La información que Ramón Rosal ofrece en este libro sobre memorias históricas de vivencias importantes del pasado la lleva a cabo como el cumplimiento de un deber moral. ¿Por qué un hombre políticamente situado en la izquierda moderada, abanderado del diálogo y de la escucha del que piensa distinto, con mentalidad abierta, escribe un libro como éste que podría ser calificado de «fascista»? La razón es que, al percatarse constantemente del total desconocimiento de unos sucesos relevantes de la historia de España, por parte de una mayoría de jóvenes y adultos, siente una enorme tristeza. Además, se da cuenta de que lo que muchos piensan sobre esos acontecimientos constituyen versiones gravemente distorsionadas, heredadas de sus antecesores, lo que le produce indignación.