Sumar, cómplice del PSOE: el silencio que encubre la corrupción

Yolanda Díaz sola en el Congreso durante debate sobre corrupción del PSOE.

El silencio y la complicidad de Sumar ante los escándalos de corrupción que salpican al PSOE revela un encubrimiento preocupante, priorizando la permanencia en el poder sobre la ética política.

Sumar cómplice del PSOE. La reciente filtración de audios que implican a Leire Díez, «fontanera» del aparato socialista y exconcejala, en maniobras para desacreditar a la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil ha constatado las sospechas de prácticas corruptas en el entorno del PSOE. La conversación revelada en exclusiva por El Confidencial muestra cómo la exconcejala planeaba difamar a los agentes de la UCO en el caso Koldo.

Ante la magnitud de este escándalo, el Partido Socialista se ha limitado a abrir un expediente informativo a Leire Díez, sin aplicar ninguna medida cautelar. Sin embargo, lo más revelador es el silencio calculado de Sumar y su líder, Yolanda Díaz, cuya tibia reacción ha sido interpretada por muchos como una forma de complicidad silenciosa.

Mientras el PSOE intenta blindarse, los comunistas de Sumar prefieren evitar el conflicto, evidenciando una dependencia política y estratégica hacia el partido de Pedro Sánchez. Les gusta el poder y no quieren perderlo. En una declaración tardía, Yolanda Díaz simplemente pidió «la máxima contundencia», pero sin exigir consecuencias reales ni ruptura alguna con su socio de gobierno. Una petición hueca, claramente simbólica y nada efectiva, que no desmarca a su formación del epicentro de la corrupción socialista.

En lugar de actuar con firmeza, Sumar ha optado por mirar hacia otro lado. Su falta de contundencia frente a estos hechos contradice por completo sus promesas de regeneración democrática y ética pública. La frase clave “Sumar cómplice del PSOE” cobra así más fuerza y veracidad que nunca.

Reacciones de la oposición: señalamientos directos

Desde la oposición, las críticas no se han hecho esperar ante la negligencia de Sumar. El portavoz parlamentario, Miguel Tellado, ha señalado que “ese comportamiento es la razón por la que Sumar se hunde”, dejando en evidencia la responsabilidad de Yolanda Díaz por mantenerse del lado de un PSOE que cada vez está más salpicado por escándalos de corrupción.

Y es que Sumar se ha convertido en cómplice necesario de la corrupción por su falta de acción. “Si callan, otorgan. Y eso es exactamente lo que está haciendo Yolanda Díaz: otorgar complicidad”, declaró en rueda de prensa. El silencio de Sumar es una traición al Estado de Derecho.

Críticas desde dentro de la coalición

Incluso dentro de los partidos que integran Sumar, comienza a emerger el malestar. Enrique Santiago, del Partido Comunista, integrado en Izquierda Unida, calificó el episodio como un “espectáculo obsceno y vulgar” y exigió que se tomen medidas preventivas para evitar que estas prácticas se repitan. Esta declaración evidencia la creciente tensión dentro de la coalición gubernamental, donde algunos aún conservan un mínimo de coherencia ética.

Sin embargo, ni siquiera estas voces internas han tenido eco suficiente para que la también comunista Yolanda Díaz adopte una postura firme. Todo indica que las prebendas personales que le otorgan la estabilidad del Gobierno de coalición con el PSOE vale más que la honestidad política para la líder de Sumar.

Una estrategia de poder por encima de los principios

Desde sus inicios, Sumar se presentó como una fuerza de renovación, destinada a regenerar la política desde la extrema izquierda. Sin embargo, la realidad demuestra que esa promesa ha quedado enterrada bajo los intereses de poder y la sumisión a Pedro Sánchez. Se han vendido por un plato de lentejas.

El silencio ante los escándalos del PSOE se suma a otras concesiones anteriores que han erosionado la imagen de Sumar: su apoyo a la ley de amnistía, su nula defensa de la independencia judicial, y su silencio ante los casos de nepotismo y enchufismo en el Gobierno.

Este patrón de comportamiento no es casual. Responde a una estrategia política que prefiere mantener el sillón antes que defender los principios. Así, la expresión “Sumar cómplice del PSOE” no es una consigna de la oposición: es un diagnóstico objetivo de una deriva.

Impacto electoral y pérdida de confianza

Las encuestas más recientes confirman lo que ya es evidente en la calle: Sumar se hunde. Según distintos estudios, la formación se sitúa muy por debajo del 10% de intención de voto- alrededor del 6%-, y sigue en caída libre desde la aprobación de la ley de amnistía y los primeros escándalos del «caso Koldo».

Este descenso no es casual. El electorado, aunque sea de extrema izquierda, castiga la incoherencia. La base que confió en Sumar se siente ahora traicionada por su alianza incondicional con el PSOE y su indiferencia ante la corrupción. La complicidad no se tolera, y menos aún cuando se intenta disfrazar de “responsabilidad de gobierno”.

La frase clave “Sumar cómplice del PSOE” se ha instalado ya en el debate público como una marca de descrédito que ni los medios afines logran borrar.

Entre el poder y la ética, Sumar eligió mal

En democracia, los silencios pesan tanto como las palabras. Y en este caso, el silencio de Sumar ante los escándalos de corrupción del PSOE no solo compromete su credibilidad política, sino que también le convierte en cómplice necesario de prácticas que erosionan el Estado de Derecho.

Yolanda Díaz ha demostrado que su partido es solo una prolongación del sanchismo. Y al hacerlo, perdió algo más valioso: la confianza de quienes creyeron en un proyecto distinto.

El precio de ese silencio será alto. En las urnas, en la historia, y en la conciencia de una izquierda que ha dejado de ser alternativa para convertirse en muleta de la corrupción.

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