Una base de datos recoge todos los casos de hombres autoidentificados como mujeres en competiciones femeninas
El deporte femenino, en peligro por el tongo trans
Tongo trans en el deporte femenino. Esta es la frase que define una realidad injusta, escandalosa y cada vez más alarmante: los varones biológicos que se «auto identifican» como «mujeres» están arrebatando medallas, récords y oportunidades a las verdaderas deportistas. El dato es demoledor: al menos 618 récords femeninos han sido establecidos por atletas varones trans, de los cuales 389 siguen vigentes, incluyendo 33 a nivel mundial.
Una farsa que borra a mujeres reales
La base de datos «He Cheated» (él hizo trampa) revela el alcance del tongo trans en el deporte femenino. Más de 389 mujeres que alcanzaron desempeños históricos han sido borradas por hombres mediocres celebrados como campeones. Y la cifra sigue creciendo.
En 2025, esta base ya ha documentado:
- 210 primeros puestos arrebatados
- 360 podios
- 637 victorias
Todo por la inclusión ideológica de atletas masculinos en la categoría femenina. El resultado: éxitos robados, dinero perdido y mujeres humilladas.
Un dato desvela la falsedad de la igualdad que promueve la ideología de género: ninguna mujer trans ha establecido un récord en categoría masculina. Es decir, sólo los varones biológicos triunfan cuando invaden el deporte femenino. Al revés, no sucede. ¿Casualidad? No. Es una farsa basada en una mentira biológica.
El botín: medallas, dinero y prestigio usurpado
La trampa trans en el deporte femenino ha supuesto la expropiación de:
- Más de 4.472 victorias individuales
- 8.914 competiciones contando deportes por equipos
- 7.447 podios (oro, plata o bronce)
- 436 récords nuevos
- Más de 2,2 millones de dólares en premios
- 774 premios y reconocimientos
Todo esto arrebatado a mujeres biológicas que se ven desplazadas por decisiones ideológicas, no científicas.
En España también hay casos escandalosos
En nuestro país, el tongo trans en el deporte femenino ya tiene nombre y apellidos. Solo en 2025 se han documentado cuatro casos. Tres de ellos protagonizados por Aura Pacheco, prime varón trans en jugar en una liga de baloncesto femenina.
Estos casos no son excepciones, son consecuencia directa de una legislación que impone la mentira biológica por encima del sentido común y la justicia deportiva.
Naciones Unidas ya da la voz de alarma
Hasta la propia ONU ha reconocido la realidad. Reem Alsalem, relatora especial sobre la violencia contra las mujeres y niñas, presentó un informe contundente en octubre. Según ella, la participación de varones que se identifican como mujeres ha provocado la pérdida de al menos 890 medallas en 29 deportes.
Alsalem fue clara: pide categorías exclusivas para mujeres biológicas, porque la actual situación atenta contra los derechos de las mujeres.
Equipos manipulados y competiciones amañadas
La base de datos «He Cheated» expone también a los equipos que incluyen a hombres en sus listas femeninas. Esto ha dado lugar a títulos en torneos estatales, regionales y nacionales, todos ganados gracias a la trampa trans en el deporte femenino.
Filipinas, Tailandia, Reino Unido y Estados Unidos encabezan la lista, pero España se suma a la tendencia con decisiones que deforman la competencia limpia.
La ideología de género y la imposición de la mentira
Todo esto responde a una agenda ideológica concreta: imponer la autodeterminación de género por encima de la realidad biológica. El deporte, que debería ser espacio de meritocracia y justicia, ha sido secuestrado por una ideología que desprecia a las mujeres reales.
Cada victoria de un varón biológico en una categoría femenina es una derrota para la verdad. Es una burla para las niñas que entrenan desde pequeñas, para las madres que apoyan a sus hijas, para las entrenadoras y deportistas que ven cómo les arrebatan su lugar.
No es igualdad, es injusticia legalizada
La realidad es tozuda: hay más de 1.044 hombres que participan en deportes femeninos. Algunos tienen sus propias ligas masculinas, pero eligen competir como mujeres para ganar fácilmente. En Inglaterra, más de 50 juegan en ligas femeninas de fútbol.
Mientras tanto, las autoridades miran hacia otro lado, sometidas a una agenda ideológica que sacrifica a las mujeres reales en nombre de un supuesto progreso.
La trampa trans en el deporte femenino es un atropello. Es una injusticia sistemática que borra a las mujeres del pódium, del libro de los récords y del corazón del deporte. El silencio es complicidad.
Basta ya de tongos. Basta ya de farsas. Exijamos respeto por el mérito, por el esfuerzo, y por el sexo biológico que define la verdadera competencia deportiva. No hay igualdad posible sin verdad. Y no hay justicia sin valentía.