Nueva victoria de Abogados Cristianos: la justicia mantiene las diligencias contra la blasfemia de la “Santina Queer”

La Justicia da la razón a la denuncia de Abogados Cristianos

En una nueva muestra de que la sociedad civil aún puede hacer frente al atropello ideológico, la Justicia ha desestimado el recurso presentado por la Fiscalía y mantiene abiertas las diligencias contra las organizadoras de la llamada “procesión de la Santina Queer” celebrada en Gijón. Una acción profundamente ofensiva contra los católicos que fue denunciada por la asociación Abogados Cristianos, y que ahora sigue su curso legal gracias a su valiente iniciativa.

Lejos de ser una simple manifestación cultural, el acto en cuestión ha sido calificado por la propia jueza instructora como posiblemente denigrante y humillante. En su auto, afirma que:

“La denominada en medios de comunicación como procesión de la Santina Queer posee capacidad denigrante y humillante, pudiendo entender que se dirige contra el grupo denunciante por su religión, sin justificación objetiva o razonable a priori. Es decir, a priori, la actuación objeto de denuncia no aparece como manifiestamente atípica, siendo necesaria una inicial actuación instructora para poder decidir si concurren indicios de criminalidad”.

Estas palabras desmontan el falso argumento de “libertad de expresión” con el que la izquierda y sus satélites mediáticos pretenden justificar cualquier ataque a la fe cristiana.

Abogados Cristianos: frente legal ante la blasfemia institucionalizada

La presidenta de la asociación, Polonia Castellanos, ha sido tajante al denunciar la doble vara de medir de una Fiscalía cada vez más ideologizada. En sus propias palabras:

«La Fiscalía trata de justificar constantemente los ataques contra los cristianos mientras imputa a un sacerdote católico por criticar el islamismo radical. Esta es una evidencia más de la manipulación y la falta de imparcialidad de la Fiscalía y, sobre todo, del Fiscal General del Estado que, recordemos, está imputado. Algo nunca visto en un país supuestamente democrático».

No es solo una cuestión de agravio moral. Es la criminalización selectiva del cristianismo, que contrasta con la protección absoluta que el aparato judicial otorga a otras religiones o ideologías identitarias. Abogados Cristianos, una vez más, se convierte en el único dique legal frente al tsunami laicista y anticristiano que ha infectado nuestras instituciones.

Fiscalía ideologizada: cuando el Estado protege a los agresores

Resulta escandaloso que en lugar de perseguir este tipo de ofensas a la fe católica, la Fiscalía haya recurrido para intentar archivar el caso. El mismo organismo que debería proteger el derecho a la libertad religiosa se dedica, sin pudor, a justificar actos claramente ofensivos y sectarios. Una Fiscalía que persigue a sacerdotes por predicar, pero se hace cómplice de escarnios a la Virgen María.

Este comportamiento confirma lo que muchos denunciamos desde hace años: la Justicia en España está intervenida políticamente. Cuando el Fiscal General del Estado, designado directamente por el Gobierno, es el mismo que ampara a quienes ultrajan los símbolos religiosos, no hay imparcialidad, sino persecución selectiva.

La sociedad civil responde donde el Estado calla

Afortunadamente, la reacción de plataformas como Abogados Cristianos demuestra que no todo está perdido. La defensa de la fe y la religión , de la tradición y de los derechos fundamentales no puede quedar en manos de instituciones colonizadas por la ideología de género y el relativismo moral.

La ofensiva contra el cristianismo no es accidental ni espontánea. Forma parte de una estrategia deliberada para destruir los pilares de nuestra civilización: la familia, la religión y la identidad nacional. Por eso, cada victoria judicial, como la obtenida en el caso de la “Santina Queer”, representa una luz de esperanza en medio de la oscuridad cultural impuesta por las élites progresistas.

La batalla por la fe continúa

España necesita recuperar la justicia y el respeto por sus raíces cristianas. La impunidad ante los agravios religiosos no puede continuar. Y mientras el Gobierno y sus brazos ideológicos desdeñan la fe de millones de ciudadanos, la sociedad civil, organizada y valiente, seguirá dando la batalla.

Gracias a Abogados Cristianos, se sienta un precedente necesario: la blasfemia no puede quedar impune. La libertad no se defiende callando, sino alzando la voz y acudiendo a los tribunales cuando la dignidad de los cristianos es pisoteada.