Los socialistas se han retratado en la votación de una proposición no de ley (PNL) que instaba al Gobierno a la adopción de medidas para evitar «actos de violencia política de la izquierda abertzale», así como a condenar la agresión de proetarras al alcalde de Pamplona, Enrique Maya (Navarra Suma), en las pasadas fiestas de San Fermín.
Uno de los puntos incluidos en esta iniciativa pedía a la Cámara baja que emplazara al Gobierno a «excluir de los pactos y acuerdos políticos promovidos por el Ejecutivo a los partidos que no condenan explícitamente los crímenes de ETA e intentan legitimar su existencia».
Sin embargo, ante ello, el Partido Socialista presentó una enmienda al texto registrado por la diputada del PP y presidenta de los populares de Navarra, Ana Beltrán. En su enmienda, el PSOE pedía la suspensión de dicho punto sobre los pactos con el partido de Arnaldo Otegi y la inclusión de un nuevo apartado para «apoyar la labor de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en el cumplimiento de sus funciones y en su trabajo continuo en la prevención de cualquier delito, de acuerdo con la legislación vigente.
Y mientras ocurría en el Congreso, el secretario general de Sortu, Arkaitz Rodríguez, hombre fuerte de Arnaldo Otegi en la facción más radical de la izquierda proetarra, ha reivindicado en público la figura de dos terroristas de ETA con delitos de sangre. Durante el homenaje a Txiki y Otaegi ha asegurado que «su memoria es criminalizada» en España, mientras que «en cualquier país les homenajearían». «¡Su lucha sigue viva!», ha arengado durante un mitin, ikurriña en mano y ante un atril con la palabra ‘independencia’.
El escenario de este último acto de enaltecimiento a dos miembros de ETA ha sido Tolosa, municipio de Guipúzcoa de menos de 20.000 habitantes, donde la banda terrorista mató a 15 personas. La excusa, la celebración del Gudari Eguna, el día del soldado vasco. El protagonista ha sido Arkaitz Rodríguez, uno de los más próximos colaboradores de Arnaldo Otegi -fueron compañeros de celda-. Bajo su mandato en Sortu, la formación abertzale ha colocado al menos a 6 ex miembros de la banda al frente de cargos políticos. Uno de ellos es David Pla, el que fuera el último jefe de ETA y al que la Guardia Civil vincula con los últimos asesinatos del grupo terrorista.
Durante el desarrollo de su intervención, Rodríguez ha vuelto a mencionar a Txiki y a Otaegi para asegurar que «sus sueños y su lucha siguen vivas. Hoy, gracias a la generación de Txiki y Otaegi, la situación de nuestro pueblo es mucho mejor. Gracias a su lucha hemos alcanzado derechos y libertades que entonces eran impensables. Sin duda alguna, nos encontramos más cerca de nuestros objetivos», insistió.
Esgrimiendo una ikurriña, y a pleno pulmón, el hombre fuerte de Otegi ha arengado al público al grito de «levantamos la bandera de la organización y la lucha, la bandera de Txiki, Otaegi y tantas y tantas otras».