Dicho de otro modo: Urkullu sabe que con Sánchez en Moncloa, su debilidad, y sus ganas de seguir en el poder a cualquier precio, hay opciones de cumplir su sueño antes de dejarlo. Esto es, alumbrar un nuevo Estatuto que sustituya al Estatuto de Gernika. O sea, el Plan Urkullu. Ese era y es el legado que pretende dejar tras doce años al frente del Ejecutivo autonómico. Asimismo, el lehendakari sabe que si hay un cambio en la política nacional, con un gobierno hipotético del PP que contase con un probable respaldo de Vox, esa opción sería imposible.

¿Qué propone Urkullu?: Pasos hacia la independencia pero sin romper…por ahora

Es obvio que Urkullu no quiere un procés a la vasca, es decir rupturista. El Plan Urkullu no es el Plan Ibarretxe. Es un paso más en el proceso rupturista pero no es la ruptura. La estrategia del PNV consiste en alcanzar un acuerdo transversal con su socio de gobierno, el PSE, y con Podemos-IU. El PNV quiere que el nuevo Estatuto reconozca a Euskadi como «nación» y aumente sus dosis de autogobierno, con más cesiones de competencias, con una apuesta por la «bilateralidad» y el «concierto político», sí, pero sin romper con el resto de España.

La propuesta peneuvista incluye que se reconozca jurídicamente el derecho a decidir pero sin ponerlo en práctica. En concreto, el PNV pretende incluir en el texto estatutario una disposición adicional segunda que diría así: «La plena realización de los Derechos Históricos del Pueblo Vasco, como manifestación institucional de su autogobierno, se exterioriza a través del derecho a decidir de su ciudadanía libre y democráticamente expresado, siendo su ejercicio pactado con el Estado». Esto supone dejar abierta la opción de la «autodeterminación» pero siempre y cuando haya un pacto con el Estado para llevarla a cabo.

¿Qué dice el resto?

Los debates en el Parlamento vasco durante la anterior legislatura dejan claras las posiciones de unos y otros sobre esta cuestión. El PNV logró un acuerdo amplio con PSOE y Podemos, sí, pero con importantes diferencias precisamente en las cuestiones fundamentales, como el reconocimiento de Euskadi como «nación» y la citada mención al «derecho a decidir». Básicamente los morados sí respaldan las tesis peneuvistas mientras que los socialistas no.

Es evidente que a Bildu esta opción le parece poca cosa. La coalición liderada por Arnaldo Otegi quiere un texto rupturista con el resto de España, con derecho de autodeterminación reconocido y ejercido. También es obvio que tanto la coalición PP+Cs como Vox están radicalmente en contra de estas propuestas de reforma del Estatuto de autonomía.

La clave está en hasta dónde están dispuestos a llegar los socialistas vascos. O, mejor dicho, en qué puedan pactar el PNV y Sánchez. Ahí está el ser o no ser del nuevo Estatuto vasco.

(Con información de Voz Populi)