El suicidio es la primera causa de muerte externa en España, una muerte que en la inmensa mayoría de los casos es prevenible con ayuda. La inmensa mayoría de las personas que piensan en suicidarse no quieren morir sino dejar de sentir un sufrimiento extremo. Atrapados en una dolorosa visión en túnel no son capaces de ver otra salida que la propia muerte.
España sigue sumando cifras récord de sufrimiento extremo: Las cifras del suicidio en España siguen aumentando. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) el año 2021 terminó con más 4.000 personas fallecidas por suicidio en nuestro país, un incremento del 4,4 % respecto al año 2019 y la mayor cifra de la historia desde 1906. Nunca antes se había superado la barrera de los 4.000 fallecimientos.
Así lo refleja el estudio de Evolución del suicidio en España en este milenio presentado este jueves por el Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (CIBERSAM ISCIII) en la Universidad Complutense de Madrid.
El informe revela que en 2020, primer año de la pandemia, 3.941 personas decidieron acabar con su vida. Estos datos casi triplicaron un 2,7 las muertes por accidente de tráfico, cifras que no se habían dado nunca antes. Esta cifra supuso un aumento del 3,6% con relación a 2019 y del 5,5% respecto al cambio de tendencia en 2018.
Las noticias no son nada buenas ya que los suicidios no han hecho más que crecer. «Estaba ya aumentando antes de la pandemia»ha advertido el catedrático en Psiquiatría y director del Centro Colaborador de la OMS, José Luis Ayuso. En la misma línea, el experto ha lamentado que las cifras de suicidio en España «indican una tendencia creciente» y ha asegurado que, aunque «afortunadamente hay muchas personas que hacen un intento de suicidio y no es mortal», por cada «cinco que han intentado suicidarse, uno lo va a repetir».
Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la tasa de personas fallecidas por suicidio en España en 2021 fue de 8,45 personas por cada 100.000 habitantes. Lo que supone once muertes al día.
El suicidio sigue siendo, después de los tumores, la principal causa de muerte de los jóvenes (entre 15 y 29 años): en 2021 fallecieron 316 (237 hombres y 79 mujeres) frente a los 300 de 2020. Ésta es una realidad que también golpea con dureza a los ancianos. En la tercera edad se da las mayores incidencias de suicidio consumado. 1.235 personas de entre 65 años a 95 años o más se quitaron la vida el año pasado en España.
El estudio recalca que en 2021 se siguieron los modelos de suicidios de años anteriores: una mayor tasa de muertes por suicidio en hombres (tres de cada cuatro) y en personas con edades comprendidas entre 40 y 64 años. Del total de muertes, el 87 % nacieron en España, aunque el incremento de migrantes suicidados llegó al 24 %.
Cinco comunidades con la tasa más alta
A la hora de estudiar los suicidios por comunidades autónomas y provincias, las tasas más altas de mortalidad por suicidio más altas se encuentran en todas las provincias de Galicia, en Asturias, Castilla y León (Zamora, León, Palencia, Burgos y Ávila), Aragón (Teruel y Huesca), Cataluña (Gerona) y Andalucía (Córdoba, Jaén, Málaga y Granada).
Por su parte, las provincias con mayor tasa de mortalidad por suicidio en 2021 fueron Jaén (13.1 por cada 100.000 habitantes), Zamora (14,2 por cada 100.000 habitantes) y Lugo (15,6 por cada 100.000 habitantes. Un total de 26 de las 50 provincias españolas más las dos ciudades autonómicas (52 % de las provincias) sobrepasan la media de mortalidad por suicidio mundial, indicada por la Organización Mundial de la Salud para 2019 (nueve fallecidos por cada 100.000 habitantes).
Pero hay un último dato destacable, no registrado por el INE, en relación a este grave problema de salud pública. Cada muerte provoca un impacto emocional devastador en al menos seis personas del entorno. Las 4.003 pérdidas de 2021 convierten a más de 24.000 familiares y allegados en supervivientes de una experiencia traumática.
