La televisión como medio de entretenimiento y sobre todo de noticias estaba de capa caída en España. De hecho, la excesiva manipulación que en algunas cadenas controladas, bien por la mafia podemonguer o directamente por un gran empresario que presume ser comunista, había encontrado un camino que, si bien era seguido por las personas más mayores y más carentes de cultura, que se situaban como hipnotizados frente al programa realizado por los gaya-lesbianas casi todas las tardes y que nos vendían su propaganda como el maná del futuro. No le andaban tampoco a la zaga los comentaristas mañaneros y sobre todo del clan de qué es verdad y es mentira que en la cadena del rico comunista nos hace comulgar con ruedas de molino.
Pues bien, todo este teatro del absurdo que ha logrado, según mis propias encuestas entre personas mayores y vídeo adictas, convertir a esas, y digo esas porque son mayorías en seguidoras de las más ridículas teorías, pero no por ridículas, peligrosas para una sociedad que flaquea en la defensa de valores y sobre todo de valor, me refiero al que se necesita para la lucha, llevando a los sentimientos de personas de tercera y cuarta edad a límites conceptuales que rayan cercanos a la estupidez y, que se sustentan únicamente, en el convencimiento que les infunden gente como el gordo, pareja de la que decide qué es verdad y qué es mentira. Ya la semana pasada hablé de este tema, pero me asusta de verdad las agresiones a los pocos, poquísimos, colegas de la prensa independientes y no vendidos al sistema, y por eso reitero como ejemplo el mismo.
El colmo de esa estupidez la vimos en un reportaje realizado en la plaza del Callao de Madrid, en el que un periodista, mi ex-compañero Vito, se dedicaba a preguntar por las jugadoras de fútbol de la Selección Nacional, así como sobre el manido tema de Rubiales y Jenny. Pues bien, de las cuatro mujeres, y digo cuatro porque en vista panorámica de la plaza se veía que el número de manifestantes no alcanzaba para llenar un par de autobuses, preguntadas algunas de ellas sobre tema fútbol, y sobre todo sobre tema nombres de las futbolistas de la citada selección campeona del mundo, quedó más que demostrado que solo se conocían el nombre de la Jenny, más que nada porque es imposible no saberlo. Incluso un abuelo que allí estaba de acompañante desconocía esos nombres. Ya se sabe que los hombres son más aficionados al fútbol, diciendo un par de nombres al azar que curiosamente no coincidan con ninguno de los reales.
¿Qué sacamos de lo anterior? Pues que la manipulación televisiva es esplendorosa. Grandiosa más bien. Y que consigue hundirse en la mierda de las bajas audiencias, no sin antes conseguir que cuatro pensionistas de avanzada edad les hagan la ola. Quizá, por eso triunfan televisivamente y ahora los anuncios de los pañales para los incontinentes.
Pero a pesar de lo anterior hemos conseguido ver entre esas cuatro manifestantes a alguna más jóvenes, indudablemente del equipo de “orcos” de la ministra, que rápidamente rodearon al arriesgado reportero, que fue duramente increpado por ellas y tuvo que ser puesto a salvo de alguna agresión gracias a los efectivos policiales en el lugar. No tendría más importancia que lo jocoso, pero esta situación se está repitiendo esta semana, y bueno, los últimos meses, pues jóvenes promesas de los cuales, de radio disidentes, de tv solo hay uno, y algunos youtubers, han sido amenazados, incluso casi agredidos por no ser de la cuerda podemonguer e ir a informar sobre ellos.
Esto nos dice hasta qué punto hay nerviosismo en una gente, ideológicamente de izquierdas, según ellos, pero que al final basan su acción en infundir miedo. Recuerdan al Padrino Corleone y su famosa frase: ¡Te voy a hacer un ofrecimiento, que no vas a poder rechazar! Pues eso. Y cuando viene ya acompañado de la gestión televisiva es para nota. Entrevistas a los amigos del poder, que en contra de los negacionistas del cachondeo Covid, dicen que hay que impedir la vida a quien niega las vacunaciones, o cualquier otro aspecto similar de lo que nos quieren imponer por lo civil o por lo militar, como dice el representante de las anchoas del Cantábrico, que dice lo que debemos hacer los demás, cuando él hace lo que le viene en gana.
Lo malo de todo esto es que quien lo orquesta se ha formado leyéndose las 11 premisas de Goebbels sobre el marketing político, y no lo ha entendido muy bien, sobre todo lo de la parte de la reiteración, que se ha convertido en insufrible. Ante lo que llevo viendo, me he repasado la hemeroteca y solo en las cadenas públicas y privadas, y solo en los noticieros o telediarios, en la primera semana Rubiales, hemos tenido, cronómetro en mano, una media de 25 minutos de Rubiales. Multipliquen por tres telediarios, por siete días y por el número de cadenas de televisión, Horas y horas de Rubiales machaconamente impuestas a la audiencia. Hasta el punto, de que yo por obligación debo ver los telediarios pues es imprescindible para estos trabajos, dejé de verlos. No podía más.
Y si dejamos a un lado a Rubiales, antes y después de sus maratonianos telediarios, estos 30 minutos de media, se podrían compilar en 30 minutos de desastres, con muertes, incendios, ríos desbordados, y fascistas desbocados agrediendo a diestro y siniestro. Todo ello, después de bajar el tono de los malísimos rusos, que han invadido al angelical pueblo ucraniano. Fíjense si son malos los rusos que no nos dan noticias de su bando, Bueno, quien no nos las da es las televisiones rusas, que han sido censuradas en toda Europa. Es totalmente imposible saber la versión rusa del asunto, solo la de USA. Otro ejemplo de ¡Manipulación!, para crear ¡Miedo! En fin, me estoy poniendo reiterativo, y si bien el ministro de propaganda del Tercer Reich era partidario de la Manipulación por reiteración, también era partidario de dosificar, porque lo mucho se hace pesado y a veces tan pesado, que los que quieren ser manipulados huyen de los pelmas podemonguer y los orcos asociados a ellos. Aunque los malos, malísimos, lo único que quieren es llevarnos al Infierno, que en latín, también se llama: ¡Orco! Y ahí lo dejo…
José Antonio Ruiz de la Hermosa es, de primera formación, Sanitario y Capitán retirado de Sanidad Militar. Después, historiador, escritor y divulgador. Actualmente dirige en Decisión Radio varios programas de divulgación histórica y “La Cortina de Humo” sobre la actualidad nacional. |