En Vascongadas las elecciones autonómicas empezaron en realidad hace tres meses con el anuncio Iñigo Urkullu que no sería el candidato del PN. Ahí, todo se activó y todo se precipitó en los procesos de designación de candidatos.

Las elecciones autonómicas del 21-A son, sin duda, las elecciones autonómicas más reñidas en mucho tiempo. Nunca el PNV había visto tan amenazada su mayoría e incluso la posibilidad de gobernar como hasta ahora.

Independientes contra terroristas-separatistas

Hoy, la pugna del los nacionalistas-independentistas de PNV con los proetarras separatistas de EH Bildu amenaza con apropiarse del foco casi por completo. Va a ser una lucha para ver quien gana las elecciones. En un nivel inferior la mirada estará puesta en el PSE, y las alianzas a las que esté dispuesto a llegar.

Y es que el Parlamento que salga del 21-A no se parecerá mucho al actual. Así lo predicen los últimos sondeos que dibujan incluso un posible empate a 27 escaños de PNV y EH Bildu, un leve fortalecimiento del PSE, un PP sin desgaste y el hundimiento del espacio Podemos-Sumar. En este escenario, el PSE tendrá la llave de la gobernabilidad eligiendo entre PNV y Bildu.

Veamos brevemente, como se encuentran estas tres formaciones políticas: PNV – Bildu y PSE.

Los independentistas del PNV

En juego. Es el que más se juega en estas elecciones. El miedo está justificado tras los dos reveses que han supuesto los comicios municipales y generales. Entonces la pérdida osciló en los que la pérdida de votos osciló entre los 80.000 y 100.000. Las encuestas apuntan a que EH Bildu podría incluso empatarle en escaños, abriendo así la puerta a posibles alianzas con el PSE que desplazaran al PNV del Gobierno vasco.  La irrupción de la izquierda abertzale en la vía de los acuerdos y las negociaciones ha desdibujado la imagen que en Vascongadas hasta hace poco parecía ostentar sólo el PNV.

Por otra parte, como fortaleza, el PNV sigue siendo el partido más votado en la región vasca. Su penetración social y su imponente estructura orgánica y electoral suponen una ventaja innegable para colocar su mensaje en campaña. La gestión y la historia de gobierno también pueden suponer un arma a su favor, siempre que la promocione correctamente. A todo ello suma la buena relación y balance que tanto ellos como el PSE realizan de su gobierno de coalición.

Sin embargo, y como debilidad, la pérdida de apoyo social que ha sufrido y que parece no revertirse será el gran reto. Retornará voto, la incógnita es cuánto y si será suficiente. El desgaste en su imagen de partido algo desfasado y necesitado de una alternativa cada vez cala más.  Frenar la fuga de votos hacia la abstención o incluso hacia los proetarras de EH Bildu es su mayor urgencia. Hoy la izquierda pretarra abertzale le gana terreno incluso.

Los proetarras separatistas de EH Bildu

Sabe que ha llegado su momento. Aunque la posibilidad de ganar las elecciones no será suficiente no será suficiente. Si quiere gobernar necesitará cerrar acuerdos. El PSE es el ideal ya que con ellos tendrían la mayoría absoluta. Además, pueden chantajear a Sánchez que, o gobiernan en coalición con ellos, o dejan caer el gobierno central. Un gobierno PSE-Bildu es más que posible. Lo que le pide el PSE para ello es que saque más votos que el PNV.

Los sondeos apuntan hacia un incremento muy importante, de hasta seis asientos, según el último ‘Sociómetro’ vasco. El viento corre a su favor y la coalición que lidera el etarra Otegi confía.

Bildu ha logrado blanquear ante una buen parte de la sociedad vasca su pasado terrorista-asesino. Hoy los ciudadanos vascos en su mayoría no ven en los proetarras de EH Bildu la izquierda abertzale de los años de violencia de ETA. Ni siquiera la deuda pendiente de condena del terrorismo le pasa factura. Junto a ello, el ‘blanqueamiento’ institucional que durante los últimos años le ha reportado ser aliado preferente en las relaciones con el Gobierno de España, en el Gobierno de Navarra o en Pamplona le ha permitido ser vista como una opción más capaz de negociar, acordar y obtener réditos en las instituciones.

Los socialistas del PSE

Son el partido bisagra. Los socialistas vascos concurren con un nuevo candidato. Eneko Andueza, secretario general del PSE, pero en estas circunstancias no es importante.

El PSE viene de haber sido el partido más votado en las generales en Vascongadas. Las encuestas le conceden mejores resultados que hasta ahora.

El riesgo de que se produzca un efecto contagio con lo sucedido en Galicia, con una fuga masiva de voto desde el PSG al BNG, parece complicado que se pueda producir en esta comunidad.

Pero es obvio, que no se puede desvincular la política nacional de la vascas. Y el PSE sea el partido bisagra.

Sánchez tendrá que decidir a quien apoyará el PSE: a los separatistas del PNV o a los proetarras de Bildu. Aunque las dos opciones son muy malas y buscan la ruptura de España, la velocidad es distinta.

Fuente: Mikel Segovia | El Independiente