¿Flor de un día? Un sector de Sumar avisa a Díaz de la caída electoral y contempla la salida del Gobierno

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IU y Compromís plantean salir del Ejecutivo para anular antes de tiempo a Podemos, pero Díaz y sus ministros se resisten

Miembros de Izquierda Unida y del sector valenciano de Compromís avisan de que el ciclo electoral que se abre – elecciones gallegas, europeas, vascas y catalanas- puede convertirse en un problema para el futuro de Yolanda Díaz, la besucona comunista, y su formación. Sumar no está ni mucho menos consolidado. La estancia en el gobierno siguiendo la política de Sánchez le está restando apoyos dentro de su militancia, y si, además, tenemos en cuenta que desde Podemos le están haciendo una guerra sin cuartel se le presenta un futuro muy negro. La pregunta que se hacen es, ¿Será Sumar flor de un día?. De ahí que algunos planteen la cuestión «estratégica» de la permanencia en el Ejecutivo.

Si Sumar sale del Gobierno, afirman, será más fácil plantar cara a Podemos y aniquilar a los de Irene Montero. Desde dentro, los dardos morados harán más daño. La vicepresidenta y sus ministros, sin embargo, se decantan por la permanencia e intentan frenar el debate. Y es que a Yoli, la comunista besucona, le encanta el poder y su «pisito» de casi 500 metros cuadrados que le pone el estado a su servicio. No quiere privarse de ello aunque las consecuencias para su partido sean muy negativas.

Sondeos malos para Sumar. Empiezan las disenciones

Hay algunos indicios que dejan entrever una situación mala, muy mala para este 2024. Los sondeos no son nada buenos. Podemos sustrae apoyos (así lo reveló el último CIS) y las elecciones gallegas pueden ser humillantes para Díaz. Además, las relaciones con los socialistas dan señales de agotamiento y socios como IU y Compromís, así como marcas como la Chunta, los canarios y los baleares, están incómodos. Ven el peso orgánico alcanzado por los errejonistas (en IU admiten el malestar al respecto) y empiezan a temer por sus intereses en el caso de una doble derrota en las elecciones gallegas y europeas.

A partir de investidura de Pedro Sánchez, Yolanda no ha parado de encajar derrotas tras derrotas. Es cierto que Díaz ha logrado apartar a Irene Montero y los demás ministros de Podemos, pero ahora la fuga de los morados al grupo mixto inquieta a sus colaboradores y a los socialistas.

Choques con los socialistas

En Podemos creen que han dejado debilitada a Díaz. Su imagen pactista, afirman, se ha revelado un bluf. Algo se mueve en el PSOE, aseguran los de Belarra y Montero. Los choques con Félix Bolaños darían prueba de ello. Nada más arrancar el curso político, además, Díaz ha sufrido su primera derrota parlamentaria. Hasta el decreto sobre el subsidio de los parados mayores de 50 años la gallega nunca había perdido una votación. Podemos reivindica su autonomía y acusa a Díaz de no haber sabido negociar. Algunos ministros socialistas dejan entrever esa misma reflexión.

En Sumar hay preocupación, incluso en niveles cercanos a la vicepresidenta. Saben que vendrán negociaciones difíciles, con la pinza entre Podemos y ERC por un lado, y la necesidad de desmarcarse de Junts por las presiones de los Comunes. «Gobernar así es muy difícil», dejó escapar Díaz en el Senado. Empieza a cundir la sensación de debilidad y de cierto fin de luna de miel.

IU y Compromís, en alerta

IU manifiesta su resentimiento por el peso orgánico alcanzado por los errejonistas y avisa de que las elecciones en Galicia pueden dañar la imagen de Sumar (en el caso de no alcanzar escaños).

El 18 de febrero se vota en Galicia. Será el primer banco de pruebas para Sumar en el nuevo ciclo político, con el miedo escénico de quedarse sin representantes en el Parlamento regional. Después llegarán los comicios europeos. Las fuentes de Sumar admiten que en estas elecciones deben alcanzar al menos dos millones de votos. Pero el temor a que se concentre el voto en PSOE o que otras formaciones como Izquierda Española y Podemos acaben restando miles y miles de votos a los de Díaz asusta.

Dos derrotas en los primeros seis meses de legislatura serían demoledores para una formación que acaba de nacer. De ahí que con Compromís e Izquierda Unida, otros referentes territoriales de Sumar, desde los canarios hasta los asturianos y aragoneses empiecen a teorizar lo que, a varios niveles, se está convirtiendo en un secreto a voces: desde dentro, siendo una muleta de Sánchez, su marca blanca, y demostrando más interés por los sillones que para la política, Podemos tendrá terreno fácil para atacar a Sumar.

Apoyo externo a Sánchez

Pero este planteamiento «estratégico», que según dicen las fuentes de Sumar comparten más de un dirigente de la nueva formación, choca con los intereses y voluntad de la cúpula ministerial. Díaz es la que menos quiere una deriva semejante. Siempre consideró que el poder otorga poder.

El problema es que en Sumar saben que se abre un ciclo económico complicado. La propia Díaz lo deslizó en unas reuniones confidenciales con sus colaboradores antes del 23-J. Entonces, ella (al igual que Iglesias) estaba convencida de que la derecha ganaría las elecciones. Solo después de los comicios decidió dar un giro de 180 grados y autoconvencerse de que lo mejor era seguir en el Gobierno, aun sabiendo (y ahora teniendo la prueba de ello) de que la legislatura sería un asunto difícil de desenredar.

El temor a un verdadero quebradero de cabeza existe. A una suma que, de repente, resta. Iglesias y Podemos, al fin y al cabo, pasaron de 35 diputados a cinco en una legislatura. Díaz, de momento, ya controla menos de treinta.

(Con información de Lucca Constantini/ The Objective)

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