Neutralidad (II) | Pío Moa

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El desprecio a España

¿Cómo aquellos intelectuales y artistas con una obra importante se convertían en éticos de la carne de cañón? Esta es la cuestión clave: lo hacían por un evidente desprecio hacia España. No es que no se declarasen patriotas, al menos muchos de ellos, pero el fondo de su actitud era que por encima del patriotismo estaban unos valores que en su beatería creían representar en Francia e Inglaterra. Lo cual les llevaba a despreciar implícitamente a  España, de la que Francia e Inglaterra habían sido especialmente enemigas y a la que habían terminado venciendo. Dada la superficialidad y confusión de sus análisis, esta clara implicación no asomaba, pero estaba ahí. Lo que tenía que hacer España, para mejorar de su historia “enferma”, era subordinarse a Francia e Inglaterra, con la esperanza de terminar pareciéndose a ellas.

Importa señalar que muchas de las críticas a la España de su tiempo, y algunas de sus propuestas, eran razonables. Lo que las echaba a perder  es que todo lo englobaban  en una visión tipo leyenda negra, en la que lo peor había sido precisamente la España reconstruida por los Reyes Católicos, un “imperio de mendigos y de frailes adobado con superstición y miseria”, algo así decía uno de los firmantes, Azaña, idea que más o menos compartían todos. Idea que sigue presente hoy en el mundillo intelectual español y su “rara mezquindad”, que decía Baroja. Obsérvese que hoy se presenta como un antifranquismo que denigra la neutralidad en la II Guerra Mundial, que, creen ellos, nos privó de estar  en las celebraciones del desembarco en Normandía y disfrutar del Plan Marshall. Pero, aparte de los torrentes de sangre que habría costado ese belicismo, y la supeditación a la tutela anglosajona, la guerra muy posiblemente habría tenido otro desenlace si España hubiera participado, no importa en qué bando.

Obviamente, aquellos intelectuales “regeneracionistas” pese a su impostado patriotismo, hacían el caldo gordo a los separatismos,  en auge, como los mismos regeneracionistas, desde el “desastre del 98″, pésimamente analizado por entonces. Si España tenía una historia tan lamentable y se encontraba tan atrasada, valía más declararse ajenos a ella y separarse. De esta manera, regeneracionismo y separatismos se complementaban, cada uno con sus conclusiones a partir de las mismas premisas.

Titanes de viento

Quizá lo más chocante de aquellos belicosos intelectuales “por la razón, la justicia y los ineludibles intereses nacionales”, era el brutal contraste entre sus pretensiones y su realidad personal. Pretendían “refundar la nación como  si no hubiera existido”, en palabras de Costa… ¡Refundar una nación que había abierto una nueva era en la historia  humana, que había salvado a Europa del islam y al catolicismo de la agresión protestante, y creado al mismo tiempo una gran cultura, resultaba a todas vistas un empeño desmedido! Pero,   puesto que la historia de España había sido  “anormal”,  “enferma”, en compartidas palabras de Ortega,  no debía de ser muy difícil entonces sanarla a fuerza de “europeísmo” y envío de carne de cañón a Francia e Inglaterra. En fin, se proponían algo así como los sionistas con respecto a Israel, una obra titánica, ligada al intervencionismo bélico. Pero los sionistas eran auténticos hombres de acción y de pensamiento, comprometidos de verdad con su causa y capaces de arrostrar mil sacrificios. Los “refundadores de España”, y al margen del valor, en ocasiones alto, de su labor intelectual, eran unos señoritos frívolos, funcionarios o aspirantes a funcionarios del estado al que maldecían, y sin la menor disposición al sacrificio, aunque muy dispuestos a que otros se desangraran por “la humanidad”, por asomarse “a las contiendas de los hombres”. Esto no ha cambiado desde entonces. Y hoy tenemos a sus descendientes políticos e intelectuales comprometiendo a España en intereses ajenos, bajo mando ajeno y en idioma ajeno. Con una sociedad tan olvidada de sus intereses e historia  que no surge ninguna protesta, salvo acaso la testimonial de este blog.

Pío Moa | Escritor

Nota: Adelante España se esfuerza en difundir los contenidos y tesis de Pío Moa sobre la Neutralidad lo más ampliamente posible. De lo que se trata es de poner el problema a la vista de todo el mundo, contra el ocultismo político con que lo tratan hoy todos los partidos.  

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