Tras los alemanes y holandeses: Los agricultores franceses ponen contra las cuerdas al nuevo Ejecutivo de Macron

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En muchos países europeos, los agricultores se han manifestado y cortado carreteras en protesta contra las medidas en el sector de la Unión Europea. De Francia a Rumanía, pasando por Alemania.

El recién nombrado primer ministro, el activista homosexual y globalista del NOM, Gabriel Attal, se enfrenta a su primera ola de protestas apenas dos semanas después de asumir el cargo

Las protestas de los agricultores han ido creciendo en toda Europa en los últimos tiempos. En diferentes países los agricultores y pastores sostienen que suelen ser los «chivos expiatorios» de las reformas globalistas de la «transición verde»

Protestas en Francia

Los agricultores franceses en pie de guerra

Y las calles galas no le han dado ni un respiro a Gabriel Attal.
Los agricultores se han puesto en pie de guerra. El presidente del sindicato agrícola FNSEA, Arnaud Rousseau, ha advertido, en una entrevista radiofónica en RMC, de que las manifestaciones durarán «lo que haga falta». Ayer, Rousseau y el representante de la organización ‘Jóvenes Agricultores’, Arnaud Gaillot, se reunieron en el palacio de Matignon con Attal, al que exigieron «medidas a corto plazo» para apaciguar las protestas.

Rechazo a las medidas medioambientales de la UE

Los agricultores franceses se han sumado a sus colegas europeos de Países Bajos, Alemania o Rumanía y han rechazado, de manera rotunda, las medidas medioambientales, acordes a la agenda 2030, que busca imponer la Unión Europea, a través de su Política Agraria Común (PAC), y que afecta de manera directa a la economía y a su sector, y provocará prácticamente la extinción de la agricultura, la ganadería y la pesca en beneficio de terceros países fuera de la UE.

Acuerdos con terceros países

En efecto, los acuerdos de la UE con terceros países, como Mercosur, o la entrada de Ucrania a la UE también han creado un gran malestar entre los agricultores franceses.

La entrada masiva del grano ucraniano, sin apenas controles, a otros países europeos como PoloniaHungría Eslovaquia, ya causó el año pasado la conocida como crisis del grano.

Así, Varsovia, uno de los principales aliados de Kiev en Europa en su guerra contra el Kremlin, bloqueó la entrada de productos ucranianos, ya que aseguraba que afectaba a la producción local. Los agricultores polacos se levantaron contra el Gobierno del entonces Mateusz Morawiecki, que finalmente impuso un embargo sobre el grano ucraniano en contra del criterio de la Unión Europea.

Los franceses galos no solo están molestos con las últimas medidas importadas desde Bruselas, sino que también afean al Ejecutivo francés lo que consideran un exceso de normas y de burocracia o las crecientes restricciones para el acceso al agua de riego. El ministro de Agricultura francés, Marc Fresneau, ha ido cediendo, poco a poco, a las exigencias de los manifestantes y ha coincidido en que existe una falta de «coherencia» por parte de la UE que provoca la «disminución» de la producción agrícola en todo el continente. Así las cosas, Fresneau, en un intento por sofocar las protestas, ha anunciado medidas en el corto plazo.

Cortes en las carreteras

Estas promesas, sin embargo, no han servido para calmar los ánimos en las calles. Los agricultores mantienen el pulso al Gobierno de Macron con cortes en las principales carreteras del país. Ayer llegaron a bloquear la autopista A-7, al sur de Perpiñán, en dirección de la frontera española, el principal paso terrestre entre los dos países.
(Con información de El Debate)

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