Inmersión lingüística en Asturias: Obligan a los profesores de Literatura a saber bable para acceder al puesto

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La imposición lingüística del bable: un ariete más contra la unidad de España

La batalla por la oficialidad del asturiano y el eonaviego es el último episodio en la estrategia de imposición lingüística que amenaza con fracturar aún más la cohesión cultural. social y territorial de España. Aunque en Asturias la cooficialidad del bable no se encuentra en un estado tan avanzado como en Cataluña, el País Vasco o Galicia, donde el español ha quedado relegado, los primeros pasos de este proceso ya se dejan notar. Estas acciones, que pueden parecer inconexas o menores, responden a una hoja de ruta que forma parte de la ventana de Overton aplicada al ámbito lingüístico: introducir lo radical para normalizarlo con el tiempo.

El pasado 1 de octubre, el PSOE, junto con la diputada del Grupo Mixto Covadonga Tomé, presentó una propuesta para reformar el Estatuto de Autonomía del Principado de Asturias con el objetivo de declarar la oficialidad del asturiano y el eonaviego. La iniciativa no prosperó por falta de apoyos, ya que requería el voto favorable de tres quintos del Parlamento, es decir, 27 de los 45 diputados, un escenario que parece improbable con la configuración actual. Sin embargo, el simple hecho de llevar esta cuestión al debate parlamentario evidencia cómo se están dando los primeros pasos hacia una imposición que ya está generando discriminaciones palpables.

Discriminación lingüística en las aulas universitarias

Uno de los ámbitos donde se está avanzando de forma preocupante es el educativo. Según el Boletín Oficial del Principado de Asturias (BOPA), el concurso público para la provisión de plazas de profesor docente e investigador en la Universidad de Oviedo establece como requisito específico el conocimiento de la lengua asturiana. Este criterio afecta incluso a puestos como el de profesor asociado en asignaturas de Lengua Española y Literatura Española, donde el dominio del bable se exige pese a ser completamente irrelevante para las materias impartidas.

Esta decisión supone una discriminación directa hacia aquellos docentes que no poseen conocimientos titulados de bable, limitando el acceso a plazas universitarias. Desde la Plataforma Contra la Cooficialidad, esta imposición ha sido calificada como «los tentáculos del pesebre en la universidad», una denuncia que evidencia la utilización de la lengua como instrumento político.

Denuncias de irregularidades

El sindicato UGT también ha señalado diversas irregularidades en estas contrataciones. En un comunicado difundido por la Plataforma Contra la Cooficialidad, según señala El Debate, UGT denuncia que, pese a que las contrataciones buscan cubrir necesidades urgentes, algunas de ellas no cumplen con la normativa vigente.

«En el área de Didáctica de la Lengua y la Literatura, se ha contratado a un profesor sustituto exigiendo el requisito de ‘Lengua Asturiana’, a pesar de que esta exigencia no figura en el artículo 3.3 del reglamento aprobado en abril de 2024», afirman. Según dicho artículo, las plazas deben convocarse únicamente por especialidades de conocimiento, sin imponer requisitos adicionales que limiten el acceso de los candidatos.

Estas denuncias evidencian cómo se están introduciendo criterios lingüísticos sin base normativa sólida, lo que refuerza la percepción de que se trata de una maniobra política más que de una necesidad académica.

De lo inconexo a lo estratégico

Aunque estas acciones pueden parecer aisladas, forman parte de un plan más amplio con claros paralelismos con lo sucedido en otras regiones españolas. La introducción de requisitos lingüísticos, la presentación de propuestas parlamentarias y la movilización mediática en torno al asturiano responden a una estrategia de largo recorrido. Estas maniobras buscan sentar las bases para una futura oficialidad que permita aplicar políticas de inmersión lingüística, relegando el español y promoviendo el bable como lengua vehicular.

La hoja de ruta es clara: normalizar lo que hoy parece radical mediante pequeños avances que, acumulados, generen un cambio cultural profundo.

«La lengua se está utilizando como un ariete contra la unidad de España, disfrazada de diversidad cultural»

Un aviso necesario

La situación en Asturias no es una excepción, sino una pieza más del engranaje que busca debilitar la unidad nacional a través de la fragmentación lingüística.

La imposición del bable no es solo un debate académico o cultural; es un paso más en el desmantelamiento de España como nación unida. Urge frenar esta estrategia antes de que lo radical se normalice y lo inconcebible se convierta en ley.

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