Esta semana tengo un gran problema. No sé por dónde empezar. La cuestión es que por aquí y por allá, surgen miles de desastres. También alguna luz de esperanza, pero pocas. Cuando escribo estas líneas, acaba de terminar una manifestación en la calle Génova, esquina a Colón. Miles y miles de personas protestan contra este desgobierno social-comunista que nos obliga a destruir, a matar con su eutanasia y su aborto. Ese es el más delicado de todos nuestros problemas.
Entrevisté el sábado a María San Gil y le reprochamos los dos entrevistadores su pertenencia a un Partido Popular que no hizo nada, cuando tenía mayoría absoluta para remediar el tema del aborto. María, afrontó con finura, delicadeza, pero con firmeza nuestras preguntas. Cierto, así pasó, pero aquí estamos los que queremos remediar lo que no se remedió en su momento, me dijo al terminar la entrevista. (Enlace a la entrevista: https://www.youtube.com/watch?v=2s7JWxq2CKw&t=5s)
En España hay 100,000 (cien mil) abortos quirúrgicos cada año y se calculan otros 50.000 químicos. Un gran negocio que ciertas multinacionales farmacéuticas y los típicos chiringuitos de género, podemonguer y demás manejan a su gusto. Millones y millones de euros están financiando la destrucción de los españoles. No habrá más españoles, sino que el “Plan Kalergui” sustituirá a estos por subsaharianos y magrebíes de ideología y religión musulmana o animista. La destrucción de la España defensora de la Iglesia está servida.
Y a ello colaboran estos pijo progres que han hecho de sus tonterías bandera, que han llenado sus bolsillos de nuestros impuestos y que aceleran día a día la destrucción de Occidente, la Cristiandad y España. No les importa nada, tan solo ser más pijo progre que es de al lado y llenarse el bolsillo con el beneficio de mi trabajo, de tu trabajo, del de nuestros antepasados que murieron defendiendo a la Patria y que no son nada para ellos, tan solo muertos.
No sé qué pasará mañana, pero las escenas de los policías marroquíes matando a los subsaharianos que querían saltar a España me ponen los pelos de punta, porque cualquier día esa misma policía va a matar a palos a los ancianos españoles, porque los trans, gays y lesbianas de este país ya habrán sido sacrificados en aras de ese Islam que los persigue, pero que a ellos tanto les ilusiona. La experiencia en el Líbano, en Yibuti y en Afganistán, me aclara que cuando vayan a por los cristianos, no solo les harán todo tipo de tropelías antes de asesinarlos, sino que además a esas mujeres tan progres y modernas que tengan menos de 40 años, las convertirán en esclavas sexuales. Ni les cuento, que no quiero amargarles mucho.
Pero para los asistentes de Pedro, de Marlaska, de Irene y demás social-comunistas: depredadores, destructores de la Sociedad y de quien les está dando su grandeza económica por el expolio, no somos nadie, de hecho somos tan poco que ni les quitamos el sueño. Soberbia, junto con un total desconocimiento de la realidad les llevará al desastre. O qué se cree Marlaska que van a hacer con él cuando caiga en sus manos. No le van a respetar, porque ya no será ni ministro, ni poderoso y el Islam no perdona, ni olvida. Lo peor es que los que hemos sido buenos españoles seremos juzgados por el mismo rasero.
Sí, nadie nos defenderá. Dicen los expertos en temas de población, que, no para crecer, sino para mantenerse ligeramente al alza, cada mujer debe tener más de dos hijos en su vida. Las españolas tienen 0,3 hijos por mujer, aunque nos digan que tienen 1,3. Lo cual es mentira, desde ese 0,3 a la cifra que si os cuentan están las magrebíes, subsaharianas y de otras razas que nos han invadido y que serán sus hijos quienes se queden con la tierra de mis antepasados y además nos envíen al lado oscuro, como enviaron a los que murieron este fin de semana en la Valla. Y ahí, lo dejo…
José Antonio Ruiz de la Hermosa | Escritor