Ayuso, al mando de la casta política bipartidista, promueve la subida
La casta política PP-PSOE se premia a sí misma
La subida de sueldo de diputados en Madrid confirma, una vez más, cómo el bipartidismo formado por PP y PSOE actúa de espaldas al pueblo. En menos de un año, han aprobado una nueva subida salarial – a segunda-del 8,5% entre 2024 y 2025, mientras las familias madrileñas soportan inflación, impuestos abusivos y salarios congelados.
Con esta maniobra, la clase política evidencia su verdadera prioridad: llenar sus bolsillos y consolidar su estatus de casta privilegiada, ajena al sufrimiento de quienes la sostienen con sus impuestos.
La segunda subida de sueldo en menos de un año
La Asamblea de Madrid aprobó en julio una nueva subida salarial que eleva el sueldo base de los diputados hasta los 3.883,02 euros brutos al mes.
La medida contó con el voto favorable de PP y PSOE, lo que demuestra cómo el bipartidismo sigue unido cuando se trata de asegurar privilegios para la clase política. Además del sueldo base, se incrementaron los complementos para quienes ocupan cargos en la Cámara o en los grupos parlamentarios. Con esta fórmula, algunos alcanzarán los 5.900 euros mensuales.
No se trata de un ajuste técnico ni de una obligación estatal, como intentaron justificar los populares. El propio Ministerio de Hacienda aclaró que los parlamentos autonómicos son “autónomos” para aplicar o no estas subidas. Por lo tanto, la decisión fue puramente política.
PP y PSOE unidos en la “dignificación de la política”
El bipartidismo trató de defender lo indefendible apelando a la llamada “dignificación de la política”. Con este eufemismo insultante, populares y socialistas intentan disfrazar lo que en realidad es una subida injusta e inmoral en tiempos de crisis.
La presidenta Isabel Díaz Ayuso, que se presenta como adalid del liberalismo, en realidad actúa como representante de esa casta política que no duda en aumentar sueldos a costa de los contribuyentes. La realidad es tozuda: mientras los madrileños pagan alquileres desorbitados, facturas de luz y gasolina cada vez más caras, sus supuestos representantes disfrutan de privilegios blindados.
La subida de sueldo de diputados en Madrid confirma que el bipartidismo PP-PSOE es una máquina perfecta para perpetuar beneficios personales. PP y PSOE pueden fingir debates, pero cuando se trata de repartirse el botín, actúan en perfecta armonía.
El contraste con la vida real de los madrileños
Resulta ofensivo que la subida de sueldo de diputados en Madrid coincida con la precariedad laboral de miles de trabajadores que apenas llegan a final de mes con salarios de 1.200 o 1.300 euros.
Los funcionarios públicos apenas vieron un aumento del 0,5% en sus nóminas, mientras los parlamentarios regionales disfrutan de un 8,5% en menos de un año. La brecha entre representantes y representados crece, confirmando que en España existe una élite política privilegiada desconectada de la realidad.
Este escándalo no es aislado: se inscribe en una dinámica que afecta a todo el sistema autonómico. Como emos señalado en otros artículos, las comunidades funcionan como oficinas de colocación de inútiles que solo sirven para aumentar el gasto político sin mejorar la vida de los ciudadanos.
La casta política: PP y PSOE como dos caras de la misma moneda
La subida de sueldo de diputados en Madrid pone de manifiesto el verdadero rostro del bipartidismo. PP y PSOE se presentan como adversarios ideológicos, pero en realidad forman parte de un mismo sistema de privilegios.
Ambos partidos han entregado España a la Agenda 2030, al globalismo y a la corrupción moral y política. La aprobación conjunta de esta subida salarial es un recordatorio de que, cuando se trata de sus intereses, no existen diferencias.
El pueblo español no puede esperar que quienes viven de sus impuestos vayan a reformar un sistema que los mantiene en el poder. De hecho, estas decisiones solo buscan blindar a la clase política frente a cualquier intento de regeneración democrática.
La subida de sueldo de diputados en Madrid del 8,5% en menos de un año es un insulto directo a los ciudadanos que trabajan y pagan impuestos. El bipartidismo PP-PSOE demuestra que no gobierna para la gente, sino para sí mismo. Y confirma que el sistema autonómico se ha convertido en un refugio de privilegios donde la casta política se enriquece mientras el pueblo sufre.




