Sánchez se refugia de nuevo ante la inminente publicación de nuevos informes de la UCO sobre Ángel Víctor Torres, y Francina Armengol

Torres y Sánchez

El presidente escapa de nuevo a Quintos de Mora mientras el caso Koldo estalla

Sánchez se refugia en la finca estatal de Quintos de Mora, en Toledo, por segunda vez en menos de un mes, mientras el cerco judicial se estrecha. Esta huida coincide con un momento clave: la inminente publicación de nuevos informes de la UCO que podrían señalar directamente a dos figuras esenciales del PSOE: Ángel Víctor Torres y Francina Armengol. El creciente ‘hedor’ de la corrupción del gobierno de Sánchez avanza inexorablemente.

Mientras el escándalo crece, el presidente huye del foco mediático y del creciente descontento social refugiándose a 155 km de Madrid… en avión militar.

Este comportamiento vuelve a confirmar lo que ya muchos sospechan: el cerco judicial se va acercando. La UCO y el juez instructor siguen una línea clara que puede poner al PSOE y al propio Sánchez contra las cuerdas.

Ángel Víctor Torres: el primer ministro camino de la imputación

Sánchez se refugia justo cuando la situación legal del ministro de Política Territorial, el masoncete Ángel Víctor Torres, se complica gravemente. La UCO está a punto de presentar un informe que lo implicaría de forma directa en la trama de comisiones ilegales cuando era presidente del Gobierno de Canarias.

Las fuentes judiciales confirman que las investigaciones se centran ahora en Canarias, donde se habrían producido pagos irregulares y tráfico de influencias con contratos públicos- y no solo con las mascarillas-. La implicación de Torres marcaría la entrada de un ministro en activo en el epicentro del caso.

Todo apunta a que tras el informe, llegará la imputación formal. Y con ella, la cárcel. La responsabilidad política sería inevitable, y el escándalo afectaría directamente a Pedro Sánchez, como responsable máximo del Gobierno.

Francina Armengol también en el punto de mira de la UCO

Paralelamente, la presidenta del Congreso, Francina Armengol, también está siendo investigada. La UCO trabaja en informes que detallan su presunta participación en la adjudicación de contratos irregulares durante su etapa como presidenta de Baleares.

Sánchez prepara la estrategia de su salvación mientras su círculo más próximo se hunde en la corrupción. La pregunta ya no es si hubo delito, sino cuánto sabía Sánchez de las actividades de sus colaboradores más cercanos.

El cerco se cierra. Todo indica que los próximos pasos incluirán la imputación de Armengol, lo que supondría un golpe institucional sin precedentes. La segunda autoridad del Estado manchada por corrupción.

La estrategia de Sánchez: victimismo y ocultamiento

En medio de la tormenta, como ya hizo tras el escándalo de Santos Cerdán, ingresado en prisión tras ser acusado de cohecho, tráfico de influencias y pertenencia a organización criminal, la reacción del presidente será la misma: huir, callar, esperar, y culpar a otros. Su equipo prepara ahora una estrategia de victimización. Querrá presentarse como “engañado”, como “inocente que no sabía nada”, que lo hicieron como presidentes de sus respectivas comunidades autónoma. Pero ya nadie le cree.

La excusa de “no los conocía”, o “fui traicionado”, forma parte de un guion ya repetido. Pero los hechos y las pruebas le cercan cada vez más.

El caso Begoña Gómez y la posible financiación ilegal del PSOE

La presión no solo viene por Torres y Armengol. Sánchez está también ante la espera del informe de la UCO sobre Begoña Gómez, su esposa, investigada por tráfico de influencias y contratos públicos irregulares con Air Europa y empresas beneficiadas durante la pandemia.

La investigación apunta incluso a una posible financiación ilegal del PSOE, lo que implicaría al partido como persona jurídica y abriría la puerta a responsabilidades penales mayores.

Las estructuras del partido socialista empiezan a tambalearse, no por ataques externos, sino por la podredumbre interna. Y Pedro Sánchez lo sabe. Por eso se esconde. Por eso vuelve a Quintos de Mora.

Sánchez se refugia porque ya no tiene escapatoria

Sánchez sabe que el escándalo le rodea. Su núcleo duro está imputado, y él se sabe siguiente en la lista. El cerco judicial se va acercando. La presión política, judicial y social es insostenible. Intentará victimizarse, cambiar el foco, que él no sabía nada, que ha ha sido engañado una vez más, o incluso convocar elecciones si ve que no puede evitar la caída.

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