Preocupación en Moncloa: los abucheos a Pedro Sánchez se extienden a los ministros

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El descontento de los españoles con el Gobierno hacia Pedro Sánchez es evidente y constatable. Y ya se extiende al resto del gabinete.

Los abucheos a Pedro Sánchez

Pedro Sánchez atraviesa uno de sus peores momentos políticos, con un acusado desgaste de imagen y siendo castigado en las encuestas.

Más allá de los abucheos del público en el desfile del 12 de octubre, Sánchez ha sufrido más muestras de rechazo en los últimos meses, especialmente tras la vuelta del verano, con el recrudecimiento de la crisis económica por la guerra en Ucrania.

El pasado 3 de septiembre, el líder socialista celebró una asamblea abierta en Sevilla junto con el alcalde, Antonio Muñoz. Moncloa había escogido para su estreno incluso una comunidad de vecinos afín al PSOE. Sin embargo, hubo sorpresa. Pese a que la organización del acto  había seleccionado minuciosamente a las personas que podían formular preguntas a Sánchez, no pudieron evitar el abucheo que recibió el presidente a su llegada.

El 9 de septiembre se repitió el formato en Toledo, con su alcaldesa, Milagros Tolón. Pero allí, visto el fracaso cosechado en Sevilla, y las perspectivas de nuevos abucheos que comunicaron las autoridades socialistas locales, la organización suprimió el paseo por la ciudad y las preguntas que afiliados y militantes podían realizar a Pedro Sánchez. La orden de esa supresión llegó de Ferraz poco antes de iniciarse el acto.

Este escenario hostil, ha obligado a Moncloa a cancelar la gira de Pedro Sánchez por España que se había programado para “pisar la calle.

Las muestras de rechazo comienzan a afectar a cada vez más miembros del Ejecutivo.

Un estado de ánimo y ambiente hostil en la calle que Moncloa ha constatado que se está extendiendo a otros miembros del Gobierno. Veamos algunos ejemplos:

Rechazo a Grande Marlaska

Así, los miembros de la Benemérita están indignados con las concesiones del Gobierno a los proetarras de Bildu, al trasladar a los más sanguinarios terroristas de ETA a las cárceles vascas, donde consiguen prácticamente la libertad. Es uno de los motivos de malestar que está detrás de los abucheos al ministro Marlaska.

El desgaste de Isabel Rodríguez, la cara del Gobierno

Otra de las “víctimas” de este desgaste es una de las últimas apuestas de Pedro Sánchez, una de las caras nuevas y con mayor visibilidad de su gabinete: la ministra portavoz, Isabel Rodríguez.

Rodríguez, que defiende ante los periodistas todos los martes las medidas del Gobierno después de cada Consejo de Ministros, empieza a ser reconocida por ello en la calle y a acusar el desgaste. Ese protagonismo se le vuelve en contra, por ejemplo, cuando ciudadanos indignados con la gestión de Sánchez la reconocen en actos públicos.

Hace unos meses, medio centenar de transportistas con sus familias la recibieron en la puerta del auditorio de Puertollano (Ciudad Real) -donde la ministra había sido alcaldesa-, al grito de “somos trabajadores”, mientras la policía impedía que se acercaran a la portavoz del Gobierno.

Protestas también contra Miquel Iceta

Otro de los miembros del Ejecutivo que Moncloa ha identificado como víctima de las muestras de rechazo de los ciudadanos en actos públicos ha sido el titular de Cultura, Miquel Iceta.

Fue recibido por un grupo de manifestantes en Bilbao, en el lugar de reunión de la Comisión Mixta de Transferencias, para protestar contra el acuerdo entre Gobierno y PNV, que cede la gestión de las prisiones al Ejecutivo vasco.

Evitar el voto de castigo al Gobierno

Los dirigentes regionales y locales del PSOE han reclamado al equipo del presidente que se abstenga de viajar a sus territorios, porque, como tienen que acompañarle, no quieren recibir ellos abucheos de la gente.

Ante la cercanía de la campaña para las elecciones autonómicas, algunos barones como Emiliano García-Page, Guillermo Fernández Vara, Ximo Puig y Javier Lambán, han trasladado a Ferraz su petición de que Sánchez “tenga la mínima presencia posible” en sus territorios.

Los barones se han propuesto hacer la guerra por su cuenta, evitando al máximo la presencia del presidente y de los ministros en sus territorios, para ahorrarse los efectos adversos del malestar de los ciudadanos con la gestión del Gobierno.

Los dirigentes socialistas se disponen a librar su propia batalla, conscientes de que la situación nacional les va a penalizar. “La mayoría saben que ligar su supervivencia política a la figura de Pedro Sánchez es un suicidio. De ahí que, educadamente, le hayan dicho que se quede en la Moncloa”, revela un líder autonómico del PSOE.

Todos son conscientes de que las elecciones autonómicas estarán contaminadas por el debate político nacional y por la cercanía del presidente con los independentistas, de quien depende de nuevo en los próximos meses para poder aprobar los Presupuestos, incluyendo negociaciones polémicas como la rebaja del delito de sedición.

(Con información de El Confidencial Digital)

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