Ha transcurrido casi un mes de concentraciones diarias frente a la sede del PSOE en Ferraz. El fenómeno bautizado como Noviembre Nacional representa un cambio de mentalidad en la derecha sociológica española, un cambio que hubiera sido impensable hace pocos meses.
A diferencia de otras veces, no ha sido de manera puntual, sino que ha tenido varios elementos innovadores. Observando el fenómeno de Noviembre Nacional en Ferraz vemos claros indicios de que lo que une a todos los que se manifiestan allí.
Por todo ello el pueblo español ha vuelto a salir a las calles.
Por una parte, la permanencia en el tiempo. Esto no se lo esperaba nadie. Ni el gobierno. No es lo propio de la derecha. Son las consecuencias de un movimiento espontáneo harto de los atropellos;
No les ha importado la represión. Es más, a más represión, mayor cantidad de gente que han asistido a las manifestaciones. Ha provocado el efecto contrario. Ha pasado tanto con las manifestaciones pacíficas de Ferraz así como las prohibiciones y detenciones en el rezo del Santo Rosario;
Es un movimiento que va por libre. El protagonista son los españoles, la vanguardia del pueblo español. No depende del llamado de los partidos políticos ni de ciertos agentes sociales. Esta vez los españoles saben que están solos. Y han decidido actuar en consecuencia; Se asiste así a un divorcio sin precedentes entre las instituciones del Estado y la nación, encarnada en un pueblo español;
Son notorias las diferencias ideológicas entre los asistentes, pero, por primera vez en décadas, esto no es un impedimento para que todos estén ahí;
Se está organizando a través de estructuras informales, como las redes sociales, para expresar su resistencia y formar una comunidad de pertenencia;
Tienen como principal fin común la defensa de España por encima de cualquier legislación o procedimiento. Una forma de visualizar esta pluralidad son las banderas nacionales. Junto al aspa de Borgoña se alternan rojigualdas con el escudo de España, lisas sin escudo y recortadas.
Los canales de acción para protestar y reivindicar España: Se trata de protestas espontáneas y por ello surgen muchas iniciativas, cánticos y lemas que se solapan: al mismo tiempo que un grupo de jóvenes reza un Rosario, otro grupo lleva muñecas hinchables para calificar de “putero” al PSOE. En otra ocasión, se envían pizzas a los manifestantes en señal de respaldo, o se regalan «chorizos» o se da chocolate caliente…
No se sabe cómo concluirá el Noviembre Nacional y qué símbolos dejará para la posteridad cuando termine. Pero lo que está claro es que muchos españoles que se encontraban en los arrabales de la política institucional parecen haber encontrado una comunidad en la que todas las diferencias se vuelven residuales frente a una idea que transciende: España.
¿Será el Noviembre Nacional un movimiento capaz de, más adelante, proponer diagnósticos y recetas contra los males de España? Son muchos los españoles que esperan que así sea.