Crece sin parar el número de menores con trastornos mentales en España

Los trastornos mentales

Una de cada cuatro personas en España puede tener algún tipo de trastorno mental y una de cada dos lo tendrá a lo largo de su vida, aunque los trastornos graves son los que presentan menor prevalencia, según los datos que maneja la Psiquiatría.

En esta línea, han aludido al recién publicado Libro Blanco de la Psiquiatría y ha expuesto los siguientes datos respecto a la prevalencia de patologías de Salud Mental: La prevalencia registrada de trastornos mentales es de 286,7 casos por cada 1.000 habitantes, más elevada en mujeres que en hombres (313,3 frente a 258,8).

En cuanto a trastornos específicos, y en línea con lo observado en Europa, los problemas de Salud Mental más frecuentes en España son los trastornos de ansiedad (74,6 casos por cada 1.000 habitantes), seguidos de los trastornos del sueño y de los trastornos depresivos (60,7 y 41,9 por cada 1.000 habitantes, respectivamente).

Dentro de esa situación global, hay grupos especialmente vulnerables: la mujer tiene prevalencia «muy superior» a la del hombre, las poblaciones infantiles y mayores, los inmigrantes, y, en general, todos los colectivos en situación de desigualdad.

Niños

Sobre todo en niños y adolescentes se está viendo un ‘boom’ tremendo, un incremento de las necesidad de consulta infanto-juvenil.

«Estamos viendo que cada vez tenemos más necesidad de intervenir en población infanta juvenil”. Existe una demanda tremenda de consultas de niños, adolescentes, sobre todo por problemas de conducta, problemas de relación, de impulsividad, etc”.

Los expertos coinciden en que las redes sociales tienen una influencia decisiva en el aumento de trastornos en menores, pero señalan que no es el único factor, porque también les afecta «una sociedad cada vez más incierta».

«Las redes hacen que nuestros adolescentes se vean envueltos en una realidad que no es totalmente acomodada a la vida real, asisten a situaciones de una vida bastante diferente a la que ellos pueden tener y además pasan las noches expuestos, cambian los parámetros de sueño, y esto puede producir trastornos afectivos y de ansiedad», ha explicado Marina Díaz Marsá, vicepresidenta de la SEPSM.

Todo ello en una edad especialmente vulnerable porque es cuando «se está creando la identidad», con un contexto en el que «el elemento contenedor de la familia es cada vez más ausente y la incertidumbre forma parte del día a día»

“Esta situación tiene que ver con modelos de relación familiar, en muchos casos. Los padres se incorporan al mundo laboral y pasan más tiempo fuera y existe menos supervisión. Entran muy pronto en contacto con las redes sociales y estas pueden ser muy dañina si no se supervisan”.

Pocos psiquiatras