Pedro Sánchez debe rendir cuentas ante la justicia. Esa debería ser hoy la exigencia básica de cualquier español honesto. No basta con convocar unas elecciones generales anticipadas más como si fuera el final de una etapa cualquiera de un gobierno. Tras años de traiciones políticas, de escándalos y corruptelas familiares, de corrupciones generalizada del PSOE y de pactos vergonzosos con los enemigos históricos de la nación, el actual presidente del Gobierno no puede marcharse como si nada hubiera ocurrido.
Desde sectores próximos al Partido Popular se está transmitiendo que: “Pedro Sánchez ha quedado tocado con esto y lo que la ética impone sería convocar elecciones”. Así lo expresan cada vez más voces en el ámbito judicial, social, político e incluso religioso. Se quiere que Sánchez se vaya del gobierno sin más, por la puerta de atrás sin dar explicaciones. Pero no: el presidente debe rendir cuentas ante los tribunales.
Pactos con proetarras y golpistas: el precio de su investidura
El que Pedro Sánchez rinda cuentas ante la justicia es una exigencia democrática. Ha gobernado con el respaldo de fuerzas que odian España y quieren destruirla. Su investidura fue posible gracias a los votos de EH Bildu, partido heredero de ETA, la banda que sembró de sangre las calles de nuestra nación.
A ello se suma el pacto con Carles Puigdemont, prófugo de la justicia española por encabezar un intento de secesión. Su amnistía no fue fruto del perdón, sino del interés personal de Sánchez por mantenerse en el poder a toda costa.
¿Es legítimo un gobierno que nace de la traición a la unidad de España? No lo es. Y menos aún cuando se utiliza la maquinaria del Estado para recompensar a quienes quieren destruirlo.
No es aceptable que un presidente se beneficie del apoyo de etarras y golpistas y luego pretenda irse de rositas. No.
Corrupción familiar: la sombra de Begoña Gómez y la imputación de su hermano David
Pero el escándalo no se limita a los pactos políticos. La corrupción ha tocado a su entorno más íntimo: su hermano y su esposa.
La figura de Begoña Gómez, esposa del presidente, está siendo investigada por sus vínculos con empresas beneficiadas por ayudas públicas mientras Sánchez ocupaba la presidencia. No solo se trata de posibles delitos administrativos, sino de un conflicto de intereses escandaloso. Es el poder usado para beneficio personal, es la puerta giratoria más vergonzosa.
Además, se ha imputado al hermano del presidente, David Sánchez, ha cobrado dinero público sin justificación clara, amparado por la opacidad de las administraciones socialistas.
¿De verdad alguien se puede creer que Pedro Sánchez no sabía nada de las corrupciones de su esposa y su hermano? Todo los indicios señalan que Sánchez no solo lo sabía sino que lo amparaba y promovía. El responsable último es el presidente del Gobierno. Y no puede esconderse tras su cargo.
Los casos Koldo, Ábalos, Cerdán y la red clientelar del PSOE
Todo esto ocurre en el contexto de un PSOE salpicado por escándalos, como el caso Koldo, Ábalos, y ahora el de Santos Cerdán que revela una trama corrupta de financiación ilegal del PSOE. Un caso que afecta a exministros y a personas cercanas al núcleo duro del sanchismo.
No estamos ante un hecho aislado. Estamos ante una forma de gobernar basada en el clientelismo, el chantaje político y la corrupción sistémica. El uso de fondos públicos, los indultos políticos, la manipulación mediática y la presión sobre jueces demuestran que el poder ha sido instrumentalizado para fines personales y partidistas. Y el máximo responsable tanto del PSOE como del Gobierno es Pedro Sánchez
Y en una democracia verdadera, eso no puede quedar impune. Pedro Sánchez debe rendir cuentas ante la justicia como español por los casos que le afectan familiarmente, como responsable socialista por la financiación ilegal de su partido y como responsable de un gobierno en el que diversos ministros suyos robaban y robaban. Es el mínimo que exige la regeneración política de España.
La justicia debe actuar con firmeza
No es aceptable que Sánchez se marche como un presidente más que se le ha terminado su ciclo de gobernanza cuando ha dinamitado los pilares esenciales de la convivencia nacional.
Pedro Sánchez debe rendir cuentas ante la justicia es una exigencia legal, pero también moral. No basta con que se marche. Debe responder por sus actos. Y, si procede, debe ir a prisión.
Como en cualquier estructura mafiosa, si los sicarios pagan, también debe pagar el jefe. El pueblo español no debe tolerar más impunidad. Porque la impunidad es la antesala de la tiranía.
España necesita un ejemplo claro
Pedro Sánchez debe rendir cuentas ante la justicia es también un mensaje al futuro: el que traiciona a España, responde. El que gobierna contra la nación, termina ante los tribunales. El que roba, va a la cárcel.
La historia no puede repetirse. La regeneración de nuestras instituciones pasa por castigar con severidad a quienes han hecho del poder un instrumento para su provecho.
Si no hay consecuencias para Sánchez, los próximos gobernantes entenderán que todo vale, que no hay límites. Y entonces, España se hundirá en una corrupción sin retorno.
Pedro Sánchez debe rendir cuentas ante la justicia es más que una exigencia coyuntural. Es el inicio de la recuperación nacional. El pueblo español ha sido traicionado, burlado, utilizado. Y merece justicia.
No hay lugar para la impunidad. La ley debe aplicarse sin distinciones. Y el presidente del Gobierno debe ser el primero en someterse a ella.
Pedro Sánchez debe responder por sus actos. Ante un juez. En los tribunales. Y, si procede, en prisión.
2 comentarios en «Pedro Sánchez debe rendir cuentas ante la justicia»
SI TOTALMENTE DE ACUERDO CUANDO ADEMAS NOS ESTAN QUITANDO EL DINERO DE NUESTRO TRABAJO Y ESFUERZO DE UNA FORMA NUNCA VISTA CON UNA PERSECUCION FISCAL CRUEL
Totalmente de acuerdo muchos así lo creemos.