Podemos pone a Lilith Verstrynge como secretaria de Estado de Agenda 2030 en lugar de Enrique Santiago, que fue uno de los principales líderes políticos que arroparon a Yolanda Díaz en el acto de Sumar
La guerra en los comunistas sigue. Y ahora ha venido la «purga» -ironías de la vida- del secretario general de los comunistas españoles-
En efecto, Lilith Verstrynge -la que fuera asesora de confianza de Pablo Iglesias, en Bruselas primero y en el Gobierno después-, regresa al Ejecutivo, pero esta vez como secretaria de Estado de Agenda 2030. Ione Belarra la nombrará a su colaboradora en sustitución de Enrique Santiago, líder del PCE, y que es persona de confianza de Yolanda Díaz.
Con la entrada de Verstrynge en el Ejecutivo se produce la marcha de esta Secretaría de Estado del recientemente reelegido líder del Partido Comunista Español, Enrique Santiago, que pasaría a ocupar un puesto muy secundario dentro del Grupo Confederal en el Congreso. O sea, purga en toda regla.
De esta forma, Verstrynge que es secretaria de Organización de Podemos, es decir, número tres del partido, será designada alto cargo del Gobierno socialcomunista por decisión de la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, secretaria general de Podemos. El nombramiento se hará efectivo el próximo martes en el Consejo de Ministros.
Se trata de un movimiento sin consensuar con Yolanda Díaz, líder de la nueva plataforma Sumar. Belarra ha nombrado a su colaboradora Verstrynge. Sin embargo, la ministra de Trabajo ha visto con sorpresa esta decisión. Es otro motivo más que recrudece la guerra interna de los comunistas españoles.
Y es que Enrique Santiago tiene una muy buena relación con Yolanda Díaz y por eso ha sido «purgado».
De hecho, Santiago, anterior secretario de Estado, fue uno de los miembros más destacados del plantel de asistentes que inauguraron junto a Yolanda Díaz Sumar, el proyecto comunista con el que la vicepresidenta pretende concurrir a las próximas elecciones generales.
Belarra, como no podía ser de otra manera, ha justificado el movimiento por la necesidad de mejorar la labor de tejer alianzas en el Congreso.
La guerra entre los comunistas sigue. Entre un Podemos que se resiste a abandona una marca fracasada y en declive y una Yolanda Díez, que es la enésima vez que los comunistas cambian de careta para ver si amplían su base electoral.