Pokrovsk, un importante centro logístico en la red de defensa del este de Ucrania, está a punto de caer. Varias fuentes indican que entre el 85 y el 95 por ciento de la ciudad está controlada por las fuerzas rusas. Un experto en seguridad húngaro advierte que un contraataque podría ser desastroso para Ucrania.
Con la caída de Pokrovsk en Donetsk, además de los obvios beneficios logísticos y operativos que proporcionará a Rusia, también supondrá la pérdida de materias primas para la producción de acero ucraniano.
Sin embargo, un experto en seguridad húngaro, Attila Demkó, le dice a Mandiner que si Ucrania se atreve a lanzar un contraataque, “probablemente lo lamentará mucho”.
El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, ya ha reconocido que la situación de Ucrania en Pokrovsk es extremadamente difícil y que los rusos se han infiltrado en la ciudad, pero también ha negado que la ciudad haya caído en manos rusas.
Mensajes contradictorios
Fuentes ucranianas están hostigando las líneas de suministro rusas con ataques de drones y publicando los resultados en X.
Por otra parte, algunas fuentes prorrusas afirman en X que el 95% de la ciudad está bajo control, mientras que el destacado periodista alemán Julian Röpcke, conocido por su apoyo a Ucrania, asegura que al menos el 85% de la ciudad está capturada. También afirma que “no hay indicios de una contraofensiva”.
Un vídeo que se está difundiendo ampliamente muestra a las fuerzas especiales ucranianas ocupando tres edificios, pero Röpcke también está desmintiendo esta operación.
“Un vistazo a la ‘batalla por Pokrovsk’. Todo el video, la operación aerotransportada y la batalla de la unidad especial del GRU, se centra en dos o tres edificios ocupados que técnicamente ni siquiera están dentro de los límites de la ciudad. Da una idea de lo que ‘sería’ necesario para liberar la ciudad. No sucederá”, escribió en X.
Numerosas fuentes ucranianas han lamentado la inminencia de un desastre. Un informe procedente del Euromaidán señalaba que tres brigadas ucranianas estaban completamente rodeadas en la zona que rodea la ciudad y que probablemente ya era demasiado tarde para una retirada organizada.
Al mismo tiempo, los rusos también han alcanzado a Ucrania en tecnología de drones.
Repercusiones caída Pokrovsk
Existe preocupación de que, si la ciudad cae, Rusia tendrá acceso a recursos ucranianos clave.
Attila Demkó, director del Programa de Futuros Estratégicos del Instituto NKE John Lukacs, declaró a Mandiner que la zona de aglomeración, junto con los asentamientos circundantes de Rogynske y Mirnohrad, albergaba a unos 140.000 habitantes en tiempos de paz. Sin embargo, su verdadera importancia radica en sus minas.
La actividad minera está suspendida desde enero, pero anteriormente se extraían allí unos 3,5 millones de toneladas de carbón contaminante al año, cuya pérdida podría reducir a la mitad la producción de acero ucraniana, lo que representaría una enorme pérdida económica.
Con tan solo una fracción de los 4.400 millones de dólares de ingresos previstos para 2024 que posiblemente se recauden este año, el impacto sería enorme en la independencia de Ucrania en materia de materias primas.
“Si los rusos la capturan, es poco probable que los ucranianos puedan recuperarla, lo que significa que esta pérdida será permanente para Ucrania”, afirma el experto húngaro.
La zona de Pokrovsk es también un centro logístico estratégico, aunque muchos edificios fueron destruidos durante el asedio y miles de residentes permanecieron en sus hogares —ancianos o simpatizantes rusos—, añade Demkó.
La ciudad y sus alrededores, que prestan servicios logísticos al teatro de operaciones del este de Ucrania, albergan un centro de distribución ferroviaria con una enorme capacidad de almacenamiento, mientras que la carretera H-32 es el eje de transporte este-oeste más importante, según indica. Esta carretera es utilizada por el ejército ucraniano para transportar suministros, combustible y equipo de combate en Donetsk. Dos carreteras norte-sur también la atraviesan, por donde se desplazan las tropas de maniobra.
En otras palabras, la caída de la región supondría un duro golpe para la logística ucraniana, al tiempo que facilitaría el movimiento y el suministro de los rusos.




