Del ensueño al caos: la violencia en Suecia por las pandillas de inmigrantes no deja de crecer

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La violencia  debido a la inmigración se ha convertido en el mayor problema de este país. Son verdaderas bandas de criminales. Son un contraestado que se opone y combate al estado. Y es que un denominador  de la inmigración, sobre todo, musulmana es la No integración, aunque sean de segunda o tercera generación.
«El país nórdico ha pasado de tener uno de los niveles de tiroteos mortales más bajos de Europa a uno de los más altos en apenas una década», señala el diario británico Financial Times, añadiendo que en los pasados meses de septiembre y octubre no ha pasado ni un día sin que se registrasen disparos o ataques con granadas de mano o bombas en lo que alguna vez fue una de las naciones más seguras y prósperas del mundo.
El 2022 fue un año de récord en el país con 391 tiroteos relacionados con las pandillas de inmigrantes, que provocaron 63 fallecidos. Este año ya se han producido 44 muertes y la Policía ha registrado una media de un tiroteo no mortal al día. La violencia sin precedentes también ha llevado al Gobierno sueco a tomar medidas.
Estas bandas criminales de inmigrantes, que operan principalmente en la capital Estocolmo y en Uppsala, la cuarta ciudad más grande del país, son dirigidas por migrantes de segunda generación, detalla el rotativo, precisando que muchos de los perpetradores de los delitos son menores de 14 años que son preparados por pandillas para llevar a cabo acciones criminales.

«Política de migración irresponsable y la integración fallida».

En un discurso televisado a finales de septiembre, el centrista Ulf Kristersson, primer ministro de Suecia, responsabilizó del aumento de la violencia a manos de bandas criminales de inmigrantes a «la política de migración irresponsable y la integración fallida».
«No puedo dejar de enfatizar la gravedad de la situación. Suecia nunca antes había visto algo así. Ningún otro país de Europa está viendo algo así», añadió el líder del Partido Moderado.
La cuestión, afirma el diario británico, ha sacudido a todos los estratos de la sociedad del país nórdico, y el Gobierno ha echado mano del Ejército para afrontar algunas tareas de seguridad derivadas de la creciente violencia.

«Durante mucho tiempo estuvimos solos. Nos tildaron de racistas. Hoy la situación es muy mala. Ya no estamos solos», le dijo al diario Richard Jomshof, jefe del comité de justicia del Parlamento sueco y diputado del partido Demócratas Suecos. «Si esto continúa durante las próximas dos décadas, Suecia está perdida. Nos está desgarrando», sentencia Jomshof.

«El aumento de la violencia de las pandillas de inmigrantes está dando lugar a conversaciones incómodas. Suecia, una nación rica famosa por su estado de bienestar, ha acogido en las últimas tres décadas a más solicitantes de asilo que escapan de diversos conflictos desde los Balcanes hasta el Medio Oriente que la mayoría de los países europeos», señala Financial Times.
Otros de los cambios que la situación podría generar está relacionada a las adhesiones políticas, emulando el giro a la derecha que se ha registrado en países como Holanda y Eslovaquia en los últimos meses.
«Durante la mayor parte de la década de 2010, los nacionalistas demócratas suecos fueron una voz solitaria que se oponía a la inmigración masiva, pero su apoyo ha aumentado casi al mismo ritmo que la intensificación de la violencia [de la inmigración]», afirma el medio. «Ahora es uno de los grupos políticos más populares de Suecia».
(Con información de Sputnik)

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