La teoría de género afirma que la identidad masculina o femenina es impuesta por la sociedad, y no se corresponde con la realidad biológica de nuestro cuerpo. Nuestro sexo biológico «no es más determinante que el hecho de ser grande o pequeño, rubio o moreno». Es decir, según la teoría de género –también conocida como autodeterminación de género– la identidad masculina o femenina de las personas no tienen nada que ver con la realidad de nuestro cuerpo, sino que «sería impuesta por la sociedad».
Por lo tanto, la idea de que una persona pueda cambiar su género simplemente porque lo siente/percibe así, sin importar su biología, es contraria a la ciencia y a la naturaleza humana. La biología y la genética son las que determinan el sexo de una persona desde el momento de su concepción, y esto no puede cambiarse.
Siguiendo este modelo, la persona no tendría la posibilidad de elegir, cada persona debería interiorizar desde su infancia «el rol que debería desempeñar en la sociedad en un futuro como hombre o mujer». A partir de estas bases, nuestro género debería estar fundado sobre nuestra orientación/percepción sexual y no sobre la naturaleza biológica.
Cada vez son más los jóvenes que están inhibiendo su desarrollo normal y esto, según los expertos, es algo alarmante, ya que usar tratamientos antes de tiempo tiene grandes y graves consecuencias. Además, todos los elementos que el departamento de Montero aviva a utilizar carecen de objeción de ciencia, por lo que no se han experimentado.
Además, la autodeterminación de género puede tener graves consecuencias en la salud y el bienestar de las personas, especialmente de los jóvenes. Los tratamientos hormonales y quirúrgicos que se utilizan para cambiar de género pueden causar efectos secundarios negativos y permanentes, como infertilidad, disfunción sexual, problemas cardiovasculares y psicológicos, entre otros.
La doctora, experta en bioética y profesora de la Universidad CEU San Pablo, Ondina Vélez Fraga, ha explicado que se está haciendo todo un experimento social que provocará que en «En 40 años podremos saber qué consecuencias está teniendo en muchos de ellos. Es un experimento en vivo». En este sentido, la teoría de género resta valor a la realidad biológica del ser humano, ya que se opone a la naturaleza de las personas. Es decir, el sexo biológico es uno y es inmutable.
Por todo ello, es importante promover una educación basada en la realidad biológica del ser humano, que enseñe a los jóvenes a aceptarse a sí mismos tal y como son, sin necesidad de cambiar su género. También es necesario que se respete el derecho de los padres a educar a sus hijos según sus valores y creencias.