lleva a la actual situación en la que la permisividad ante las estupideces en nombre de la libertad, sojuzgan la libertad real de los ciudadanos. En definitiva el infantilismo ha vencido a la lógica.

Por eso, la mayoría de las personas han perdido su capacidad de razonamiento y se la han cedido a “telecirco”. “la secta” o “televisión espantosa” y simplemente hacen lo que el gran hermano televisivo les ordena en forma de convencimiento de que es mejor para ellos. Y ahí es donde aparecen los individuos que con ideas peregrinas llevan al ciudadano a hacerse el harakiri, convencidos que es lo mejor para ellos. Se utiliza para tal fin el atontamiento por un lado con crear situaciones sin ningún valor para el individuo, como muy importantes; para llegar al final a crear por ejemplo momentos de “miedo irracional” a perder lo poco que les va a quedar cuando tengan que pagar la deuda en la que les están metiendo tipos como “el ministrillo”.

Por eso este artículo. Cuando el pueblo ve como un lerdo, que desconoce el valor de las cosas, que opina de la agricultura y la ganadería, sin haber salido nunca de su cómoda vida de urbanita, o que monta huelgas de juguetes con el dinero que sale de endeudar mas y mas a los contribuyentes, es cuando hay que empezar a preocuparse de verdad. También, es preocupante ver a la jefa de este señor. Una persona que teóricamente defiende el comunismo más acérrimo, pero que lo mismo acude a una audiencia con el Papa Francisco, que da un reportaje a una revista de actualidad posando como si fuese una “top model internacional”. Que con una camisa de seda y un cinturón de marca que cuesta 6.000 euros, levanta el puño y canta la Internacional.

De verdad, no entiendo a quien está feliz viendo como le encierran en casa por una pandemia que ha matado cuarenta veces menos que la famosa “Gripe Española”, cuando además la población es diez veces mayor. En realidad creo que esta clase media que se está disolviendo como un azucarillo en un vaso de agua, no es más que un conjunto de anestesiados por la propaganda, que son incapaces de valorar lo que tienen y no lo harán nunca, incluso cuando vivan en una caja de cartón. Debieran de aprender de esa comunista de pacotilla que viste de diseñador caro y que desprecia a las masas de clase media y a los trabajadores y se ríe de ellos, igual que lo hacía Marx, que vivía del cuento, y del dinero de su esposa, y de Engels que vicia del dinero que le sacaba a Marx. Los que votan a este personaje y al de la huelga de juguetes les preocupan tanto a sus líderes, como los que fueron masacrados en Paracuellos le importaban a Stalin o al autor de los hechos, Santiago Carrillo. Lectores, que les quede bien claro, que: A un marxista es imposible que le importe el prójimo, salvo que pueda pisarlo para subirse encima».

Y ahí lo dejo..

José Antonio Ruiz de la Hermosa | Escritor

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