Sionismo. Orígenes y textos fundacionales del Estado de Israel

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La ofensiva que ha puesto en marcha Israel, con motivo del ataque sufrido el pasado mes de octubre por Hamás en distintos puntos de su territorio, ha vuelto a centrar la atención en Oriente Medio. La operación “Inundación de al-Aqsa”, que ha contado con el apoyo de la Yihad Islámica palestina, es uno más de los múltiples conflictos que se han ido sucediendo en las últimas décadas en la región.

Comprender sus orígenes implica ir más allá de los procesos de descolonización de las grandes potencias, de las consecuencias de las dos Guerras Mundiales y del hundimiento del Imperio Otomano. La creación del Estado de Israel (1948) tuvo un contexto histórico, unas circunstancias y también unas motivaciones ideológicas que comenzaron mucho antes. «Sionismo» en una novedad que merece ser tenida en cuenta porque trata de abordar, precisamente, los orígenes y textos fundacionales del Estado de Israel, de la mano de dos de sus principales protagonistas, Theodor Herzl y Leo Pinsker, y dos obras: «Autoemancipación» y «El Estado judío».

Leo Pinsker (1821 -1891), fue un médico y activista. A lo largo de su vida experimentó los estragos del antisemitismo, lo que lo llevó a desarrollar ideas visionarias sobre el destino del pueblo judío. En su obra «Autoemancipación» (1882) reflexiona sobre la condición judía en Europa y aboga por la creación de un estado independiente para los judíos, en tanto que la asimilación no resolvía los problemas del antisemitismo. Por ello defendía la autoemancipación y el retorno a la tierra ancestral. Aunque no vivió para ver la fundación del Estado de Israel, sentó las bases para el movimiento sionista. Por su parte, Theodor Herzl (1860 – 1904), húngaro de nacimiento, judío por religión y germano por parte de madre, fue un judío aculturado con poca relación con las prácticas religiosas. Se erigió como figura clave en la historia del sionismo y la creación del Estado de Israel, desafiando convenciones hasta convertirse en un ferviente defensor de la idea de un hogar nacional judío. En su obra «El Estado Judío» (1896), aboga por su creación para garantizar la seguridad y el futuro de su pueblo. Dedicó gran parte de su vida a promover la cusa sionista buscando el respaldo internacional.

De 1862 a 1896, la imprenta dio a la luz las tres obras clave con las que el sionismo puso alas al sueño emancipador:  «Roma y Jerusalén. La última cuestión de las nacionalidades»;  «Autoemancipación» y  «El Estado judío», cuyos autores, Moses Hess, Leo Pinsker y Theodor Herzl respectivamente, son hoy universalmente proclamados los padres fundadores del sionismo, en especial el último. Hay que mencionar que el exsocialista alemán, el médico ruso y el periodista vienés nunca juntaron sus empeños, pero sí los reunió la conciencia de sus seguidores sumándose a un proyecto que combinaba sin apenas esfuerzo, más no menos paradójicamente, el racionalismo ilustrado, el ideal romántico y el revolucionario, con el ideal de lograr un Estado nacional que sellara de una vez por todas la cuestión judía como una pesadilla del pasado. En esta edición no recogen las tres obras señaladas, pero sí reúne por vez primera dos de ellas. Está dividida en dos partes y cuenta con unos estudios preliminares y unas notas de Antonio Hermosa Andújar.

La obra que presentamos trata de ofrecer respuestas a los interrogantes que muchos se plantean, tratando de justificar o no la creación de un Estado judío. Los siglos XIX y XX han estado marcados por visionarios. Vemos cómo Leo Pinsker y Theodor Herzl protagonizaron una notable revolución intelectual y práctica al transformar lo que había sido un anhelo cultural, político, identitario y religioso, cristalizado en una fórmula de esperanza, en una destacada impronta política: la vuelta a Jerusalén.

Entre sus postulados ideológicos figura que la instauración de un Estado propio significaba,  no sólo emancipar al pueblo judío de los gentiles que los dominaban, sino del propio Yahvé, que lo humillaba por medio de esos mismos gentiles, y de la esperanza mesiánica de la segunda venida del Mesías, que lo encadenaba mediante la esperanza a esperar. De esa forma, una vez creado, ese Estado lo liberaría de todo yugo y lo elevaría a pueblo finalmente «elegido». El sionismo fue el resultado de un movimiento teórico-práctico surgido en pleno auge del nacionalismo. Sustituye la esperanza por la acción y al plan de Dios por el del hombre. Pasado tanto tiempo desde la destrucción por los romanos del segundo templo en Jerusalén (año 70 d.C.), tenía que llegar el tiempo en que el mismo judío era quien debía crear el medio que lo liberaba y lo dignificaba como hombre sobre la tierra. Comprender el núcleo teórico del sionismo es importante para ver, con la distancia del tiempo, qué se ha logrado y qué expectativas no se han cubierto en temas como la diáspora, la seguridad o el ser un referente para otros pueblos.
 

(Autor: Gabriel Cortina)

Ficha técnica:Sionismo. Orígenes y textos fundacionales del Estado de Israel
Theodor Herzl y Leo Pinsker
Editorial Almuzara
170 páginas
@AlmuzaraLibros

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