Problema para Sánchez
La ministra de Transportes ya no tiene marcha atrás. Raquel Sánchez y su equipo deberán trabajar en esta última fase de la legislatura en una medida altamente impopular. Porque poner en marcha un nuevo impuesto para una actividad cotidiana como el transporte por carretera nunca es bienvenido por la ciudadanía.

Bruselas da flexibilidad al equipo que lidera Raquel Sánchez para ejecutar este compromiso como considere oportuno, pero que debe ajustarse a los acuerdos entre ambas partes que recoge el Plan de Recuperación de España para la llegada de fondos europeos. Una medida que forma parte de la amplia reforma que pretende Europa en materia de movilidad sostenible y financiación del transporte por carretera.

Pero la comisario Vălean va aún más lejos y señala que “cualquier descuento” en estos peajes a los transportistas españoles o a los ciudadanos más afectados por la medida “tendrá que cumplir con la legislación de la Unión Europea”. Un aviso para el período de negociación con el resto de partidos.

Los peajes y las elecciones

El calendario para aprobar esta medida, que es de las más impopulares del Gobierno, es clave. Las fechas que marca la Comisión Europea son un límite que no se puede superar en virtud de los acuerdo firmados por España para recibir los fondos europeos. Pero nada impide a Sánchez aprobarla y ponerla en marcha antes.

Es una de las opciones en las que trabaja el Ejecutivo. El calendario 2023-2024 coincide de lleno con las elecciones generales si, como repite Sánchez una y otra vez, no se adelantan. La aprobación de una medida como la del pago en las autovías no sería probablemente la mejor carta de presentación electoral para el PSOE. Además, Sánchez tendría muy complicado recabar los apoyos de un Congreso fragmentado en vísperas de una precampaña.

(Con información de VozPopuli)