Sigue el engaño: Garbanzos, espárragos y judías, los otros productos que nos cuelan como españoles

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Agricultores y consumidores detectan nuevos engaños tras la polémica de las naranjas de Egipto que se venden como si fueran de Córdoba

Estafa. Es claramente una estafa a los consumidores y a los agricultores. La manipulación del etiquetado del origen de los productos es muchas ocasiones un gran engaño deliberado. Así, y por ejemplo, la organización agraria Asaja Córdoba denunció hace unos días ante el Ministerio de Agricultura que, en un centro comercial, se estaban vendiendo naranjas procedentes de Egipto como si fueran del municipio cordobés de Palma del Río con el reclamo «naranja nacional».

No es un caso aislado

No es un caso aislado. Es habitual, y cada vez más. COAG, otra asociación de agricultores también ha denunciado recientemente el etiquetado de fresas producidas en Marruecos que se venden como si fueran de Huelva.

Desde COAG explican que han detectado que sucede lo mismo con otros productos que se venden tanto en supermercados como en tiendas de barrio. «El etiquetado muchas veces confunde al consumidor para que piense que su procedencia es nacional cuando realmente el origen es extranjero«, señalan.

Espárragos de Perú que se etiquetan como si fueran de Granada

Andrés Góngora, agricultor almeriense y secretario general de COAG, cuenta que tiene empresas de Granada que se dedican al envasado de espárragos que proceden de Perú. «Se etiquetan como espárragos de Granada y la imagen que los envuelve es el escudo de Granada, pero los traen de Latinoamérica«, relata.

Dos orígenes

Añade que suele pasar sobre todo con aquellos productos que se venden a granel: «Ahí falla mucho la trazabilidad».

«Cuando es una pizarra escrito con tiza eso no tiene garantía ninguna. Cuando es un envase aparece una etiqueta a veces con unos tamaños de letra imposibles. Nos hemos encontrado cosas tan fuertes como en un mismo producto escrito en una pizarra poner dos orígenes: España y Marruecos por ejemplo, o simplemente que no aparece«.

Lo mismo sucede con algunos garbanzos, que se envasan en León pero se importan desde Estados Unidos. En el paquete figuran ambas localizaciones, pero la primera destaca más que la segunda, y además no se especifica que lo que se hace en León es solo el empaquetado.

Obviamente, los supermercados lo saben y no hacen. Quieren aumentar sus márgenes de ganancias -que está bien- pero con engaños y mentiras a costa de los consumidores y agricultores. y eso es claramente un engaño y un timo.

Asaja habilitó hace unos días un canal para denunciar el etiquetado irregular de los productos. La asociación explica que un consumidor alertó que en el paquete de unas judías verdes que se venden en un establecimiento de Madrid también se daba a entender que su origen era nacional, pero en el etiquetado –con un tamaño de letra muy pequeño– ponía que procedían de Marruecos.

La ley obliga a que el país de origen se exponga de forma clara

hecha la ley, hecha la trampa. La ley obliga a que el país de origen esté expuesto de forma clara en el etiquetado de ciertos productos cuando vienen de países que no pertenecen a la Unión Europea. Estos productos, según explica el Ministerio de Agricultura, son: frutas, hortalizas, carnes, aceite de oliva virgen, vino, frutos secos, pescado fresco, huevos y miel.

El Ministerio de Consumo a su vez aclara que: «De acuerdo con el artículo 7.1 a) del Reglamento (UE) 1169/2011, del Parlamento Europeo y del Consejo, de 25 de octubre de 2011 sobre la información alimentaria facilitada al consumidor, supone una práctica comercial desleal ofrecer información que induzca a error a las personas consumidoras sobre el país de origen o lugar de procedencia de los alimentos».

El control de origen en el etiquetado, en los espacios de venta al consumidor, incluida la venta online, lo efectúan los inspectores de consumo de las comunidades autónomas. Pero en teoría está muy bien, pero la realidad es otra, y las administraciones miran para otro lado y no hacen nada. Son también cómplices de estos engaños. No hay inspecciones.

los inspectores comprueban, o al menos, en teoría,  que la publicidad y la información alimentaria no induzcan a error al consumidor, en particular sobre las características del alimento y, sobre la naturaleza, identidad, cualidades, composición, cantidad, duración, país de origen o lugar de procedencia, y modo de fabricación o de obtención.

Y mientras, los agricultores van poco a poco la ruina. Y después nos quejaremos que no hay productos nacionales

Fuente: Mariel Delgado | Confidencial Digital

 

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2 comentarios en «Sigue el engaño: Garbanzos, espárragos y judías, los otros productos que nos cuelan como españoles»

  1. La escoria política socialista no tiene perdón, ni humano ni Divino. Escapará a la justicia terrena, pero la verdadera Justicia, la Divina, no tendrá piedad de esta chusma degenerada, traidora y asesina.

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  2. Lo principal es que el consumidor no se quiera dejar engañar y mire con lupa la información. A veces por unos céntimos menos ni se mira y lo pagamos en salud. También podríamos coger la costumbre de protestar verbalmente ante las cajera cundo detectemos estos fraudes, a ver si se les cae la cara de vergüenza.

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